Relevo an¨®malo
EL RELEVO en la Secretar¨ªa General de la Presidencia de la Generalitat est¨¢ resultando an¨®malo. En primer lugar, por su origen: la dimisi¨®n de Llu¨ªs Prenafeta se anunci¨® el pasado 9 de marzo, al poco de conocerse el inicio del llamado caso Prenafeta -la apertura por el fiscal. de unas diligencias sobre la presunta irregularidad en el ejercicio simult¨¢neo de responsabilidades p¨²blicas y cargos privados-, aunque oficialmente se adujo que nada ten¨ªa que ver una cosa con otra.An¨®malo, en segundo t¨¦rmino, por su lento desarrollo: el secretario saliente afirm¨® que se iba para ocupar un puesto important¨ªsimo -todav¨ªa ignotoen la empresa privada y que su abandono de la pol¨ªtica era "definitivo", y ahora resulta que el abandono no era tan definitivo y que Prenafeta seguir¨¢ desempe?ando con car¨¢cter permanente funciones p¨²blicas (el contacto de la Generalitat de Catalu?a con la Casa Real y la organizaci¨®n de los viajes al extranjero de Jordi Pujol) desde su despacho privado.
An¨®malo, en tercer lugar, por su desenlace: Pujol no ha encontrado persona m¨¢s id¨®nea para sustituir al secretario de Pujol que a otro Pujol, un primo suyo. Cuando algunos tratan de repartirse en vida la herencia pol¨ªtica del l¨ªder nacionalista, ¨¦ste les advierte y cierra filas en torno a s¨ª mismo nombrando a una persona de su c¨ªrculo familiar ¨ªntimo, lo que nada prejuzga sobre la val¨ªa profesional del nuevo secretario, pero preocupa por constituir un expediente que est¨¢ debidamente clasificado en los manuales de derecho pol¨ªtico.
De entre todas estas apasionantes anomal¨ªas destaca, por haberse presentado como si fueran algo cotidiano y por tanto irrelevantes, una serie de aplicaciones pr¨¢cticas de las sorprendentes funciones de Prenafeta: a partir de ahora, el secretario de la Casa Real espa?ola o el del emperador de Jap¨®n, si desean no interrumpir su normal di¨¢logo con el Gobierno de Catalu?a, deber¨¢n conversar con un ciudadano particular, industrial privado y comerciante, financiero y asegurador por cuenta propia, irresponsable ante Parlamento o Gobierno alguno. A partir de ahora, alguien sin mandato institucional correctamente establecido recorrer¨¢ las canciller¨ªas del mundo en representaci¨®n de Catalu?a. Si este designio se consuma, se habr¨¢n traspasado los l¨ªmites razonables de la privatizaci¨®n para anular de hecho las m¨ªnimas bases sobre las que debe desarrollarse la funci¨®n p¨²blica en un Estado moderno.
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