La abstenci¨®n salv¨® los esca?os de PSOE y PP
Cuatro de cada 10 andaluces decidieron no votar el s¨¢bado de elecciones
Cuatro de cada 10 andaluces optaron por no votar en las elecciones del pasado s¨¢bado. Es la primera vez que la proporci¨®n de abstencionistas supera a la de votantes del PSOE, la fuerza pol¨ªtica que domina Andaluc¨ªa desde hace 12 a?os. La gran ventaja para el PSOE consiste en que los resultados consolidan su posici¨®n en el Parlamento andaluz, aunque pierda 217.000 sufragios sobre las auton¨®micas anteriores, y, por tanto, tiene un 14% de votos menos que en 1986. El Partido Popular ha perdido s¨®lo un esca?o, pese a perder 137.000 sufragios, lo que supone el 18% de su voto anterior. El abstencionismo ha castigado a las tres opciones principales, mientras el andalucismo incrementa su voto en m¨¢s del 50%.
La abstenci¨®n del 23 de junio no puede calificarse de hist¨®rica, puesto que fue superada por la convocatoria a las elecciones europeas de 1989. Pero tambi¨¦n resulta significativo que el Parlamento auton¨®mico tenga ya la misma consideraci¨®n en Andaluc¨ªa que los comicios a la C¨¢mara de Estrasburgo. Es otro s¨ªntoma del desconcierto y la confusi¨®n pol¨ªtica de una parte del pueblo andaluz, que no encuentra opciones en las que traducir esa situaci¨®n y prefiere llenar un s¨¢bado con las mismas actividades que en una jornada sin elecciones. Y como las cosas no han sido siempre as¨ª -lo normal en Andaluc¨ªa es una votaci¨®n superior en 15 puntos a la registrada el s¨¢bado- hay que concluir que los comicios del 23 de junio evidencian problemas pol¨ªticos de fondo, que no pueden disimularse con la presentaci¨®n sesgada de las cifras de esca?os.La abstenci¨®n salva al PSOE de un descenso de relativa importancia, proporcionando la err¨®nea impresi¨®n de una clara consolidaci¨®n electoral. Esos datos, que el Gobierno y el PSOE conoc¨ªan a trav¨¦s de sus estudios preelectorales, han provocado la participaci¨®n intensa del presidente del Gobierno en unas elecciones auton¨®micas, sin precedentes desde el acceso de Felipe Gonz¨¢lez a la Moncloa.
S¨ªntomas de desgaste
Los resultados electorales se han producido de manera tal que parecen trazados con escuadra y cartab¨®n para diluir los s¨ªntomas de desgaste del proyecto pol¨ªtico socialista y proporcionar una imagen de estabilidad. Los datos generales se acompa?an con la p¨¦rdida de voto socialista en las ciudades principales, que resulta bastante acusada en M¨¢laga (ocho puntos menos que en las municipales de 1987) y moderado en Sevilla, Granada, C¨¢diz y otras grandes urbes.
En M¨¢laga, el PSOE ha conseguido 22.000 votos menos que en las ¨²ltimas municipales, lo cual supone ocho puntos de diferencia. En Granada la ca¨ªda socialista se aproxima a los 9.000 votos -seis puntos menos- y en esta ocasi¨®n ha sido superado en voto por el PP, que ha logrado 40.683 sufragios, frente a 38.442 de los conservadores. Y en Sevilla, los socialistas pierden 11.000 sufragios en total. Contin¨²a, por tanto, la ca¨ªda del voto urbano de los socialistas, pero en cantidades moderadas.
Los primeros datos de la noche electoral tambi¨¦n son enga?osos en lo que se refiere al PP. Esta opci¨®n, encabezada ahora por Gabino Puche, ha perdido 136.734 votos sobre las auton¨®micas anteriores, en las que Antonio Hern¨¢ndez Mancha actu¨® como cabeza de cartel. Esa p¨¦rdida supone nada menos que el 18% de su voto.
Resulta dif¨ªcil determinar con rigor la influencia en el electorado del esc¨¢ndalo Naseiro y de los problemas de liderazgo en el PP, pero resulta indiscutible que este partido no logra mantener sus posiciones. La paradoja es la siguiente: las dos opciones principales perdieron votos, pero la abstenci¨®n ha contribuido a sostener su respectiva fuerza en esca?os, con el resultado final de uno menos para el PP y uno m¨¢s para el PSOE.
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