Respuesta a Juan Goytisolo

La edici¨®n de EL PA?S del 27 de julio public¨® un art¨ªculo firmado por Juan Goytisolo con el t¨ªtulo Manuel Puig. Dicho art¨ªculo contiene _una ofensa a la memoria de Carlos Barral como editor y tambi¨¦n a "un autor, por otra parte, muy estimable", y que no es otro que el que esto suscribe. Como es sabido -el propio Carlos lo cuenta en sus memorias, sin ocultar sus preferencias literar¨ªas-, mi novela Ultimas tardes con Teresa compiti¨® con La traici¨®n de Rita Hayworth, de Manuel Pu¨ªg, en la recta final de las deliberaciones del premio Biblioteca Breve 1965, resultando ganadora ¨²ltimas tardes... En su art¨ªculo, Juan Goytisolo se lamenta de este resultado y afirma que Carlos Barral manipul¨® al jurado del premio, formado por Marlo Vargas Losa, Salvador Clotas, Josep Mar¨ªa Castellet, Luis Goyt¨ªsolo y el propio Carlos. Dice Juan Goytisolo: "Por el testimonio escrito u oral de tres miembros del jurado, supe que la novela de Manuel Puig hab¨ªa resultado victoriosa en las votaciones, pero la oposici¨®n encarnizada de Barral y su amenaza de liquidar el preinio lograron imponer a la fuerza a su candidato -un autor, por otra parte, muy estimable-, a quien por lo visto hab¨ªa otorgado el galard¨®n previamente".?Previamente a qu¨¦?, ?al fallo del jurado? Aun cuando ya ¨¦ramos muy amigos, Carlos Barral jam¨¢s me garantiz¨® el premio, y por supuesto tampoco lo hicieron los dem¨¢s miembros deljurado. Ahora bien, Carlos ten¨ªa perfecto derecho a preferir mi novela a la de Puig y a esgrimir esa preferencia frente al criterio de los dem¨¢s -secundado en todo momento, seg¨²n me cont¨® despu¨¦s, por Mario Vargas Llosa y, al final, por Salvador ClotasJuan Goytisolo afirma en su art¨ªculo que Barral logr¨® "imponera la fuerza a su candidato" y califica su gesti¨®n de "alcaldada", lo cual es una acusaci¨®n grave y ofensiva para los dem¨¢s miembros del jurado, cuya independencia de criterio y honestidad me consta. Carlos Barral no impuso mi novela por la fuerza, y no creo que Marlo Vargas ni Castellet ni Clotas o cualquier otro jurado se lo hubiera permitido. No hubo ninguna "alcaldada" contra el "afemInado, vulnerable y fr¨¢gil" -as¨ª de pat¨¦tico lo describe Goytisolo, y ya son ganas de describir- escritor argentino recientemente fallecido. Ciertamente, Carlos no fue nunca un entusiasta de la novel¨ªstica de Puig, y, equivocado o no, estaba en su derecho -la literatura es una cuesti¨®n de gustos, es decir, de limitaciones- Por cierto, el gran editor y lector Carlos Barral tampoco fue nunca un entusiasta de las novelas de Juan Goytisolo, llegando incluso, gracias a su buen olfato (ese mismo olfato que Goytisolo ir¨®nicamente le niega) a rechazar alguna obra suya. Tambi¨¦n ah¨ª, equivocado o no, estaba en su derecho.

?sta es la historia de una malquerencia Incubada a?os ha, y Manuel Puig ha sido esgrimido como lanza. Y me parece trist¨ªsimo y lamentable esta ¨²ltima lanzada a Carlos, cuando ya no puede defenderse. ?Por qu¨¦ Goytisolo, azote del machismo y heroico palad¨ªn de la morer¨ªa y de almas delicadas e indefensas, no denunci¨® esa supuesta "alcaldada" en su d¨ªa? ?Por qu¨¦ ha esperado a la muerte de Barral y de Puig?.

Juan Goytisolo es el ¨²nico escr¨ªtor que conozco al que le gusta sacarse en procesi¨®n a s¨ª mismo; incluso cuando habla de otros escr¨ªtores, no hace otra cosa que hablar de s¨ª mismo. Su enfermiza man¨ªa de que en Espa?a no se le reconocen suficientemente sus m¨¦ritos literarios, que se le desdefla y se le ningunea, constitu¨ªa no hace mucho tiempo una verdadera lata. Veo que sigue con el mismo rollo, y despu¨¦s de cabalgar a Blanco White, a Luis Cernuda y a otras sombras prestigiosas, ahora le toca al bueno de Manuel Puig. Pero los motivos del lance son bien claros: no se trata tanto de desfacer entuertos como de ajustar una vieja cuenta pendiente con Carlos. Qu¨¦ triste.-