'El invierno del patriarca' o el fin de una utop¨ªa socialista tropical
No es un secreto que m¨²ltiples discrepancias separan a Mija¨ªl Gorbachov y Fidel Castro. La autora, que considera que la militarizaci¨®n cubana es un factor desestabilizador en Am¨¦rica Central, aboga por la clausura de las relaciones especiales, y un tanto artificiales en su opini¨®n, que todav¨ªa unen a La Habana con Mosc¨². Las utop¨ªas ya no son de este mundo. El di¨¢logo pol¨ªtico ha ocupado su lugar.
Muy raras veces se puede escuchar en Mosc¨² la mel¨®dica habla cubana. Muchos estudiantes cubanos de la Universidad Patricio Lumumba y de otros centros de ense?anza superior y escuelas profesionales fueron devueltos a su patria. Para el a?o que viene el aflujo de estudiantes y especialistas en Mosc¨², Leningrado y otras ciudades se ha visto bruscamente reducido. Los funcionarios de la Embajada cubana se van de nuestra capital con la marca de "estuvo destinado en Mosc¨² en los a?os de perestroika" hecho que significa para ellos limitaciones reales para obtener un empleo en su tierra. Esta gente "est¨¢ contagiada de las ideas de la perestroika" y puede ser potencialmente peligrosa para la direcci¨®n cubana, que no comparte las ideas reformistas de la URSS, y menos a¨²n la de la "vuelta al capitalismo" de los pa¨ªses de Europa oriental (seg¨²n la definici¨®n de Fidel Castro).Son nada m¨¢s que los rasgos superficiales del enfriamiento, por no decir crisis, en las relaciones sovi¨¦tico-cubanas. A pesar de que las dos partes mantienen un tono tranquilo y benevolente en su trato y de que las relaciones econ¨®micas, militares y pol¨ªticas no han sufrido cambios sustanciales (m¨¢s a¨²n, el comercio para el pr¨®ximo a?o incluso prev¨¦ un aumento despu¨¦s de la reciente visita a Cuba de Leonid Abalkin, viceprimer ministro de la URSS), ahora ya no es un secreto que entre la nueva direcci¨®n sovi¨¦tica y el Gobierno de Fidel Castro existen discrepancias de importancia.
Fuera el 'ordeno y mando'
Mija¨ªl Gorbachov aplica una pol¨ªtica orientada a desmantelar completamente el caduco sistema socialista de ordeno y mando, pasar a la econom¨ªa de mercado, ampliar la cooperaci¨®n con Occidente, llevar a cabo una reforma pol¨ªtica radical, introducir el multipartidismo, las elecciones alternativas, desideologizar y desmilitarizar toda la pol¨ªtica exterior, incluida la relativa al Tercer Mundo (conflictos regionales).
Fidel Castro rechaza el mercado y otros atributos del capitalismo, contin¨²a condenando el "dinero maldito", no acepta ata que alguno contra el monopolio del partido comunista en el poder. No quiere negarse a cumplir con el "deber internacionalista" de apoyar revoluciones en el Tercer Mundo. Con el esp¨ªritu de Mes¨ªas que le es inherente, dice que el pueblo cubano hab¨ªa sido elegido para ser el ¨²nico "abanderado del socialismo" en el mundo y oponer resistencia a la reacci¨®n mundial y al imperialismo. "?Socialismo o muerte"!, "?Marxismo-leninismo o muerte!", ¨¦ste es, seg¨²n Fidel, el anhelo de su pueblo.
Las ra¨ªces de las actuales discrepancias sovi¨¦tico-cubanas, ideol¨®gicas y pol¨ªticas, son muy profundas. Su manifestaci¨®n tan notable se debe, en particular, a que la direcci¨®n cubana, a pesar de su dependencia econ¨®mica, pol¨ªtica y militar con respecto a la URSS, pretende mantener siempre una amplia autonom¨ªa pol¨ªtica.
No se puede negar la acertada afirmaci¨®n de Fidel Castro de que "el socialismo no lleg¨® a Cuba con el triunfante Ej¨¦rcito Rojo como sucedi¨® en los pa¨ªses de Europa oeste", sino como resultado de una lucha dif¨ªcil y aut¨®noma de la guerrilla, encabezada por ¨¦l, basada en las tradiciones nacionales y latinoamericanas.
Tampoco se puede negar que los dirigentes revolucionarios cubanos, en condiciones tan desfavorables de bloqueo total por parte de Estados Unidos, despu¨¦s de una invasi¨®n fracasada en 1961, pusieron sus miradas en la URSS, lo que determin¨® definiti,vamente su opci¨®n pol¨ªtica e ideol¨®gica: el socialismo. Pero tambi¨¦n est¨¢ claro que la ideolog¨ªa comunista, proclamada no sin intenciones pr¨¢cticas, sirvi¨® de bandera para un pacto pol¨ªtico-militar establecido entre Cuba y la URSS. Ambas partes estaban interesadas en ¨¦l. Cuba hall¨® a un fuerte defensor, poseedor del arma at¨®mica. El liderazgo sovi¨¦tico (en la ¨¦poca de Jruschov y despu¨¦s con Breznev) consigui¨® una base c¨®moda para su expansi¨®n en el lejano continente americano y la deseable posibilidad de clavar un pu?al en el pecho de EE UU. Pero ya la crisis del Caribe mostr¨® lo peligroso que era este c¨¢lculo.
