El defensor del pueblo en Catalu?a dice que el racismo emana de la Administraci¨®n
Frederic Rahola, s¨ªndic de greuges -instituci¨®n catalana hom¨®loga a la del Defensor del Pueblo-, sostiene que la CE tiene el deber moral de ser solidaria con los emigrantes del Tercer Mundo, al argumentar que los pa¨ªses ricos "han chupado durante a?os de los pobres y tienen que reparar los da?os que hicieron a sus colonias". El S¨ªndic estima que la pol¨ªtica restrictiva de la inmigraci¨®n que aplica la Administraci¨®n, tanto la espa?ola como la europea en general, puede revitalizar los movimientos de xenofobia en 1993, cuando se supriman las fronteras entre los Doce. En declaraciones a EL PA?S, Rahola lamenta que la Administraci¨®n mantenga actitudes racistas "cuando el pueblo catal¨¢n, pese a ser clasista, no es racista".
"Este pa¨ªs no es racista, es decir, no persigue la raza por la raza", asegura Rahola, y agrega: "Este pa¨ªs es clasista. No tolera la mezcla de distintos estratos sociales, pero le es indiferente que la gente sea norteafricana, gitana o suramericana. Existe un sentimiento de clase muy profundo, muy arraigado. Si un chico negro es m¨¦dico o abogado, entonces los problemas se han acabado".A juicio de Rahola, cuya teor¨ªa es compartida por su adjunto, El¨ªes Rogent, la no existencia de actitudes xen¨®fobas con profundas ra¨ªces en la sociedad catalana contrasta a¨²n m¨¢s con la actitud inflexible que defiende la Administraci¨®n, especialmente desde que Espa?a ingres¨® en la CE.
Los dos m¨¢ximos responsables de la instituci¨®n del S¨ªndic de Greuges afirman que la situaci¨®n de los 300.000 extranjeros que residen en la Pen¨ªnsula -160.000 de ellos en Catalu?a- ser¨¢ extremadamente cr¨ªtica dentro de dos a?os, cuando se supriman las fronteras entre los 12 pa¨ªses de la Comunidad Europea. "Espa?a ha sido llamada a ser el basti¨®n de la CE, y est¨¢ haciendo gala de una falta de memoria hist¨®rica al olvidar que hace varias d¨¦cadas miles de espa?oles buscaron trabajo en Alemania, Francia o Suiza", afirma.
Permisividad y tolerancia
"Los pa¨ªses ricos tienen la obligaci¨®n moral de dar apoyo y reparar el da?o que han hecho a los pobres, y de restituirles lo que les quitaron en su momento. Una buena f¨®rmula ser¨ªa actuar con permisividad y tolerancia con la gente que viene en busca de trabajo y no empujarla a la clandestinidad, a vivir en pisos miserables y cobrar salarios p¨ªrricos", reflexiona Rahola. Y a?ade: "No creo que alguien que abandone su pa¨ªs se haga camello porque quiere; lo hace por una imperiosa necesidad de sobrevivir". Esta situaci¨®n se refleja en el elevado porcentaje de extranjeros encarcelados en Espa?a.Rahola y Rogent est¨¢n en contacto permanente con organizaciones como Sos Racismo, Cruz Roja, C¨¢ritas y colectivos de africanos que les informan sobre la tramitaci¨®n de los permisos de trabajo y residencia.
La denegaci¨®n indiscriminada de estos documentos casi ha convertido la oficina del S¨ªndic en un centro de informaci¨®n: "La gente est¨¢ tan asustada que viene aqu¨ª esperando que le expliquemos qu¨¦ debe hacer", explica Rogent, quien advierte que desde la expulsi¨®n masiva de marroqu¨ªes que trabajaban en una f¨¢brica textil de la zona de Vic, se ha apreciado un importante aumento de quejas y peticiones de ayuda por parte de extranjeros.
Los principales perjudicados no s¨®lo son los emigrantes norteafricanos, sino que cada vez m¨¢s se ven afectados los suramericanos. "En teor¨ªa gozan de ventajas por los tratados que Espa?a haya podido suscribir con otros pa¨ªses, pero en la pr¨¢ctica sufren el problema por igual. J¨®venes estudiantes con becas s¨®lo reciben el permiso por nueve meses, para luego afrontar graves inconvenientes para renovarlo".
Los gobiernos civiles no aplican por igual la ley de Extranjer¨ªa, se?alan los dirigentes de la instituci¨®n del S¨ªndic. Rogent afirma que los gobiernos civiles de Madrid y de Barcelona son excesivamente estrictos, no hacen concesiones y no tienen en cuenta las razones que empujan a la gente a emigrar. "Yo conoc¨ª a un hombre que llevaba 14 a?os viviendo en Barcelona y fue expulsado. Vino a verme y se quej¨® de que ¨¦l hablaba en catal¨¢n, mientras que el polic¨ªa que lo detuvo no sab¨ªa ni una palabra", explica el S¨ªndic.
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