Un nuevo partido
EL 28? Congreso del Partido Comunista de la Uni¨®n Sovi¨¦tica (PCUS), que hoy se inicia en Mosc¨², ha sido convocado con el ambicioso proyecto de efectuar una renovaci¨®n interna tan profunda que en principio deber¨ªa equivaler a la creaci¨®n de un partido distinto. Estamos, pues, ante la hora de la verdad para todo el proceso reformador que est¨¢ viviendo la Uni¨®n Sovi¨¦tica. Ello se produce en un marco pol¨ªtico sumamente complejo, cuando fuertes tensiones sacuden a ese inmenso pa¨ªs. Si en el tema de Lituania se apunta un compromiso -que tendr¨ªa efectos saludables en las otras rep¨²blicas b¨¢lticas-, las graves carencias de abastecimiento y de la econom¨ªa generalizan el descontento de la poblaci¨®n. En ese clima, los enemigos de la perestroika levantan la cabeza y refuerzan su actividad.La plataforma que Gorbachov presenta al congreso incluye puntos que rompen con lo que ha sido la trayectoria hist¨®rica del PCUS: desde reconocer la propiedad privada hasta preconizar una democracia con pluralidad de partidos y un socialismo humanista y democr¨¢tico. Un programa obviamente inaceptable para los que siguen atados a la ortodoxia comunista y cuyo peso es a¨²n considerable en el aparato del PCUS, en parte a causa de la pol¨ªtica excesivamente cauta seguida por el propio Gorbachoy. Ello se ha puesto de relieve en el congreso constitutivo del Partido Comunista de Rusia, que acaba de celebrarse en Mosc¨². Fue como una reaparici¨®n del partido de los a?os oscuros. Los conservadores dominaron ese congreso y lanzaron dur¨ªsimos ataques contra Gorbachov ampar¨¢ndose en el credo del marxismo-leninismo y con el preocupante apoyo de un grupo de altos mandos militares. El hecho m¨¢s grave es que la organizaci¨®n rusa representa el 60% del partido de toda la Uni¨®n Sovi¨¦tica y que, por tanto, sus delegados tienen un peso casi determinante en el congreso del Partido Comunista de la Uni¨®n Sovi¨¦tica.
Ello explica el intento de los reformistas de retrasar este congreso para poder prepararlo con m¨¢s tiempo y con m¨¦todos m¨¢s democr¨¢ticos: en el congreso ruso, la mayor parte de los delegados eran bur¨®cratas del aparato. El Comit¨¦ Central ha rechazado el aplazamiento, lo que constituye una baza m¨¢s para los conservadores. Por tanto, es posible que en el congreso que hoy conuenza se repita lo sucedido en el congreso ruso: que los conservadores dominen y asfixien el proyecto renovador. En tal caso, Gorbachov, incluso si fuese reelegido para la m¨¢xima direcci¨®n, ser¨ªa un prisionero de los sectores enemigos de la perestroika.
Pero ya no estamos en 1985. Gorbachov es presidente de la URSS, independietitem¨¦nte de su cargo en el partido. Podr¨ªa, pues, gobernar el pa¨ªs incluso si abandonase la direcci¨®n del PCUS; pero dar ese paso supondr¨ªa a¨²n hoy serios riesgos. Por debilitado que est¨¦ el PCUS, sigue siendo el principal aparato para gobernar la inmensa Uni¨®n Sovi¨¦tica. Si en las grandes ciudades las asambleas elegidas tienen ya un poder real, no es lo mismo en las zonas en que s¨®lo funciona de modo efectivo el aparato del partido. Esta consideraci¨®n puede pesar sobre Gorbachov, como en anteriores ocasiones, y llevarle a una t¨¢ctica de divisi¨®n de los conservadores con la idea de atraer a los menos r¨ªgidos a un compromiso con los reformistas.
En la presente coyuntura no basta observar lo que pasa dentro del PCUS; el rasgo m¨¢s significativo es la ca¨ªda de su influencia en la sociedad. No s¨®lo ha sido anulada la ley que lo declaraba "partido dirigente": los ciudadanos cada vez se alejan m¨¢s de ¨¦l. Sus miembros dimiten en masa, sobre todo en las ciudades. Por ello, el sector reformador radical, organizado en la Plataforma Democr¨¢tica, ha decidido, si el congreso no realiza una renovaci¨®n total, abandonar el PCUS y formar un nuevo partido de orientaci¨®n socialdem¨®crata. El impacto de tal acci¨®n ser¨ªa enorme. Aunque la Plataforma s¨®lo tiene unos cien delegados en el congreso del PCUS, representa un 40% de la base comunista, y sus hombres son los que han tenido m¨¢s votos de la ciudadan¨ªa sovi¨¦tica. Son la expresi¨®n del nuevo Estado, de la democracia que nace. Su salida del PCUS ser¨ªa un terrible golpe para el prestigio de ¨¦ste; lo aislar¨ªa de la sociedad. El nacimiento de un nuevo partido de estas caracter¨ªsticas ser¨ªa un paso decisivo hacia un pluralismo pol¨ªtico efectivo.
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