?Un Tejero sovi¨¦tico?

El general Albert Makashov, jefe del Distrito Militar del Volga y los Urales, no acudi¨® la semana pasada al congreso de los comunistas rusos con una pistola en la mano, pero sus palabras han sonado como r¨¢fagas de metralleta en los o¨ªdos de muchos reformistas sovi¨¦ticos que hoy, en p¨²blico y en privado, dirigen al presidente de la Uni¨®n Sovi¨¦tica una pregunta concreta: "?Por qu¨¦ Mija¨ªl Gorbachov no utiliza su poder como comandante en jefe de las Fuerzas Armadas, fijado en el art¨ªculo 127 de la Constituci¨®n de la URSS, para destituir al general Makashov?".

La pregunta la han repetido a lo largo del fin de semana los l¨ªderes obreros reunidos en Mosc¨² para coordinar la estrategia a seguir en las pr¨®ximas semanas, cuando se cumpla el primer aniversario del inicio de las huelgas de los mineros que paralizaron las importantes regiones de Kuzb¨¢s (en Siberia), Donb¨¢s (en Ucrania) y Vorkut¨¢ (en el C¨ªrculo Polar ¨¢rtico). Se ha escuchado en boca de los intelectuales bien relacionados con el sector reformista que rodea a Gorbachov y ha sido publicada en el peri¨®dico gubernamental Izvestia.Makashov ten¨ªa libertad para expresarse abiertamente en el foro de los comunistas rusos, pero lo que dijo est¨¢ en contradicci¨®n con la pol¨ªtica de reformas de Mija¨ªl Gorbachov. Para empezar, el general considera que la guerra es posible. "De otro modo, ?por qu¨¦ se refuerza el bloque de la OTAN, cuando el pacto de Varsovia ya no existe?, Alemania se une y seguramente ser¨¢ miembro de la OTAN. Jap¨®n se convierte en fuerza decisiva en el Lejano Oriente", afirm¨® el general en apoyo de su tesis.

Los cient¨ªficos sovi¨¦ticos no comparten los temores de Makashov e insisten en que "nadie va a atacar" a la URSS. Pero, animado por una ovaci¨®n, el general etiquet¨® la idea de los intelectuales como "f¨®rmula para d¨¦biles mentales".

"Los comunistas del Ej¨¦rcito y la flota est¨¢n irritados por la inactividad del Comit¨¦ Central, del Politbur¨® y el Gobierno ante sus defensores, ante aquellos que azuzan a sus soldados y pisotean los s¨ªmbolos sagrados para cualquier pueblo, como el patriotismo o el deber militar", afirm¨® Makashov. El desarme unilateral" realizado con c¨¢lculos de "especialistas ajenos a la instituci¨®n" y la acci¨®n de la "Prensa amarilla" y la televisi¨®n tambi¨¦n fueron blanco del ataque del general. "Por su propia voluntad el Ej¨¦rcito nunca hace nada. El Ej¨¦rcito es dirigido por los pol¨ªticos", afirm¨®.

El enfrentamiento con el Ministerio del Exterior fue directo. "En estos tiempos turbulentos para la Uni¨®n y Rusia, cuando gracias a la victoria, la llamada victoria de nuestros diplom¨¢ticos, el Ej¨¦rcito sovi¨¦tico es expulsado sin combate de los pa¨ªses que nuestros padres liberaron del fascismo, el Partido debe preocuparse de las familias de los militares".

Los c¨ªrculos reformistas se han alarmado ante las intervenciones de otros oficiales que se expresaron en el mismo sentido. Uno de los asistentes al Congreso de los comunistas rusos asegur¨® que la delegaci¨®n militar en masa hab¨ªa abandonado la sala en se?al de desprecio el viernes cuando tom¨® la palabra un oficial, de apellido Smirnov, para defender valores democr¨¢ticos.

La delegaci¨®n militar, formada por 183 personas, di¨® su voto a Ivan Polozkov para que fuera elegido jefe del Partido Comunista Ruso. Preguntado por su actitud ante Makashov, Polozkov dijo que el general se hab¨ªa pasado un poco "en el l¨¦xico" y que pod¨ªa haber sido m¨¢s comedido, pero se abstuvo de pronunciarse sobre el contenido de su mensaje y expres¨® comprensi¨®n por los problemas del Ej¨¦rcito.

Gorbachov rechaz¨® las acusaciones de Makashov sin nombrarle, cuando, respondiendo a preguntas, neg¨® que la capacidad de defensa de la URSS haya sufrido por el proceso de desarme. "No puedo estar de acuerdo con los que nos acusan de negligencia y, lo que es m¨¢s, de haber permitido que se debilitasen nuestras defensas. Esto no es verdad", dijo el presidente.

Lo que hace peligrosa la situaci¨®n, a juicio de observadores pol¨ªticos, es que las ideas de Makashov encuentran apoyo, m¨¢s o menos encubierto, en dirigentes sovi¨¦ticos.