En la paz y en la guerra
CON POCO m¨¢s de dos semanas de retraso, el ej¨¦rcito de la Resistencia Nacional (RN), m¨¢s com¨²nmente conocido como Contra antisandinista, ha terminado en Nicaragua su desarme y desmovilizaci¨®n. Su jefe militar, Israel Galcano, comandante Franklyn, entreg¨® anteayer en la localidad nicarag¨¹ense de San Pedro de L¨®vago sus armas al general espa?ol Agust¨ªn Quesada, jefe de los cascos azules de la ONU. Considerando que el final de la larga guerra civil nicarag¨¹ense ha estado repleto de desconfianzas, es alentador comprobar lo pac¨ªfico que ha resultado finalmente.Con la entrega final de sus armas, Galeano cumpl¨ªa con el compromiso firmado en Toncont¨ªn, Honduras, el pasado 23 de marzo, por sus representantes y los de la presidenta electa, Violeta Chamorro. Al principio se hab¨ªa previsto la desmovilizaci¨®n de la Contra antes de la toma de posesi¨®n de la presidenta el 25 de abril. No pudo ser porque el acuerdo de Toncont¨ªn, firmado un mes antes del traspaso de poderes, era irrealizable a tan corto plazo y porque los guerrilleros ten¨ªan cierta prevenci¨®n a la rendici¨®n incondicional de sus pertrechos. De hecho, s¨®lo quisieron comprometerse a desmovilizar a sus efectivos presentes en los campamentos armados de Honduras, allende las fronteras nicarag¨¹enses, y no a aquellos contingentes -la mayor¨ªa- que se concentraran en ¨¢reas designadas del territorio de Nicaragua. Fue preciso que una cumbre presidencial centroamericana, la de Montelimar, en Nicaragua, hiciera una doble presi¨®n sobre Washington (en tanto que mentor financiero de la guerrilla) y sobre los dirigentes de la propia Contra para que, aun de forma reticente, ¨¦stos renovaran su compromiso.
Honra a los sandinistas que, reconociendo su derrota en las urnas, accedieran desligar el traspaso de poderes presidenciales de la desmovilizaci¨®n de la guerrilla. Daniel Ortega, presidente saliente, entreg¨® la banda presidencial a Violeta Chamorro el 25 de abril, mientras que los l¨ªderes de la RN s¨®lo se compromet¨ªan a un nuevo plazo de desarme: el 10 de junio. Poco m¨¢s pod¨ªan hacer, despose¨ªdos de ayuda, carentes de ideolog¨ªa y de representantes leg¨ªtimos. Finalmente, el pasado mi¨¦rcoles concluy¨® el proceso.
Pese a todo, el optimismo es considerablemente menor si se piensa en el futuro econ¨®mico. Todos, sandinistas y antisandinistas, se han quedado sin el trabajo que fue suyo durante 10 a?os de guerra. Ahora, en palabras del comandante Rub¨¦n, fundador de la Contra, deben dedicarse "al arado y a la reconstrucci¨®n". Pero el panorama es sombr¨ªo. Diez a?os de guerra civil han dejado a Nicaragua esquilmada y carente de futuro si no se le presta una profunda ayuda exterior. As¨ª lo recordaron los presidentes centroamericanos, nuevamente reunidos en la cumbre de Antigua, en Guatemala. Y a eso responde la propuesta hecha por el secretario de Estado Baker de constituir un Grupo para Centroam¨¦rica, una entidad de pa¨ªses ricos decididos a asistir eficazmente a la reconstrucci¨®n econ¨®mica de la zona.
Al otro lado de la frontera, en El Salvador, la soluci¨®n a la guerra civil est¨¢ siendo mucho menos pac¨ªfica y f¨¢cil. Hace tiempo que el Gobierno (democristiano al principio, de la extrema derecha de Arena ahora) y la guerrilla del Frente Farabundo Mart¨ª para la Liberaci¨®n Nacional (FMLN) negocian un alto el fuego y una salida democr¨¢tica para el futuro, basada en la desmilitarizaci¨®n del poder y en amplias reformas econ¨®micas. Los representantes de ambos bandos se han reunido en M¨¦xico hasta el pasado fin de semana y acordaron seguir negociando a finales de julio en Caracas. Sin embargo, el acuerdo no ser¨¢ f¨¢cil de conseguir mientras no se discipline a un reducido, y duro, sector del Ej¨¦rcito que se apoya en la ideolog¨ªa de Arena y en la asistencia estadounidense. Lamentablemente, si hemos de guiarnos por la investigaci¨®n en el execrable asesinato de los jesuitas de la Universidad Centroamericana el pasado mes de noviembre, la voluntad de justicia brilla por su ausencia.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.
Archivado En
- Opini¨®n
- Eduardo Galeano
- Contra nicarag¨¹ense
- Nicaragua
- Revoluci¨®n Sandinista
- Escritores
- Centroam¨¦rica
- Literatura hispanoamericana
- Guerrillas
- Revoluciones
- Partidos pol¨ªticos
- Conflictos pol¨ªticos
- Literatura
- Gente
- Historia contempor¨¢nea
- Guerra
- Defensa
- Gobierno
- Cultura
- Am¨¦rica
- Administraci¨®n Estado
- Historia
- Conflictos
- Administraci¨®n p¨²blica
- Pol¨ªtica