A pesar de todo, y despu¨¦s de un enfriamiento en las relaciones de ambos pa¨ªses, motivado por la retirada de los misiles sovi¨¦ticos, el pacto pol¨ªtico-militar entre Cuba y la URSS se fortaleci¨® en los a?os setenta y dio sus amargos frutos. Aprovechando las consignas de la llamada ayuda internacional a los movimientos revolucionarios y de liberaci¨®n, se dio vida a una expansi¨®n mutua hacia el Tercer Mundo: Angola en 1975 y Etiop¨ªa en 1978. El liderazgo de Breznev pag¨® el armamento y suministr¨® consejeros sovi¨¦ticos. Cuba, a su vez, mand¨® tropas: 50.000 soldados a Angola y 20.000 a Etiop¨ªa.
Los frutos econ¨®micos del experimento socialista en Cuba no fueron menos amargos. Un sistema econ¨®mico ineficaz que repiti¨® los peores moldes sovi¨¦ticos (el caduco sistema de ordeno y mando, una monopolizaci¨®n estatal absoluta y centralizaci¨®n sin permitir ninguna iniciativa desde abajo) no pod¨ªa garantizar la simple reproducci¨®n sin una permanente y amplia ayuda externa.
La URSS ten¨ªa que pagar alrededor de 1.000 millones de rublos anuales y la deuda cubana a la URSS aument¨® hasta 15.000 millones de rublos. Ambos se val¨ªan de una pr¨¢ctica econ¨®micamente dudosa: la URSS compraba cerca de 4,5 millones de toneladas de az¨²car cubano a precios dos o cuatro veces mayores que en el mercado internacional y vend¨ªa a Cuba petr¨®leo a precios muy bajos, d¨¢ndole la posibilidad de reexportar el petr¨®leo para obtener divisas, de las que nosotros tanto estamos necesitados. No es casual que en el Parlamento de la URSS, as¨ª como en el de la Federaci¨®n Rusa, se levanten voces de los diputados recientemente elegidos en contra de esta pol¨ªtica nefasta
La perestroika en la URSS, la reorientaci¨®n de Gorbachov en pol¨ªtica exterior, desde la confrontaci¨®n a la cooperaci¨®n con Occidente, y los cambios revolucionarios sucedidos en Europa oriental ponen fin a las relaciones artificiales entre Cuba y los miembros del CAME. En los momentos actuales, los dirigentes sovi¨¦ticos se orientan hacia relaciones de beneficio mutuo. Asimismo, es dudosa la continuidad del pacto militar pol¨ªtico con Cuba.
Y para decir toda la verdad, hay que poner de manifesto que Cuba, con su sociedad militarizada en alto grado, representa hoy un factor desestabilizador en la zona de Am¨¦rica central y en el Caribe. No olvidemos que, adem¨¢s de tener el ej¨¦rcito m¨¢s numeroso en relaci¨®n con la poblaci¨®n de Am¨¦rica Latina, en Cuba hay un mill¨®n de ciudadanos (el 10%) de la poblaci¨®n civil organizados en divisiones de reserva, distribuidos por todo el territorio nacional.
Se busca 'chivo expiatorio'
Est¨¢ claro que el r¨¦gimen cubano busca un chivo expiatorio para justificar todos sus errores y no reconocer la verdad de que la utop¨ªa revolucionaria ha conllevado a la crisis, por no decir a la tragedia nacional. Quiz¨¢ pueda prolongarse esta situaci¨®n recurriendo al estado de sitio, creando una atm¨®sfera de psicosis frente a una invasi¨®n del Norte. En nuestra opini¨®n, tal peligro de invasi¨®n no es real, teniendo en cuenta el actual acercamiento norteamericano-sovi¨¦tico y el clima general internacional de distensi¨®n.
El futuro ya no pertenece a las fuerzas militares ni tampoco a los pol¨ªticos ut¨®picos. El futuro est¨¢ marcado por las fuerzas capaces de sostener el di¨¢logo pol¨ªtico y de lograr transacciones sensatas en aras de la vida y del progreso de la civilizaci¨®n.
?Cu¨¢ntos presuntuosos dogmas que pretend¨ªan afirmar la verdad absoluta se han derrumbado al chocar con la realidad!, pero ?cu¨¢ntas vidas han costado! Confiamos liberarnos en el pr¨®ximo futuro de otros dogmas; mejor dicho, debemos liberarnos de ellos para poder sobrevivir.
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