"Mis sue?os son m¨¢s violentos que mi cine"
Verhoever, que es licenciado en matem¨¢ticas y f¨ªsica, explica que los 55 millones de d¨®lares (5.500 millones de pesetas) que emple¨® en el filme eran necesarios. "No todas las pel¨ªculas necesitan este presupuesto. Yo dirig¨ª Robocop con 14 millones de d¨®lares. El problema no es cu¨¢nto dinero empleas sino qu¨¦ haces con ¨¦l. Si la pel¨ªcula es muy cara, pero tiene ¨¦xito, todo est¨¢ bien", comenta.El director conoci¨® por casualidad a Schwarzenegger en un restaurante hace tres a?os. Dos meses despu¨¦s le llev¨® el gui¨®n de la pel¨ªcula y el musculoso actor acept¨® sin hacerse rogar. "Arnold no caus¨® problemas durante el rodaje. Es muy profesional, encantador y muy listo. Adem¨¢s, ¨¦l se encargaba de llamar a la puerta del productor para pedirle m¨¢s dinero y ¨¦ste nunca se neg¨®. Arnold es muy colaborador", afirma.
La productora, a pesar de los continuos desembolsos de dinero, no presion¨® al director. "Yo no he hecho ninguna concesi¨®n con mi estilo personal de hacer cine. Cuando acepto un gui¨®n, me enfrento solo al filme. Es m¨¢s, en Desaf¨ªo total me asuste de la excesiva violencia y tem¨ª que pudiera ofender al espectador". A Verhoever le apasiona trabajar con dos niveles de realidad. "En mi pel¨ªcula est¨¢ lo real y lo on¨ªrico y ambos pueden ser tanto la verdad como el sue?o", indica. Reconoce que le atrae especialmente la morbosidad. "Me gusta inquietar. Mis fantas¨ªas y mis sue?os son muy violentos, m¨¢s que mis pel¨ªculas", dice.
A los cinco a?os vivi¨® la ocupaci¨®n alemana en Holanda, cuando la II Guerra Mundial, y las im¨¢genes no se han borrado todav¨ªa de sus recuerdos. "Crec¨ª escuchando los bombardeos yjugando con cad¨¢veres tunibados en las calles. Yo caminaba entre casas ardiendo y no era raro ver los aviones estallar en el aire y caer a tierra. Los alemanes a veces se equivocaban y sus cohetes no daban en los blancos, sino que reventaban muy cerca de mi casa", recuerda. Y confiesa: "Estas im¨¢genes siguen en mi cabeza, muy metidas en mi cerebro. Al jugar con la imaginaci¨®n para hacer pel¨ªculas, han salido afuera. Pero en mi mente quedan las im¨¢genes m¨¢s violentas, y ¨¦sas nunca las podr¨¦ sacar".
El director de Robocop reconoce que la ambig¨¹edad moral est¨¢ m¨¢s presente en sus pel¨ªculas europeas que en las norteamericanas. "No es que haya hecho concesiones, es que las pel¨ªculas son diferentes". Decidi¨® emigrar a Estados Unidos porque en Holanda se sent¨ªa miserable. "Cuando el Gobierno dio un giro a la izquierda dejaron de subvencionar mi cine porque dec¨ªan que era perverso, decadente y poco agradable. Es verdad, pero no por eso ten¨ªan que marginarme. El Gobierno quer¨ªa pel¨ªculas relevantes y pol¨ªticas. Y yo peleaba por mi espontaneidad. Quer¨ªa ser un espejo del comportamiento de la gente y ellos quer¨ªan que yo mostrara c¨®mo deber¨ªa comportarse la gente".
Dice que en Estados Unidos, a pesar de todo, ha podido desarrollar un estilo personal, que no es poco. "Ha sido un periodo de aprendizaje: estudiar ingl¨¦s, aprender a conocer la cultura norteamericana, c¨®mo viven en ese pa¨ªs, c¨®mo sienten, c¨®mo reaccionan. La ciencia-ficci¨®n me ha permitido adaptarme a ese pa¨ªs sin cometer muchos errores y sin tanta prepotencia". Y a?ade: "Es como un sue?o de ni?o: hacer realidad mis fantas¨ªas de siempre. En Europa nunca obtuve presupuestos para este tipo de pel¨ªculas. A m¨ª me gusta la ciencia-ficci¨®n, a pesar de los que dicen que es un g¨¦nero escapista".
La pr¨®xima pel¨ªcula que se trae entre manos es un thriller sexual que se llama Instintos b¨¢sicos, que protagonizar¨¢ el actor Michael Douglas. "Mi cine no es er¨®tico, es sexual. En Delicias turcas, el sexo es divertido, es follar y jugar. Yo podr¨ªa ser m¨¢s er¨®tico, pero no es lo que me interesa por ahora. Me gusta la sexualidad y no puedo desprenderme de ella. En mi cine no hay voyeurismo: todo se hace a cielo abierto".
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