Arrebato m¨ªstico de Imelda y Kashogui tras su libertad
La escena parec¨ªa sacada de un filme de Bu?uel. Una mujer, totalmente vestida de negro y con un rosario en la mano, recorr¨ªa de rodillas, musitando plegarias, los 50 metros del pasillo central de la catedral de San Patricio, situada en la Quinta Avenida neoyorquina, hasta llegar al altar mayor del impresionante templo, santuario mayor del catolicismo norteamericano. La protagonista de la escena era Imelda Marcos.
La que fuera primera dama de Filipinas daba gracias al Alt¨ªsimo despu¨¦s de ser absuelta por un jurado federal a la una de la tarde del lunes 2 de julio de las cuatro acusaciones que pesaban contra ella por fraude, corrupci¨®n y obstrucci¨®n de la justicia.El jurado, compuesto por siete mujeres y cuatro hombres, tambi¨¦n declar¨® inocente al financiero saud¨ª Adnan Kashogui del delito de obstrucci¨®n de la justicia por el que hab¨ªa sido juzgado en el mismo proceso que la ex primera dama filipina
La reacci¨®n de Kashogui a su absoluci¨®n fue tambi¨¦n m¨ªstico-religiosa. "Peregrinar¨¦ a La Meca para dar gracias a mi Dios", dijo el financiero. Kashogui, que nada m¨¢s ser declarado inocente se liber¨® de la pulsera electr¨®nica que llevaba en un tobillo para que la polic¨ªa pudiera en todo momento controlar sus movimientos, celebr¨® su declaraci¨®n de inocencia en su lujoso piso de la Quinta Avenida, donde recibi¨® llamadas de felicitaci¨®n procedentes de los reyes Fahd de Arabia Saud¨ª y Hussein de Jordania, del presidente egipcio, Hosni Mubarak y de los actores Frank Sinatra y Elizabeth Taylor.
El gran perdedor del juicio, que ha durado cuatro meses, ha sido el Gobierno norteamericano, cuyos fiscales no pudieron probar a la satisfacci¨®n del jurado que Imelda conoc¨ªa la procedencia de los fondos de su marido con los que se hab¨ªan adquirido cuatro propiedades en Manhattan, adem¨¢s de valiosas joyas y cuadros de valor incalculable por un total de 200 millones de d¨®lares.
Las tesis del equipo defensor, dirigido por un abogado de Wyoming, Gerry Spence, que se present¨® cada d¨ªa en el juicio luciendo un magn¨ªfico sembrero de vaquero, triunfaron en toda regla. Spence no se molest¨® ni siquiera en presentar un solo testigo de descargo para contrarrestar los 95 presentados por el fiscal federal. Se limit¨® simplemente a presentar a su cliente como ""una mujer fr¨¢gil y d¨¦bil, amante de su marido", que no conoc¨ªa la procedencia del dinero.
La reacci¨®n de jurado fue resumida por su portavoz, Catherine Bolton, con la siguiente frase: "El hecho de que Imelda estuviera casada con ¨¦l [Ferdinand Marcos] no la convierte en culpable. Nada del material presentado en el juicio nos convenci¨® de que verdaderamente exist¨ªa un caso". Y otro jurado, Thomas O'Rourke, dio en la diana al afirmar que "el juicio se ha celebrado en el lado equivocado del oc¨¦ano".
Una opini¨®n compartida por el juez del caso, John Keenan, quien se pregunt¨® un d¨ªa: "?Qu¨¦ hago yo en el 40 de la plaza de Foley [sede del tribunal federal] juzgando un caso que se refiere a un robo de dinero de bancos filipinos?". En opini¨®n de expertos legales, la absoluci¨®n de Imelda Marcos, la primera mujer de un jefe de Estado extranjero sometida a un proceso en Estados Unidos, arroja serias dudas sobre la posibilidad de que los fiscales federales puedan obtener una condena en el caso contra el ex hombre fuerte paname?o, general Manuel Antonio Noriega, actualmente en una prisi¨®n de Florida a la espera de que se vea su juicio a principios del pr¨®ximo a?o.
El abogado Spence se ceb¨® en sus declaraciones contra el Gobierno norteamaricano, al que acus¨® de "hip¨®crita" por haber ordenado el procesamiento de Marcos despu¨¦s de su muerte cuando le hab¨ªa apoyado durante 20 a?os y le hab¨ªa dado asilo pol¨ªtico en Hawal tras su derrocamiento. "Ia decisi¨®n [del jurado] demuestra que un solo jurado tiene m¨¢s poder que el Gobierno de Estados Unidos", dijo Spence.
El sistema de jurado fue, naturalmente, exaltado hasta el paroxismo por Imelda y por Kashogui en sus declaraciones a la prensa.
La absoluci¨®n de Imelda no significa que pueda realizar sus sue?os de regresar a su pa¨ªs con los restos mortales de su marido. El Gobierno de la presidenta Coraz¨®n Aquino reiter¨® el lunes su decisi¨®n de impedir la entrada en Filipinas de Imelda.
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