El filo de las palabras
Las palabras tienen un filo que a veces el propio autor no calibra. Jos¨¦ Luis Vilallonga escribe de su vida cotidiana en las p¨¢ginas del suplemento dominical Estilo. Su columna se publica bajo el ep¨ªgrafe Cartas a una estupenda se?ora. La del pasado 10 de junio ha provocado -una inusitada correspondencia. La mayor¨ªa de las cartas recibidas tienen un tono ofendido, alguno airado, por el uso de t¨¦rminos que los lectores consideran despectivos.El art¨ªculo en cuesti¨®n se llamaba La estupenda. El autor contaba y cantaba las excelencias de la se?ora a la que habitualmente dedica sus art¨ªculos. Y en un momento determinado se?alaba que de las feministas m¨¢s vale no comentar nada delante de la estupenda se?ora, porque, seg¨²n ella, las feministas son unas se?oras que se crean problemas pensando en otras se?oras que pudieran tenerlos. Y la estupenda se?ora -que por gracia divina es la m¨ªa-, problemas no tiene ninguno. No es negra, ni jud¨ªa, ni sudaca, ni lesbiana. Adem¨¢s de guapa, sigue siendo insultantemente joven, y nunca olvida que naci¨® bastante rica".
Las cartas de protesta son tan diversas que elegir¨¦ dos de ellas: una de un lector ecuatoriano y otra de una lectora espa?ola.
Jorge N¨²?ez, ecuatoriano asiduo lector de su peri¨®dico, tanto aqu¨ª, cuando ocasionalmente vengo a Espa?a, como en mi pa¨ªs, Ecuador, donde adquiero la edici¨®n internacicrial"-, afirma lo siguiente:
"Como latinoamericano y corno historiador, me he sentido doblemente ofendido por el empleo de la fea palabreja sudaca, surgida de los bajos fondos espa?oles y ahora asumida ya por la gran prensa para referirse a los suramericanos. Y es que, a diferencia de las palabras negra, jud¨ªa o lesbiana, que no son perversas en s¨ª mismas, sino que lo son en el contexto en que se usan, sudaca lo es siempre, en, cualquier contexto, a no ser que se la encierre entre comillas. En fin, esta palabreja es un nuevo aporte a la cultura del oprobio y, a mi modo de ver, es un anticipo del racismo que veo surgir en Espa?a contra los inmigrantes. ?Triste constataci¨®n, por ocurrir el caso en un pa¨ªs de emigrantes!".
Mar¨ªa Carmen G¨®mez Couceiro, desde Alicante, escribe: "Esta vez ha rizado usted el rizo. Ante tal c¨²mulo de virtudes y dechado de perfecciones que es su se?ora estupenda, las mujeres, ni m¨¢s ni menos, le deseamos que se la pasee (folle) usted bien, pues ¨¦se parece ser su destino prioritario. Al mismo tiempo, nos congratulamos de nuestras periodistas Rosas, Soles, Palomas y Marujas".
Jos¨¦ Luis de Vilallonga no quiso hacer comentarios al Ombudsman sobre las quejas de los lectores. Acept¨® las cr¨ªticas como gajes del oficio de escribir y se?al¨® una posible ausencia de sentido del humor en la lectura de su columna.
Un viejo aforismo dice que, en periodismo, las opiniones son libres, y los hechos, sagrados. Los periodistas compartimos con los escritores nuestra principal herramienta de trabajo: el idioma. Y existen palabras que son ofensivas, al margen de la voluntad del autor, porque el uso ha afilado sus bordes, y usualmente s¨®lo se utilizan como objetos arrojadizos. Al peri¨®dico han escrito mujeres y suramericanos. Los jud¨ªos conocen espantos peores y lectores negros debemos tener muy pocos.
Hor¨®scopo en anuncios
El diario EL PA?S no publica hor¨®scopo, aunque s¨ª aparece en el suplemento Estilo. Sin embargo, el diario public¨® esta pasada semana el siguiente anuncio: "?Marca este n¨²mero ya! Marca el n¨²mero de tu hor¨®scopo y consigue m¨¢s informaci¨®n sobre tu futuro. Marca el (07611) 41 11, seguido del n¨²mero que figura al lado de tu estrella del zodiaco. El precio de la llamada es de 40 pesetas por cada cinco segundos".
Este texto, adem¨¢s de los signos del zodiaco con sus n¨²meros correspondientes, apareci¨® en un anuncio el pasado 20 de junio, en la p¨¢gina 82.
El Ombudsman llam¨® el pasado viernes a uno de los n¨²meros -signo del zodiaco Capricornio- y pudo constatar que la lectura grabada de ese signo del zodiaco dur¨® dos minutos y 15 segundos. Otra voz, tambi¨¦n grabada y que enlazaba con la anterior, facilitaba otro n¨²mero de tel¨¦fono para conocer la carta astral. Total de llamadas, tres minutos y 15 segundos aproximadamente, 195 segundos que, a las tarifas anunciadas, suponen m¨¢s de 1.500 pesetas. Eso sin volver a llamar para conocer la carta astral.
El anuncio, que tambi¨¦n ha aparecido en otros medios de comunicaci¨®n, fue puesto en EL PA?S a trav¨¦s de una agencia de publicidad radicada en Londres. Y el n¨²mero de tel¨¦fono que se facilita corresponde a Australia. Quedan ustedes avisados.
El tel¨¦fono directo del Ombudsman es el 754 45 53 de Madrid.
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