Marichal inaugura una colecci¨®n de la Residencia de Estudiantes
El intelectual de hoy ha de asumir con humildad su funci¨®n cr¨ªtica y renunciar a ejercer de pont¨ªfice. As¨ª se expresa Juan Marichal, bi¨®grafo de Manuel Aza?a y Juan Negr¨ªn, dos intelectuales metidos en la pol¨ªtica republicana espa?ola, y autor de El intelectual y la pol¨ªtica, que anoche present¨® en la Residencia de Estudiantes.En su libro, que re¨²ne cuatro conferencias dictadas en el hist¨®rico recinto de la calle de Pinar, Marichal repasa la actitud intelectual de cuatro personalidades del siglo espa?ol: Miguel de Unamuno, Jos¨¦ Ortega y Gasset, y los citados Aza?a y Negr¨ªn. El volumen es la primera de una serie de publicaciones que acomete desde ahora la Residencia de Estudiantes. Su director, Carlos Alberdi, anunci¨® ayer que pronto aparecer¨¢n tres discos en los que se recogen grabaciones realizadas en la Residencia entre 1931 y 1933 por el ling¨¹ista Tom¨¢s Navarro Tom¨¢s. En estas grabaciones figuran las voces de Unamuno, Azor¨ªn y Valle Incl¨¢n.
Como su libro aparece en un momento en el que vuelve a debatirse cu¨¢l ha de ser el papel del intelectual en la pol¨ªtica, Marichal se refiri¨® ayer a la propia historia del siglo XX espa?ol para explicar c¨®mo ha ido evolucionando esa presencia. "Por motivos diversos, en este siglo ha habido una presencia excepcional del intelectual en la pol¨ªtica, pero no s¨®lo en la pol¨ªtica profesional. Pero ahora la sociedad se ha complicado demasiado y es posible que a partir de ahora el intelectual vaya a tener un papel menor en la discusi¨®n social".
Conciencia
"Ahora no abunda el intelectual que quiere ser la conciencia de su tiempo", piensa. "Ortega dec¨ªa que cuando las cosas se complican el intelectual debe sumirse en el silencio. Yo no estoy de acuerdo, y pienso que el intelectual debe comprometerse, como ha hecho Vargas Llosa, jug¨¢ndose la vida".En el caso de los intelectuales de los que se ocupa en su libro, Marichal se?ala que todos ellos responden al contraste que existi¨® en la Espa?a de. su tiempo entre una sorprendente vitalidad cultura? y una vida pol¨ªtica anacr¨®nica. "Ellos estaban a la vanguardia del siglo XX, creando, por ejemplo, la Revista de Occidente, cuando el general Primo de Rivera daba, en 1921, su risible golpe de Estado. La vitalidad cultural resisti¨® bien, gracias a ellos, hasta los treinta. Y eso es lo que demuestra que a veces la gran creaci¨®n no coincide con la altura pol¨ªtica".
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