El nombre real
El rey Juan Carlos celebr¨® con centenares de personalidades su onom¨¢stica
Al rey de Espa?a le llamaban de ni?o Juanito; ayer, como todos los a?os, el Monarca hizo honor al car¨¢cter sentimental que le une al primer 50% de su nombre real y celebr¨® con centenares de personalidades de la vida espa?ola el d¨ªa de su onom¨¢stica, la de San Juan. Fue una noche calurosa, como una hoguera a 41 grados, y a pesar del calor acudieron al Campo del Moro a cumplimentar a don Juan Carlos, y a su familia, que estaba al completo de todos sus miembros, desde las hermanas Koplowitz hasta Jos¨¦ Mar¨ªa Garc¨ªa.
Cuando el Monarca se encontr¨® con Jos¨¦ Mar¨ªa Garc¨ªa, periodista radiof¨®nico condenado a dos meses de prisi¨®n, tuvo un breve di¨¢logo con ¨¦l. El propio periodista lo refer¨ªa as¨ª:- Pues hombre, me dijo, ?que tal?, ?c¨®mo vas?
A la entrada del Campo del Moro, los jardines del palacio Real donde se celebr¨® la recepci¨®n, el p¨²blico que se agolp¨® para ver llegar a las celebridades tribut¨® dos ovaciones: una fue para el citado Garc¨ªa y la otra para el teniente general Guti¨¦rrez Mellado.
Dentro, las salvas de ordenanza rindieron el primer homenaje al Rey. Luego, una retah¨ªla interminable de ex ministros, ministros, banqueros, actores, pol¨ªticos retirados o en activo, militares, escritores, acad¨¦micos y periodistas se turnaron para felicitar la onom¨¢stica de don Juan Carlos. En alg¨²n momento la ocasi¨®n parec¨ªa una foto fija de dos libros recientes: las memorias respectivas de los ex ministros Laureano L¨®pez Rod¨®, del franquismo, y Leopoldo Calvo Sotelo, de la transici¨®n.
Tambi¨¦n fue una ocasi¨®n para hacer cr¨®nica de sociedad. Las hermanas Koplowitz fueron inmaculadamente vestidas de blanco. Tita Cervera llevaba tonos azules. Carmen de Posadas, que acaba de estrenar libro, tambi¨¦n optaba por el blanco, Isabel Preysler iba de rojo, y Carmen Romero no cab¨ªa en s¨ª de gozo: "Y el diputado 55 qued¨® ampliamente rebasado. Aquello s¨ª que fue la fuerza del Sur". Mientras, Felipe Gonz¨¢lez, el presidente del Gobierno, m¨¢s flaco, m¨¢s moreno y m¨¢s tranquilo, entend¨ªa la efusi¨®n con la que su esposa celebraba los resultados electorales en Andaluc¨ªa. Alejandro Rojas Marcos, l¨ªder andalucista, tambi¨¦n paseaba la alegr¨ªa de su triunfo.
El f¨²tbol estuvo en medio de la celebraci¨®n. Ram¨®n Mendoza, presidente del Real Madrid, mostraba su satisfacci¨®n a medias porque Argentina fuera un posible rival de la selecci¨®n espa?ola, y un especialmente tranquilo Jes¨²s Gil y Gil, su contrapartida del Atl¨¦tico de Madrid, parec¨ªa ir de luto por Brasil.
El mundo de las empresas y de los bancos confraterniz¨® bajo las copas de los ¨¢rboles en una tarde en la que el calor no dejaba hablar de negocios. Pl¨¢cido Arango, presidente de la Fundaci¨®n Pr¨ªncipe de Asturias; Mario Conde, Manuel Prado y Col¨®n de Carvajal, que fue el primer iniciador de la idea real de la Expo 92, y su continuador actual, el comisario Manuel Olivencia; Javier de la Rosa y Rafael Termes, ex presidente de la patronal de la banca, que fue con quien m¨¢s se detuvo en su paseo ritual el Monarca.
Noche de d¨²os
Fue una noche de d¨²os: adem¨¢s de Gil y Mendoza, estaban all¨ª los directores generales de Radiotelevisi¨®n Espa?ola, Jordi Garc¨ªa Candau, y de Telemadrid, Jos¨¦ Mar¨ªa Gonz¨¢lez Sinde. Estaban tambi¨¦n dos presidentes lim¨ªtrofes, Manuel Fraga, gallego y sonriente, y Pedro de Silva, asturiano y sobrio.Acaso la conversaci¨®n bipartita m¨¢s significativa de la noche es la que junt¨® al ministro de Asuntos Exteriores, Francisco Fern¨¢ndez Ord¨®?ez, y al l¨ªder popular Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar. Fern¨¢ndez Ord¨®?ez se acerc¨® a Aznar, que ven¨ªa de Sevilla. Le dijo:
-Hombre, Jos¨¦ Mari, bienvenido a Madrid.
Aznar no supo qu¨¦ decirle.
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