Respuesta a Pere Gimferrer

En el art¨ªculo Im¨¢genes de Eduardo Mendoza (EL PA?S, 29 de julio), Pere Gimf¨¦rrer se las ingenia para aparecer como descubridor y editor de La verdad sobre el caso Savolta en 1973, cuando era asesor del director literario de Seix Barral Juan Ferrater. Como un verdadero descubridor s¨®lo lo es si posee un sexto sentido que los otros no tienen, el poeta escribe: "Haber captado inmediatamente el valor singular de este libro es uno de los principales aciertos de mis 20 a?os de actividad editorial; pero quiz¨¢ sea aqu¨ª m¨¢s exacto hablar, antes que de acierto editorial, de percepci¨®n literaria". Yo no s¨¦ si una novela brillante como aqu¨¦lla requer¨ªa percepci¨®n especial; lo que s¨ª s¨¦ es que las cosas fueron de otro modo. Cuando yo entr¨¦ como director literario de Seix Barral a principios de 1975, Gimferrer guard¨® celosamente su talento y no me habl¨® para nada ni de Mendoza ni de su obra. Fue el escritor Jos¨¦ Luis Gim¨¦nez Front¨ªn quien me avis¨® de que en la editorial estaba el manuscrito de una novela francamente interesante de Eduardo Mendoza a quien yo apenas conoc¨ªa. Hice buscar el manuscrito, olvidado en un caj¨®n durante casi dos a?os, lo le¨ª, me entusiasm¨® y escrib¨ª a su autor, que entonces viv¨ªa en Estados Unidos. Con su humor peculiar, el a¨²n no estrenado escritor me contest¨® que casi ten¨ªa olvidada la obra y que le sorprend¨ªa que alguien se interesara por ella. A pesar de la dif¨ªcil situaci¨®n por la que pasaba la editorial, defend¨ª con tanto gusto y firmeza la novela que en el breve plazo de dos meses sali¨® a la calle y tuvo el ¨¦xito que merec¨ªa. Que eso fue as¨ª lo pueden corroborar cuantos estuvieron pr¨®ximos a este asunto, empezando por el propio autor de la novela. Nunca he dudado de la capacidad po¨¦tica de Gimf¨¦rrer, pero s¨ª dudo de su valor para lanzarse a nada que requiera riesgo p¨²blico, como demuestra el hecho de que nunca ha subido hasta las nubes a un escritor que no est¨¦ ya instalado, c¨®modamente, en ellas.- .