Quebec esperar¨¢ a febrero para decidir su futuro

Quebec no tomar¨¢ ninguna decisi¨®n sobre su futura relaci¨®n con el resto de Canad¨¢ hasta que una comisi¨®n de expertos nombrada para analizar las opciones abiertas a la provincia franc¨®fona tras el naufragio del acuerdo constitucional de Lago Meech termine su trabajo en febrero. En todo caso deber¨¢ tener en cuenta "la seguridad econ¨®mica" de Quebec.

Las palabras anteriores proceden del primer ministro liberal quebecois, Pierre Bourassa, y resumen elocuentemente el esp¨ªritu moderado del partido gobernante en Quebec despu¨¦s de conocerse el fracaso del acuerdo al no conseguir la aprobaci¨®n de las asambleas legislativas de las 10 provincias que integran la confederaci¨®n canadiense.Bourassa, un economista que pas¨® por Oxford y Harvard, advirti¨®, sin embargo, al Gobierno de Ottawa que Quebec se negar¨¢ a participar en cualquier futura conferencia constitucional con el resto de las provincias canadienses. "A partir de este momento", dijo, "la negociaci¨®n ser¨¢ entre dos (Quebec y el Gobierno federal) y no entre once (las 10 provincias y Ottawa)".

El pacto constitucional de Lago Meech, rirmado en 1987 entre el Gobierno federal y los primeros ministros de las 10 provincias, expir¨® el s¨¢bado al no ser ratificado por las asambleas de Manitoba y Terranova. El acuerdo pretend¨ªa integrar a Quebec en la Constituci¨®n canadiense a cambio de conceder privilegios especiales a la provincia franc¨®fona y reconocer su car¨¢cter de "sociedad distinta" dentro del Canad¨¢ angloparlante.

El separatista Parti Quebecois, en el poder en Quebec en 1982, se neg¨® a ratificar la Constituci¨®n alegando que no inclu¨ªa protecciones para la herencia cultural de la provincia, en la que el 80% de sus cerca de seis millones de habitantes es de habla francesa. Bourassa, un convencido federalista, indic¨® su intenci¨®n de no dejarse arrastrar por una demagogia separatista, y que su mayor preocupaci¨®n era asegurar a los inversores extranjeros que "la seguridad econ¨®mica" de Quebec tendr¨ªa siempre prioridad en cualquier decisi¨®n futura. "Cualquier decisi¨®n que Quebec adopte estar¨¢ presidida por la calma, el realismo y la lucidez".

La preocupaci¨®n de Bourassa por el futuro econ¨®mico fue expresada igualmente por el primer ministro canadiense, Brian Mulroney, el gran perdedor en esta grave crisis, quien advirti¨® el s¨¢bado a "nuestros amigos y socios que los acontecimientos deben ser tomados en su debida perspectiva". "Canad¨¢ siempre ha superado los retos que se le han presentado en el pasado y lo volver¨¢ a hacer de nuevo".

Por su parte, el separatista Parti Quebecois ha mostrado, por el momento, la misma calma que el partido liberal de Bourassa, y su l¨ªder, Jacques Parizeau, se ha limitado a recordar que una mayor¨ªa de habitantes de la provincia est¨¢ a favor de la independencia y a pedir una reuni¨®n con Bourassa.

La provincia celebr¨® ayer su fiesta nacional, el D¨ªa de San Juan Bautista, conmemorando la llegada de los colonizadores franceses en el siglo XVII, pero el desfile m¨¢s sonado en la populosa Montreal tuvo que ser aplazado hasta hoy, lunes, a causa del mal tiempo.

La viabilidad econ¨®mica de un Quebec soberano, reconocida por las instituciones financieras, precisa para su puesta en pr¨¢ctica de la buena voluntad y el acuerdo de EE UU y de la provincia de Ontario, que absorben una gran parte de las exportaciones de Quebec. Washington tendr¨ªa, adem¨¢s, que extender a un Quebec separado del resto de Canad¨¢ los beneficios de la zona de libre comercio vigente en la actualidad entre los dos pa¨ªses.