S¨®lo dos fantasmas
Ante el c¨²mulo de noticias y comentarios que vienen apareciendo ¨²ltimamente en los peri¨®dicos de Madrid, as¨ª como en las distintas cadenas de televisi¨®n y emisoras de radio, sobre el fantasma del palacio de Linares, deseo manifestar lo siguiente:La compa?¨ªa Trasmediterr¨¢nea, en la que presto mis servicios, alquil¨® el palacio a mediados de los a?os cuarenta. Traslad¨® all¨ª sus oficinas y permaneci¨® en el mismo hasta la primavera de 1966, en que se mud¨® a otro edificio.
A lo largo de los aproximadamente 20 a?os en que mi empresa estuvo en ¨¦l, ni yo ni ninguno de mis compa?eros o¨ªmos ruidos extra?os, ayes, gemidos, arrastrar de cadenas ni nada que pudiera inducir a pensar que all¨ª traveseara esp¨ªritu alguno. Los ¨²nicos fantasmas que conoc¨ª fueron dos compa?eros m¨ªos, que lo eran bastante.
Y digo esto porque estoy leyendo y escuchando muchas tonter¨ªas. No discuto que tanto en el palacio de Linares como en cualquier otro sitio se puedan producir fen¨®menos parapsicol¨®gicos. Pero lo que no puedo consentir es que en determinado peri¨®dico se digan cosas como ¨¦stas:
"Desde que los marqueses de Linares desaparecieron, nunca fue vuelto a habitar el palacio". (Mentira podrida; lo ocup¨® mi compa?¨ªa, como he dicho antes).
"Una naviera lo compr¨® y nunca pudo ocuparlo". (Entonces, desde 1958 hasta 1966 yo deb¨ª estar viviendo una ilusi¨®n, porque jurar¨ªa que iba all¨ª a trabajar todos los d¨ªas).
"Nadie fue all¨ª nunca feliz". (Mentira y gorda; yo me lo pas¨¦ muy bien). Tampoco es permisible o¨ªr por determinada emisora de radio estas barbaridades:
"Los empleados de la compa?¨ªa Trasmediterr¨¢nea no pod¨ªan quedarse all¨ª solos ni retrasarse a la hora. de la salida, porque inmediatamente empezaban a o¨ªrse ruidos, a moverse muebles y a verse sombras". (Palabrita del Ni?o Jes¨²s que lo que antecede es rigurosamente falso; tengo cientos de testimonios para demostrar lo contrario).
"Estaban tan aterrorizados que tuvieron que mudarse porque nadie quer¨ªa estar en el edificio". (Qu¨¦ va, hombre, fueron motivos empresariales los que aconsejaron la mudanza).
Tambi¨¦n en la radio, una se?ora psiquiatra, que, por cierto, estuvo hace poco en mi oficina actual para preguntarnos si durante nuestra estancia all¨ª observamos alg¨²n fen¨®meno extra?o, asegur¨® que, estando en el despacho del director, al ponerse a hablar del fantasma se empezaron a o¨ªr ruidos rar¨ªsimos para los que no encontr¨® explicaci¨®n, pese a que se le indic¨® que se deb¨ªan al aire acondicionado. (Vamos, que el esp¨ªritu travieso nos ha tomado cari?o y nos visita de vez en cuando, o a lo mejor es que quiere viajar en barco y desea pedir un pasaje).
. Estos desatinos y otros muchos que no menciono por falta de espacio han originado que la otra noche se organizara una especie de romer¨ªa dentro del palacio por parte de un gran n¨²mero de curiosos, que estuvieron buscando al fantasma durante toda la velada.
Y el fantasma, claro, no apareci¨®. Se angusti¨® de tal forma ante la invasi¨®n que ha solicitado asilo pol¨ªtico en un castillo de Escocia.-
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