Los tres actos de Julio Caro Baroja
El antrop¨®logo recibi¨® anoche un homenaje del C¨ªrculo de Lectores
Julio Caro Baroja mira con su c¨¦lebre discreta distancia el aluvi¨®n de premios y homenajes que desde hace ya m¨¢s de un lustro alegran y tambi¨¦n complican su vida de retirado erudito. A sus 75 a?os, responsable de una bibliograf¨ªa de m¨¢s de 500 t¨ªtulos, di los que m¨¢s de 50 son libros, no cree que su obra "sea fundamental", si bien, reconoce, "he dado de m¨ª todo lo que he podido dar". Julio Caro Baroja recibi¨® anoche en Madrid un homenaje del C¨ªrculo de Lectores y present¨® dos libros: el ensayo De los arquetipos y leyendas y el ¨¢lbum de dibujos fant¨¢sticos Los mundos so?ados, prologado por Jos¨¦ Mar¨ªa de Areilza.
Consciente del desfase que existe a menudo entre su popularidad y la escasa atenci¨®n que se presta a varios de sus libros, Caro cree que tal vez su actual celebridad tenga algo que ver con la actitud distante que mantuvo durante el franquismo. "No digo ahora que fuese un perseguido, no esgrimo esa patente para obtener algo, como hace ahora mucha gente, pero tampoco creo haber recibido favores. Lo cierto es que muchos a?os de la ¨¦poca anterior estuve un poco inhibido, y lo de ahora ha venido a contradecir lo de antes". Y en otro momento: "A uno le gusta que le atiendan, pero me sorprende un poco [el inter¨¦s que se le presta], y me inquieta, si quiere usted, pues veo que otras gentes que se lo merec¨ªan no han tenido nada. Incluso ahora."Caro es uno de esos poco escritores que ni siquiera saben cu¨¢ntos son todos sus t¨ªtulos, y tiene que remitirse a otro erudito que lleva la cuenta; en su caso, el profesor Antonio Carreira. ?l advierte que algunos de esos 50 vol¨²menes son compilaciones, g¨¦nero muy practicado hoy. "No es uno muy republicano en ese sentido: prefiero que las cosas vayan a su tiempo y luego, cuando pasan las circunstancias, pasar a otras cosas. Evitar el egocentrismo en lo que se hace. Cuando una persona es importante, se le perdona, mas cuando es mediocre...
"La vida no ha sido una cosita as¨ª demasiado agradable en largos periodos", dice Caro Baroja con su modo de hablar monocorde que dificulta la apreciaci¨®n de su suave iron¨ªa. "Hubo un acto primero bueno, que fue el de la ni?ez y la adolescencia, digamos hasta los 22 a?os, luego un acto horrible, que abarc¨® hasta los 42, con la guerra y la posguerra, a?os infernales de acumulaci¨®n de muertes y hechos desagradables, y un tercer acto, de los 44 para arriba, tranquilo".
"La idea de la muerte no me asusta ni me conmueve mucho", dice. "M¨¢s que miedo, la muerte me da asco. Y no s¨®lo siento asco por la m¨ªa, sino por la muerte del pr¨®jimo". "He vivido mucho tiempo con falta de sentido de la religiosidad, dice Caro en otro momento. "Ahora no es que tenga una fe fijada, pero la religi¨®n me produce m¨¢s respeto, y est¨¢ uno a la expectativa de todas las promesas de la religi¨®n, que uno va a poner a prueba: Vamos a ver. Tampoco piensa que haya hecho uno tantas marranadas en la vida como para merecer el fuego eterno".
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