Resistente, no h¨¦roe

Siempre cre¨ª que mis dolores de cabeza iban a matarme; lo que no sospech¨¦ es que, encima, me pod¨ªan desprestigiar.No acostumbro a contestar a las notas que sobre m¨ª se publican en los peri¨®dicos, por considerarlo una labor tan penosa como in¨²til, pero esta vez, excepcionalmente, me siento obligado a puntualizar algo sobre un suceso ocurrido en el festival de teatro de Almagro durante la representaci¨®n de Macbeth por el Teatre Jove de Valencia (y al que hace referencia una carta publicada en EL PA?S el d¨ªa 22 de julio): yo no me fui en el entreacto porque el espect¨¢culo estuviera mal, sino porque era yo quien no me encontraba bien. (Hay que aceptar que un director general puede ser resistente, sin alcanzar el hero¨ªsmo).

Cuando llegu¨¦ a la puerta de acceso a la plaza de Santo Domingo me advirtieron que por razones t¨¦cnicas la obra iba a empezar una hora m¨¢s tarde. Me quedaban dos posibilidades: a) irme al parador y meterme en la cama; b) ver por lo menos un acto. Opt¨¦ -estoy dispuesto a aceptar que equivocadamentepor esta ¨²ltima soluci¨®n. A la 1.15 de la madrugada abandon¨¦ el recinto con una jaqueca monumental a la que en nada hab¨ªan contribuido los esforzados y admirables muchachos valencianos.

Escribo esto en su honor y en su desagravio. Cualquier otro matiz mal¨¦volo me resbala.-

Director general del Instituto Nacional de las Artes Esc¨¦nicas y de la M¨²sica.