Inglaterra debi¨® ganar a la decepcionante Holanda

Y los ricos se hicieron pobres. Holanda, el campe¨®n de Europa que tantas riquezas ofreci¨® hace dos a?os en Alemania, volvi¨® a decepcionar en su segundo partido frente a una revolucionaria formaci¨®n inglesa que mereci¨® la victoria. Los holandeses confirmaron que sus acciones han bajado muchos enteros en dos a?os desconcertantes y ahora ninguna de las dos selecciones tiene garantizado su pase a la segunda fase.El partido que ambos necesitaban ganar result¨® emocionante pero sobre todo brind¨® la eclosi¨®n del centrocampista ingl¨¦s Paul Gascoigne por encima de los jugadores de m¨¢s renombre que le rodeaban en el terreno. Fue el ¨²nico que supo imprimir personalidad y distribuir juego en un partido entre dos de las selecciones m¨¢s temblorosas de este Mundial.

T¨¢cticamente fue un partido denso donde Bobby Robson, el nuevo t¨¦cnico del PSV, gan¨® por puntos a Leo Beenhakker, entrenador del Ajax.

Inglaterra hizo historia. Actu¨® con l¨ªbero, Wright. Aparte de romper con sagradas tradlciones basadas en una l¨ªnea de cuatro defensas, traicionaba los principios de su seleccionador que, en ocho a?os de mandato, nunca hab¨ªa experimentado con el hombre libre e insist¨ªa con vehemencia que los futbolistas ingleses no est¨¢n preparados para desarrollar un sistema tan ajeno a las realidades cotidianas de la Liga inglesa.

En el centro del campo, el chiflado Gascoigne sigui¨® demostrando que tiene talento y un gran futuro. En la delantera, Lineker y Barnes, que actuaban con los tobillos castigados por sus vigilantes Van Tiggelen y Van Aerle, tardaron hasta el segundo tiempo en escaparse consistentemente de sus sombras. Pero cuando lo hicieron, llegaron con peligro hasta la raya de fondo y suministraron cuatro pases de la muerte que nadie supo enterrar en la red.

Holanda empez¨® el partido corroborando sus propias confesiones de d¨ªas anteriores referentes a la falta de colectividad en su juego.

Su t¨¦cnico, Leo Beenhakker, realiz¨® tres cambios en los planteles de reparto, optando por las incorporaciones de Witschge, Van't Schip y Gillhaus que te¨®ricamente permitir¨ªan aperturas por las bandas mientras reincorporaba a Rijkaard al lado de Koeman.

Sin embargo, Beenhakker se confes¨® muy decepcionado con la actuaci¨®n de sus campeones y se confirm¨® la tesis adelantada por los egipcios hace cinco d¨ªas: Holanda tiene grandes jugadores pero ya no tiene un gran conjunto. El equipo ya no sabe fabricar balones de oro para Van Basten. Guilit sigue subrayando su propia confesi¨®n de que su cuerpo ya no es capaz de hacer las cosas que ¨¦l cerebro le pide.

Holanda solo consigui¨® forzar saques de esquina en cadena a ra¨ªz de los centros cabeceados cautelarmente hac¨ªa atr¨¢s por los defensas ingleses.