Havel y Weizs?cker rompen el cerco a Waldheim
La pol¨ªtica y la cultura se entremezclaron ayer en la apertura del Festival de M¨²sica de Salzburgo. La ceremonia inaugural sirvi¨® para que el presidente federal de Austria, Kurt Waldheim, viera roto su aislamiento internacional con la asistencia al acto de los jefes de Estado de la Rep¨²blica Federal de Alemania (RFA) y de Checoslovaquia. El encuentro estuvo, sin embargo, cargado de tensi¨®n. Havel evit¨® mencionar a Waldheim y ni siquiera le mir¨® durante el concierto. Pronunci¨®, adem¨¢s, un discurso sobre el sentimiento de culpabilidad y el miedo al pasado y a la historia.
Por primera vez en cinco a?os Waldheim, que ha mentido reiteradamente sobre su pasado nazi, logr¨® compartir con dos hom¨®logos de prestigio un acto p¨²blico. El flamante presidente checoslovaco y autor teatral, Vaclav Havel, y el presidente Richard von Weizs?cker, compartieron con Waldheim la apertura de la 70? versi¨®n del festival austriaco por excelencia. Mientras, en el vest¨ªbulo del teatro, la polic¨ªa austriaca deten¨ªa al rabino norteamericano Avi Weiss y dos acompa?antes que se tiraron al suelo gritando: "?Verg¨¹enza de encontraros con Waldheim!".La realidad, con Havel de protagonista, se convirti¨® en una gran obra de teatro. Centenares de fot¨®grafos y c¨¢maras de televisi¨®n de todo el mundo ignoraron a las orquestas, coros y arreglos esc¨¦nicos, preocup¨¢ndose exclusivamente de los carraspeos y gesticulaciones del singular triunvirato presidencial: un ex oficial del Ej¨¦rcito nazi, un ex disidente checoslovaco y Weizs?cker, que tambi¨¦n fue soldado en el III Reich, pero que ha sido un destacado antifascista de la posguerra y no ha tenido problemas con la verdad como Waldheim.Ni una mirada
Vaclav Havel evit¨® durante toda la ceremonia mirar a Kurt Waldheim y dirigirle la palabra, adem¨¢s de ni siquiera nombrarle en su discurso, que comenz¨® simplemente con las palabras: "Distinguidos presentes". Havel, que ya fue invitado al festival el a?o pasado cuando a¨²n era un famoso disidente, justific¨® su presencia en la ciudad de Mozart afirmando que se trataba de una "visita privada".
A Havel se le vio desasosegado y no aplaudi¨® a Waldheim cuando ¨¦ste finaliz¨® el discurso En la primera fila, al lado de Havel, se sent¨® el presidente de la RFA, seguido de Waldheim, a quien acompa?aba su inseparable esposa Sissi, que fue l¨ªder de la Bund Deustscher M?dchen, una asociaci¨®n juvenil femenina nazi. Sissi mantuvo durante todo el acto una mueca que intentaba ser sonrisa, que se le esfum¨® del rostro al escuchar el discurso de Havel, de 20 minutos, sobre el miedo a la verdad, el miedo al pasado y a la historia: "La idea de que se puede pasar sin castigo por la historia limpi¨¢ndose y reescribiendo su propia biografila es una idea de los europeos centrales... Quien tiene temor de afrontar su propio pasado, debe necesariamente temer lo que suceder¨¢ en el futuro".
En esta inauguraci¨®n de un acto cultural criticado por su elitismo, se record¨® tambi¨¦n al desaparecido Herbert von Karajan, el genio musical austriaco, que tambi¨¦n fue miembro del partido nazi y tuvo prohibido dirigir en Austria hasta varios a?os despu¨¦s de la guerra. Este a?o le representaba su viuda, Eliett, acompa?ada del tenor espa?ol Pl¨¢cido Domingo. Al terminar la Sinfon¨ªa de Praga de Wolfgang Amadeus Mozart, uno de los pocos austriacos que no tienen nada que temer de su historia, los "distinguidos presentes" se levantaron aliviados.
M¨¢s tarde, el tr¨ªo presidencial acudi¨® a un almuerzo en el mejor hotel de la ciudad, el Goldener Hirsch (Ciervo de Oro). Waldheim respondi¨® al discurso de Havel tras el almuerzo y refiri¨¦ndose a sus reflexiones sobre el miedo y la culpa dijo: "Cuando hay culpa individual debe haber confesi¨®n", pero, al igual que Havel, agreg¨® que "no puede haber culpa colectiva".
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