El retorno de Ceausescu
Las patrullas m¨®viles ya est¨¢n en marcha por Bucarest para neutralizar enemigos. Fascistas, degenerados, prostitutas y especuladores ser¨¢n su principal objetivo. Qui¨¦nes son miembros de estos gremios lo decidir¨¢n estas patrullas. En los hospitales contin¨²an las detenciones de heridos, una vez dados de alta. Iliescu recurri¨® en su alocuci¨®n a los mineros a una ret¨®rica que pensar a muchos rumanos que el dictador ejecutado, el odiado Ceausescu, regres¨® al mundo de los vivos.Hoy ya ha quedado claro que toda la palabrer¨ªa sobre depuraci¨®n de responsabilidades en el Ej¨¦rcito y la Securitate fue fomentada o tolerada por el poder tras la revoluci¨®n para tener contentos a los cr¨¦dulos en Rumania y fuera de ella. Unos cuantos cabezas de turco son sometidos a juicio, pero el negocio, el aparato, funciona.
Los redactores de Romania Libera redactaron ayer el diario sabiendo que no saldr¨ªa a la calle. Los obreros de la imprenta han sido amenazados de muerte y con la destrucci¨®n de las instalaciones si osan imprimirlo. Los redactores pidieron protecci¨®n y ¨¦sta no lleg¨®. La polic¨ªa protege el supuesto diario independiente Adevarul, sumiso portavoz del poder. Los protegidos no son los amenazados. Romania Libera no sale a la calle; el Express, tampoco. Todos los dem¨¢s empiezan a parecerse ya en su uniformidad a los diarios antes de diciembre, cuando fue derrocado Ceausescu.
Muchos ciudadanos de Bucarest reconoc¨ªan ayer que hab¨ªan aplaudido y saludado a los mineros cuando patrullaban las calles por puro miedo a las consecuencias de mostrarse secos y, por tanto, sospechosos. El terror lleg¨® a Bucarest por decreto del poder, y las cabezas de ¨¦ste despidieron con honores a los mineros apaleadores.
As¨ª las cosas, Roman se declara "sorprendido y dolorido" por la reacci¨®n de la prensa occidental e lliescu acusa a ¨¦ste de participar en una rid¨ªcula conspiraci¨®n de prostitutas, drogadictos, carteristas y degenerados de no se sabe qu¨¦ tipo.
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