Yugoslavia celebra enfrentarse a Espa?a
MIRJANA TOMIC La victoria de la selecci¨®n espa?ola sobre el equipo de B¨¦lgica fue recibida con alegr¨ªa por los yugoslavos, quienes deseaban a Espa?a como rival para octavos de final del Mundial de Italia. "Espa?a, tal como quer¨ªamos" y "Los belgas hubieran sido un rival m¨¢s duro", fueron dos de los titulares publicados ayer por la prensa yugoslava. Sin embargo, Dragoslav Sekularac, hasta hace poco entrenador del Estrella Roja de Belgrado, declar¨® a EL PA?S que Espa?a est¨¢ en mejores condiciones de ganar este partido y, por tanto, de seguir adelante en el campeonato.
Los medios de comunicaci¨®n yugoslavos, como la mayor¨ªa de los telespectadores que siguen el Mundial, a¨²n no se han dedicado a analizar detenidamente su futuro, pues toda su energ¨ªa f¨ªsica y mental se ha centrado, desde hace d¨ªas, en los m¨²ltiples problemas que achacan a la selecci¨®n yugoslava, donde todos parecen decididos a destrozarse mutuamente.El entrenador, Ivica Osim, ha declarado la guerra a los periodistas de su pa¨ªs rehusando hablarles y cancelando las conferencias de prensa. Los informadores desaf¨ªan a Osim, silencioso sobre determinados temas y extremadamente sensible en otros,haciendo su propia selecci¨®n de jugadores e ideando una estrategia particular del juego. Los futbolistas j¨®venes, como Stojkovic, Savicevic, Jaran y Prosinecki, est¨¢n disconformes por su inactividad y los privilegios que Osim otorga a veteranos como Susic y Vujovic.
El diario deportivo Politkin Zurnal anunci¨® el partido Espa?a-Yugoslavia con una foto de Butrague?o saludando a Vujovic, acompa?ada con el comentarlo: "No hay duda de que ahora Zlatko Vujovic ser¨¢ elegido por Ivica Osim, aunque lleva 13 partidos sin meter un solo gol". Y por si los comentarios cr¨ªticos de la prensa yugoslava fueran insuficientes, los peri¨®dicos reproducen los art¨ªculos poco halag¨¹e?os de la prensa espa?ola e italiana acerca de la baja calidad del juego yugoslavo, como si, a pesar de todo, el equipo de Osim no se hubiera clasificado para octavos de final.
Los jugadores yugoslavos deben de agradecer que la prensa de su pa¨ªs llegue con d¨ªas de retraso a Italia, ya que, as¨ª, al menos perciben con cierto margen de tiempo que la mayor parte de las noticias y reportajes se centran en esc¨¢ndalos y guerras subterr¨¢neas, culminados con la acusaci¨®n falsa de una presunta borrachera de Osim, que recibe todas las cr¨ªticas por favorecer a unos jugadores sobre otros.
Por otra parte, y referido al ¨²ltimo partido amistoso de Yugoslavia, contra Holanda, posterior a la derrota frente a Espa?a en Ljubjana y previa a la cita de Italia 90, hay quien todav¨ªa recuerda que hubo grav¨ªsimos problemas y un enorme malestar en torno a la selecci¨®n.
Indignado por la expulsi¨®n de Zvoriko Boban (Dinamo de Zagreb) del equipo nacional a consecuencia de la patada que dio a un polic¨ªa durante los enfrentamientos nacionalistas entre los hinchas serbios y croatas en el estadio Maximir, con motivo de un partido que aqu¨¦l equipo disput¨® contra el Estrella Roja, el p¨²blico silb¨® aquel d¨ªa mientras se entonaba el himno nacional yugoslavo. El p¨²blico croata prefiri¨® entonar el himno de su Rep¨²blica y dio un apoyo entusiasta al equipo holand¨¦s. Reflejo fiel de la desgarrada situaci¨®n pol¨ªtica y ¨¦tnica del pa¨ªs balc¨¢nico, el equipo yugoslavo parti¨® de viaje como un hu¨¦rfano, sin saber muy bien a qui¨¦n representa y sin apoyo moral alguno. Tras el incidente con el himno nacional, los comentaristas deportivos han comenzado a observar detenidamente qui¨¦n canta y qui¨¦n no mientras suena el himno yugoslavo en los estadios italianos.
En esta situaci¨®n -la despedida con silbidos, la actitud cr¨ªtica de la prensa, los jugadores enfrentados y el entrenador furibundo por los muchos ataques recibidos- el comentarista de Vjesnik se pregunta si Yugoslavia realmente tiene un equipo o "se trata de individuos que intentan formar un bloque". Los seis d¨ªas de descanso que disfruta la selecci¨®n yugoslava en el lago Di Garda podr¨ªan servir para reconciliar las diferencias y curar los rencores viscerales. "Cuando termine el Mundial dir¨¦ todo lo que pienso", coment¨® Stoikovic, marginado durante el partido contra los Emiratos Arabes.
Amenaza exterior
Por otra parte, tampoco habr¨ªa que olvidar un viejo refr¨¢n yugoslavo: los pueblos de este pa¨ªs se unen siempre frente a la amenaza exterior. Y el 26 de junio Espa?a representar¨¢ tal amenaza. Existe otro motivo que podr¨ªa servir de elemento unificador: demostrar a la opini¨®n p¨²blica que la selecci¨®n yugoslava puede jugar mejor y conseguir resultados; positivos a pesar de la situacl¨®n adversa.
"El factor psicol¨®gico en el momento del encuentro determinar¨¢ el resultado entre Espa?a y Yugoslavia", declar¨® a EL PA?S Dragoslav Sckularac, hasta hace poco entrenador del Estrella Roja. "En Lubjana, a pesar de la victoria espa?ola", opin¨® Sekularac, "creo que los yugoslavos estaban en mejor forma".
"Sin embargo", continu¨® el veterano ex jugador y entrenador, "Espa?a tiene m¨¢s posibilidades para ganar, por la atm¨®sfera que reina en su equipo y la motivaci¨®n psicol¨®gica que sus jugadores han obtenido tras superar su mal momento contra Uruguay y acabar primeros de grupo". Preguntado sobre la elecci¨®n de los jugadores de Osim, Sekularak evade la respuesta, pero, como si no le fuera posible aguantar el comentario, dice: "Yo escoger¨ªa un juego m¨¢s ofensivo y tendr¨ªa s¨®lo uno o dos jugadores veteranos".
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