Samaranch quiere la revolucion olimpica
JUAN-JOSE FERNANDEZ El olimpismo se encamina hacia una revoluci¨®n radical de sus estructuras. Aunque en los ¨²ltimos 10 a?os se han producido cambios sustanciales que lo han ido adecuando a los tiempos modernos, el siguiente reto es a¨²n m¨¢s profundo en su propia organizaci¨®n. La intenci¨®n del presidente del Comit¨¦ Ol¨ªmpico Internacional (COI), Juan Antonio Samaranch, es acabar con el poder do una asamblea de miembros no elegidos de mocr¨¢ticamente y conceder poder de decisi¨®n a las fuerzas que han ido teniendo cada vez m¨¢s protagonismo durante su mandato: los comit¨¦s ol¨ªmpicos nacionales y las federaciones internacionales. Sin embargo, esto no se plasmar¨¢ a¨²n en la pr¨®xima Sesi¨®n de Tokio, dentro de mes y medio.
Este a?o, la semana del 14 al 20 de septiembre ser¨¢ la m¨¢s importante para la organizaci¨®n del movimiento ol¨ªmpico. La Sesi¨®n anual del COI, en su edici¨®n 96, acaparar¨¢ la atenci¨®n del olimpismo. En siete d¨ªas, una vez m¨¢s, como ocurre cada 12 meses, se concretar¨¢n las decisiones, los cambios o las directrices que se han ido preparando previamente. Las reuniones anteriores de las Federaciones Internacionales (abril) y de los Comit¨¦s Ol¨ªmpicos Nacionales (junio) s¨®lo habr¨¢n sido, una vez m¨¢s, deliberantes, pero no decisorias.La 96? Sesi¨®n ser¨¢ precedida por las habituales reuniones de la comisi¨®n ejecutiva, el ¨®rgano que maneja el COI y que prepara los distintos temas, junto a otras comisiones, reuni¨¦ndose cuatro veces al a?o. Pero la sesi¨®n, con 95 miembros elegidos por unos m¨¦ritos deportivos bastantes veces muy discutibles, tendr¨¢n en sus manos las decisiones claves. En Tokio, lo mismo que sucedi¨® en 1986, en Lausana (Suiza), cuando se eligi¨® a Barcelona como sede de los Juegos Ol¨ªmpicos de 1992, se escoger¨¢ la ciudad organizadora de 1996. Las candidatas ser¨¢n: Melbourne, Atlanta, Atenas, Toronto, Belgrado y Manchester.
Transformaci¨®n
La Sesi¨®n de Tokio tambi¨¦n decidir¨¢ los cambios sobre la Carta Ol¨ªmpica, el reglamento del olimpismo, pero s¨®lo introducir¨¢ unos leves retoques en comparaci¨®n con las intenciones de Samaranch. El presidente del COI, que ha conseguido acabar con el tab¨² del amateurismo marr¨®n, por ejemplo, modernizando un olimpismo trasnochado, quiere transformar en un futuro inmediato las bases de su organizaci¨®n. Para afrontar con fortaleza el a?o 2.000, el COI no puede estar regido por 95 miembros, algunos de ellos ni siquiera en activo, pero que mandan sobre las federaciones internacionales (FI) -precisamente a las que ha dado Samaranch la decisi¨®n de qu¨¦ atletas pueden ser ol¨ªmpicos, profesionales o no- y sobre los comit¨¦s ol¨ªmpicos nacionales (CON).
La intenci¨®n de Samaranch, que acabar¨¢ su mandato despu¨¦s de los Juegos de Barcelona -otro de sus objetivos cumplidos-, es unir las tres fuerzas, COI, FI y CON, en un conglomerado democr¨¢tico. Aunque la presidencia siga siendo del COI, tanto las FI como los CON tendr¨¢n ya voz y voto real, no como hasta ahora. En la actualidad, incluso se dan situaciones absurdas como enfrentamientos entre los miembros del COI y sus propios CON, pues no todos los primeros son presidentes de sus comit¨¦s nacionales. Debido a ello, se producen conflictos caseros que impiden un funcionamiento m¨¢s flu¨ªdo del olimpismo.
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