La primera tanda de trabajadores marroqu¨ªes expulsados de Espa?a llega a T¨¢nger
ENVIADOS ESPECIALESUna veintena de ciudadanos marroqu¨ªes que trabajaban en las f¨¢bricas textiles de Puigner¨®, en Vic (Barcelona), y en diversas empresas de construcci¨®n en Gerona embarcaron ayer en el transbordador Ciudad de Ceuta, en Algeciras, con direcci¨®n a T¨¢nger (Marruecos). Estos hombres, que al pisar suelo marroqu¨ª fueron detenidos, realizaron el viaje de Barcelona a C¨¢diz en 20 horas, dentro del autocar celular, de los que en Algeciras son esperados otros dos procedentes de Barcelona. Viajaban distribuidos en celdas de algo m¨¢s de un metro cuadrado cada una. Los marroqu¨ªes, derrotados por el cansancio, parec¨ªan tener el mismo prop¨®sito: "No volver m¨¢s a Espa?a".
"Racistas, dejadnos salir"; "A ver si nos pon¨¦is aire que nos abrasamos"; "Dadnos agua". La algarab¨ªa de frases interrumpi¨® bruscamente al polic¨ªa, que no tuvo m¨¢s remedio que intervenir cuando desde el interior del autocar se sucedi¨® una cadena incesante de golpes y ruidos. El veh¨ªculo policial estaba aparcado, sobre las 9 de la ma?ana en el puerto de Algeciras, mientras los agentes que acompa?aron a los magreb¨ªes tramitaban la adquisici¨®n de los pasajes del transbordador. El polic¨ªa, que esperaba la llegada de sus compa?eros, entr¨® en el autocar y abri¨® la puerta que separa la cabina del resto del furg¨®n. Apareci¨® entonces un estrecho pasillo oscuro, en cuyos lados se divisaban las rejas de unas celdas. Algo as¨ª como una c¨¢rcel con ruedas. Y m¨¢s golpes. "El autocar est¨¢ parado y no puedo poner en marcha el aire acondicionado", les dijo el agente intentando calmarles. "Racistas de mierda", chill¨® uno de los magreb¨ªes. El polic¨ªa, que intent¨® activar la refrigeraci¨®n, cerr¨® sin contemplaciones la puerta."Bueno, tambi¨¦n es l¨®gico. Se acerca el momento porque la frontera est¨¢ aqu¨ª al lado y entonces se ponen nerviosos", justific¨® el guardia, quien agreg¨® resuelto: "Para ellos es mucho mejor hacer as¨ª el viaje en comparaci¨®n a c¨®mo eran trasladados antes con los furgones conver¨ªcionales". No opinaban igual los marroqu¨ªes que hab¨ªan sufrido las 20 horas de viaje sin bajar del autocar. Salieron a las 6.30 horas de la ma?ana del jueves del centro de interna miento de extranjeros de Bar celona y llegaron a Algeciras a las 2 de la madrugada del viernes, sin poner los pies en tierra y comiendo s¨®lo, como seg¨²n contaron, bocadillos de queso, madalenas y caf¨¦. "Ellos [los polic¨ªas] paraban cada dos horas y nosotros sin salir. Hemos estado peor que animales. Como si fu¨¦ramos delincuentes, asesinos o yo que s¨¦. No hab¨ªa visto cosa igual en mi vida", explicaba indignado Saib Madrbe, de 19 a?os, expulsado tras trabajar ocho meses en un taller de confecci¨®n.Despu¨¦s de llegar a Algeciras a las 2 de la ma?ana de ayer durmieron en la comisar¨ªa distribuidos en tres habitaciones peque?as. El ¨²nico mobiliario eran unas colchonetas tendidas en el suelo. Sobre las 9 de la ma?ana, partieron hacia elpuerto para tomar el transbordador hacia T¨¢nger. Tan s¨®lo iban a ser libres dos horas. Lo que se tarda en llegar a Africa.
Un buen hombre
Y eran libres porque estos marroqu¨ªes dispon¨ªan de pasaporte y su ¨²nico delito ha sido permanecer m¨¢s de tres meses en Espa?a, m¨¢ximo per¨ªodo que permiten las leyes espa?olas para permanecer en Espa?a en calidad de turista. En esas circunstancias se encontraba Zoach Mohamed, de 27 a?os, ojos profundamente tristes que contrastaban con su desenfadado atuendo. Trabajaba de pe¨®n en la empresa Puigner¨® de Vic de 10 a 12 horas al d¨ªa. Lleg¨® a Espa?a hace 14 meses, dejando atr¨¢s una Francia m¨¢s inhospita a¨²n que la pen¨ªnsula Ib¨¦rica, de la que dice que no volver¨¢ a visitarla jam¨¢s. Contiene las l¨¢grimas, intentando acomodarse en su asiento del transbordador, cuando recuerda que ¨¦l viv¨ªa bien en Vic, que ganaba 25.000 pesetas al mes y que eso le bastaba. No ha podido ni avisar a su familia y se le hace un nudo en la garganta al recordar que intent¨® fugarse cuando los polic¨ªas le pideron una madrugada el permiso de residencia.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.