Pol¨¦mica en Portugal por la reuni¨®n de la ultraderecha europea
La reuni¨®n que el grupo de extrema derecha del Parlamento Europeo efectuar¨¢ en Portugal del 3 al 5 de julio ha causado una fuerte pol¨¦mica en este pa¨ªs. Es posible que cuando se escogi¨® para la reuni¨®n del grupo ultra -con el franc¨¦s Jean-Marie le Pen y el alem¨¢n Franz Schoenhuber, ex oficial de las SS hitlerianas- el hermoso Hotel do Mar de Sesimbra, el responsable del eurogrupo derechista ignorase que esa peque?a ciudad tiene un Ayuntamiento comunista y se encuentra en una regi¨®n considerada como un basti¨®n de la izquierda.Parece que la direcci¨®n del hotel no sab¨ªa a qu¨¦ familia ideol¨®gica pertenec¨ªan los hu¨¦spedes que hab¨ªan reservado habitaciones y salas de reuniones para 40 personas a trav¨¦s de la agencia de viajes del Parlamento de Estrasburgo.
El Ayuntamiento, las autoridades locales y la propia polic¨ªa portuguesa afirman que se enteraron de la realizaci¨®n de la reuni¨®n "por los peri¨®dicos", y admiten que "no hay medios legales para impedirla", puesto que, siendo eurodiputados, Le Pen y sus correligionarios son libres de circular dentro del espacio comunitario como otros ciudadanos de la CE. A los Ojos de la ley, son tan leg¨ªtimos representantes de la ciudadan¨ªa comunitaria como socialistas, comunistas, liberales o conservadores.
Sin embargo, tambi¨¦n es ver dad que a la opini¨®n p¨²blica portuguesa en general, y, a la poblaci¨®n de Sesimbra en particular no les hizo ninguna gracia la historia. Si Le Pen quiso conquistar las simpat¨ªas de los portugueses elogiando su tolerancia y hospitalidad, cuando en Francia su Frente Nacional tiene enormes problemas para realizar sus reuniones porque se le niega la posibilidad de alquilar locales con los m¨¢s variados pretextos, sus palabras s¨®lo contribuyeron a echar le?a a la hoguera.
Los portugueses se sienten ofendidos con la idea de que los dem¨¢s europeos puedan poner en duda sus sentimientos democr¨¢ticos y su odio hacia las teor¨ªas racistas y xen¨®fobas de los lepenistas. Colocados ante el hecho consumado, s¨®lo les queda la posibilidad de alguna protesta simb¨®lica.
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