Aurora de Albornoz en el coraz¨®n

Hace pocos d¨ªas, los chilenos celebramos la llegada a Espa?a del primer embajador de la democracia reconquistada. La ocasi¨®n se prest¨® para recordar los d¨ªas iniciales del exilio y la lucha que entonces comenzamos acompa?adas por amigos espa?oles, que no solamente pusieron su convicci¨®n y empe?o en ayudarnos en nuestras tareas pol¨ªticas, sino que entibiaron nuestros corazones entristecidos con su calidez humana. Esa solidaridad de los primeros d¨ªas es un recuerdo imborrable, especialmente ahora cuando la esperanza se materializa.La aparici¨®n por entonces de Chile en el coraz¨®n, en homenaje a Pablo Neruda y en homenaje a los sue?os truncados de nuestro pueblo, fue para nosotros un bello regalo, un incentivo para no decaer. Los poetas siempre estuvieron a nuestro lado. Aurora de Albornoz, amiga entra?able y gran organizadora, siempre estuvo junto a nosotros. Para ella ¨¦ramos los chilenos, sin distingos y jam¨¢s escatim¨® su voz generosa para defender nuestra causa. El d¨ªa que los chilenos recuper¨¢bamos el espacio en nuestra embajada, Aurora estaba muriendo. No lo supimos en ese momento. Pero queremos hacer p¨²blico nuestro recuerdo y nuestra gratitud.

Hasta siempre, compa?era, amiga, Aurora, en el coraz¨®n.-

y cinco firmas m¨¢s.