Lemond acaba con la resistencia de Chiappuccl y confirma su tercera victoria en el Tour
Greg Lemond impuso su ley y rescat¨®, en el pen¨²ltimo d¨ªa, el maillot amarillo de las manos del ¨²ltimo resistente de la escapada de la primera etapa, el italiano Claudio Chiappucci, a quien la fortuna sonri¨® finalmente para permitirle disfrutar del segundo puesto, con siete segundos de ventaja sobre el tercero, el holand¨¦s Breukink, ganador de la etapa en una portentosa exhibici¨®n. Exhibici¨®n que inutiliz¨® cualquier esfuerzo del espa?ol Pedro Delgado, a quien Marino Lejarreta estuvo a punto, por cuatro segundos de diferencia, de arrebatarle la simb¨®lica condici¨®n de mejor espa?ol en la clasificaci¨®n final del Tour.
La contrarreloj signific¨® tambi¨¦n una gran demostraci¨®n espa?ola porque sit¨²a a cuatro corredores entre los diez mejores de este Tour, todo un r¨¦cord en la historia del ciclismo nacional en la gran ronda francesa. La decepci¨®n fue para el ONCE, cuyo es fuerzo no encontr¨® aliado en la fortuna, y qued¨® a 14 segundos del liderato por equipos.Nunca en la historia del Tour cuatro espa?oles se clasificaron entre los diez primeros de la general. El m¨¢ximo estaba en tres o en la c¨¦lebre concurrencia de dos espa?oles en el podio (1973, Oca?a 1? y Fuente 3?) . Ello fue posible gracias a la contrarreloj de ayer, en una especialidad hist¨®ricamente vedada a los espa?oles para este tipo de alardes. Y tuvo una importancia capital el en¨¦simo esfuerzo de Indur¨¢in, obligado a rebasar las amplias diferencias que le llevaban corredores como el colombiano Parra (1.39 minutos) o el norteamericano Hampsten (3.35). Miguel Indur¨¢in, viniendo desde atr¨¢s, arras¨® con ellos y conquist¨® finalmente su pleno derecho a estar entre los diez primeros.
Previamente, Chozas hab¨ªa conseguido librar con brillantez su guerra personal con el italiano Bugno y tomarle la delantera en la contrarreloj. Finalmente, Lejarreta volvi¨® a hacer un ejercicio de resistencia para convertirse, una vez m¨¢s, en el espa?ol con mejor actuaci¨®n en los ¨²ltimos momentos del Tour.
La jornada pudo haberse cerrado con el triunfo colectivo del equipo ONCE que ha demostrado en la carretera una superioridad que no ha podido llevar a la general, donde el Z de Lemond le habr¨¢ superado finalmente por la rid¨ªcula diferencia de 14 segundos. Esa decepci¨®n provoc¨® una airada reacci¨®n de su director, Manuel S¨¢inz, que arremeti¨® contra los responsable de los medios informativos espa?oles -"no a la gente que est¨¢ aqu¨ª, sino a sus directores"- por lo que entiende casi exclusivo seguimiento de la carrera de Delgado y de los corredores de Banesto, en perjuicio de sus corredores, "que han tenido una actuaci¨®n destacad¨ªsima que no se ha visto reflejada en Espa?a".Valerosa defensa
La jornada tuvo una lectura bien diferente en su conjunto, centrada como estaba la contrarreloj por esa disputa entre Lemond y Chiappucci a consecuencia de cinco segundos. El italiano sali¨® rabioso dispuesto a defender su suerte, pero la t¨¦cnica de la contrarreloj no admite esfuerzos voluntariosos: el ritmo de Lemond desbordaba coordinaci¨®n y el de Chiapucci, entrega, y m¨¢s vale lo primero que lo segundo en una especialidad donde el c¨¢lculo y la administraci¨®n de cualquier movimiento se convierte en una ganancia, al igual que la incorporaci¨®n de peque?os artilugios se ha demostrado capital para sembrar diferencias de un segundo por kil¨®metro. Un segundo no e nada, pero son muchas las energ¨ªas que se pierden en las aproximadamente cinco mil pedaladas que da un ciclista en 45 kil¨®metros. Una pedalada menos son nueve metros menos; un desgaste in¨²til es un riesgo a perder ritmo al final.
As¨ª fue la disputa entre Chiappucci, el valor, y Lemond, la t¨¦cnica, aunque no se manifestara el norteamericano en su mejor exposici¨®n sobre este tipo de etapas. Fue un concurso desproporcionado: Chiappucci debi¨® perder su condici¨®n de l¨ªder apenas transcurridos cinco kil¨®metros seguramente cuando corr¨ªa con m¨¢s rabia que armon¨ªa, m¨¢s pr¨®xima su pedalada a los impulsos de su voluntad que a las exigencias de la raz¨®n. Cuando m¨¢s quer¨ªa ser l¨ªder m¨¢s pr¨®ximo se encontraba a la derrota. La carrera de Chiappucci fue fiel reflejo de sus sentimientos: euforia, esperanza, decepci¨®n, abatimiento y un esfuerzo final cuando, ya perdida la ilusi¨®n, le anunci¨® su director que corr¨ªa peligro de ceder el segundo puesto de la general en favor de Breukink. Chiappucci cobr¨® fuerzas, revivi¨® para defender otra causa, su derecho al segundo puesto. Y lleg¨® a tiempo. "No he encontrado mi ritmo en ning¨²n momento", dijo Chiappucci. "Parec¨ªa ir pegado al asfalto. Pero estoy contento de haber sabido defender mi segunda posici¨®n". Lemond, confirmado ya su triunfo (el tercero, despu¨¦s de1986 y 1989), reconoc¨ªa que no estaba tan emocionado como el a?o pasado: "Aquella fue una victoria en el ¨²ltimo momento, y sent¨ª una alegr¨ªa inmensa. Este a?o ha sido el triunfo m¨¢s f¨¢cil de los tres. Respeto el trabajo de Chiappucci y Breukink, pero realmente al ¨²nico al que he tenido que batir ha sido a Delgado. Los dem¨¢s han ca¨ªdo solos"
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