Ideas b¨¢sicas del Libro Blanco
En el reciente Libro Blanco sobre la Reforma de la Imposici¨®n Personal se contienen comentarios y propuestas acerca de la fiscalidad de las rentas de capital y de los incrementos y disminuciones patrimoniales cuyas ideas b¨¢sicas, por no ser com¨²nmente asumidas, demandan una especial consideraci¨®n.
Si bien puede existir un cierto consenso respecto a la necesidad de suavizar la fiscalidad sobre el ahorro, los argumentos que se esgrimen para justificar y dise?ar esta desfiscalizaci¨®n no son coincidentes. La imposici¨®n sobre las rentas y las ganancias de capital, tal y como hoy existe, parece que debe limitarse, pero ?por qu¨¦ causas exactamente?, ?qu¨¦ razones inducen su cambio? Seg¨²n sean ¨¦stas, el dise?o de la reforma deber¨¢ tener unas u otras caracter¨ªsticas.,Son tres los motivos que pueden aducirse para abogar por un cambio en la tributaci¨®n de las rentas del ahorro en Espa?a: incentivar las bajas tasas de ahorro dom¨¦stico actuales; eliminar tratamientos fiscales distorsion antes; disminuir los costes indirectos debidos a normas sumamente complicadas para estos tipos de renta.
La primera de estas razones, como expondremos con m¨¢s detalle a continuaci¨®n y como argumenta el Libro Blanco, nos parece poco clara. La segunda se refiere a tratamientos no neutrales, tanto por ¨¢reas geogr¨¢ficas como por tipo de rentas, y la tercera es fruto de la observaci¨®n de los m¨¢s de 10 a?os transcurridos desde el nacimiento del impuesto. A estas dos ¨²ltimas dedicaremos la segunda parte de este art¨ªculo.
Analicemos, pues, el primer motivo que se arguye para reducir la fiscalidad de lo que, en t¨¦rminos gen¨¦ricos, venimos denominando tributaci¨®n del ahorro.
Fiscalidad e incentivos al ahorro. Si se observan las tasas de ahorro familiar y presi¨®n fiscal, entendida ¨¦sta como proporci¨®n entre recaudaci¨®n y producto interior bruto, a partir de la segunda mitad de los setenta no es dif¨ªcil encontrar correlaciones negativas que podr¨ªan llevar a pensar, confundiendo causalidad y correlaci¨®n, que una menor tributaci¨®n conduce a un inexorable aumento en las tasas de ahorro. En realidad, ni la teor¨ªa ni la observaci¨®n emp¨ªrica permiten mantener esta afirmaci¨®n.
En primer lugar, una mayor o menor fiscalidad del ahorro significa una rentabilidad esperada inferior o superior del mismo, y ello tiene dos efectos contrarios sobre el comportamiento de los agentes econ¨®micos que se denominan efecto sustituci¨®n y efecto renta. Seg¨²n el primero, un menor gravamen de las rentas del ahorro supone un encarecimiento relativo del consumo y, por tanto, una disminuci¨®n de este ¨²ltimo y un aumento en a parte de renta disponible ahorrada. Los individuos ahorran m¨¢s al encontrar los rendimientos del ahorro menos gravados y, por tanto, m¨¢s remunerados. El segundo efecto conduce, por el contrario, a esperar que una menor tributaci¨®n en las rentas del capital lleva aparejado un menor ahorro de individuos y familias. El argumento es el siguiente: si se ahorra para obtener una renta futura que garantice un nivel de consumo con el paso de los a?os, al aumentar la rentabilidad del ahorro el mismo nivel de consumo futuro se puede garantizar con un nivel de ahorro inferior y las tasas de ahorro disminuir¨¢n.
Saber cu¨¢l de estos efectos predomina implica conocer bien la forma en que cada familia decide distribuir su renta disponible entre consumo presente y futuro (seg¨²n lo que podemos denominar su funci¨®n de utilidad) o contrastar emp¨ªricamente la relaci¨®n entre tipos de inter¨¦s reales y niveles de ahorro en la econom¨ªa. Desde luego no hay forma de conocer tal funci¨®n de utilidad, y tampoco existe evidencia emp¨ªrica concluyente que permita defender una relaci¨®n positiva entre tipos de inter¨¦s netos de impuestos y niveles de ahorro.
Por todo ello, es dif¨ªcil afirmar que una menor fiscalidad del ahorro pueda producir efectos concluyentes a corto plazo sobre su nivel. En todo caso, se podr¨ªa utilizar alg¨²n argumento cualitativo del tipo siguiente: el efecto sobre las tasas de ahorro a largo plazo de una menor tributaci¨®n en las rentas percibidas no puede ser peor del que produce una tributaci¨®n mayor, y quiz¨¢ pudiera ser mejor. Sin embargo, este argumento supone una escasa ayuda para concretar el dise?o de la reforma del IRPF, ya que justifica cualquier medida con tal que implique una menor tributaci¨®n en las rentas del ahorro.
Se afirma tambi¨¦n que el efecto m¨¢s inmediato y directo sobre las tasas de ahorro del pa¨ªs se produce a trav¨¦s del aumento en las tasas de ahorro p¨²blico y del incentivo al ahorro empresarial, con lo que es m¨¢s efectivo procurar aumentos en estas ¨²ltimas que en el ahorro de familias y econom¨ªas dom¨¦sticas. Con independencia de las puras relaciones contables que hay entre estos tipos de ahorro, dos argumentos se pueden oponer a esta estrategia. Por una parte, el principio de equivalencia ricardiana nos dice que las generaciones presentes, ante un mayor ahorro p¨²blico, reaccionan ahorrando menos, pues las futuras deber¨¢n pagar menos impuestos y la riqueza necesaria para asegurarles un cierto nivel de vida ser¨¢ inferior. Este principio implica una alta sustituibilidad entre ahorro p¨²blico y privado. Tampoco acepta esta equivalencia sin discusi¨®n la literatura especializada.
En segundo lugar, la no existencia de un velo que impida incluir en los niveles de riqueza de las familias el ahorro realizado por las empresas, y que Implica mayor valor de los t¨ªtulos de propiedad o acciones de dichas empresas, tambi¨¦n implica un alto grado de sustituibilidad entre el ahorro de ¨¦stas y el de las familias. La evidencia en Espa?a en los ¨²ltimos a?os es de coexistencia de disminuci¨®n del ahorro familiar con aumento del empresarial. En la medida, sin embargo, en que las tasas de sustituci¨®n no sean exactamente iguales a la unidad, sino inferiores, siempre ser¨¢ m¨¢s eficiente incentivar el ahorro del sector, p¨²blico, empresarial o familiar, que m¨¢s sensible sea a una pol¨ªtica de incentivos. Cuanto m¨¢s concentrado sea el mecanismo de decisi¨®n m¨¢s f¨¢cil ser¨¢ provocar este efecto, al ser m¨¢s sencillo coordinar dicho proceso.
No parece, pues, que la elevaci¨®n de los niveles de ahorro sea objetivo prioritario de la actual reforma fiscal. Objetivos de neutralidad y simplicidad como se argumenta en la segunda parte de este art¨ªculo s¨ª constituyen metas asumibles seg¨²n la reforma que dise?a el Libro Blanco.
es director general del Instituto de Estudios Fiscales y M. A. Mon¨¦s es catedr¨¢tica de Teor¨ªa Econ¨®mica de la UNED.
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