Cargos heterog¨¦neos

Le ruego la publicaci¨®n de las siguientes puntualizaciones a la informaci¨®n de EL PA?S (2 de julio de 1990, secci¨®n Madrid, 2) sobre la sanci¨®n que me fue impuesta por el Ministerio de Educaci¨®n y Ciencia.La denuncia de los alumnos es posterior a la incoaci¨®n del expediente (enero de 1989), en el que se acumulan los m¨¢s heterog¨¦neos cargos, entre ellos el de ser tutor de la UNED. La denuncia tiene fecha de 27 de febrero, aunque, extra?amente, ning¨²n sello o registro de entrada. En ella los alumnos dicen ratificar (?ratificar las palabras o la proposici¨®n de qui¨¦n?) que el profesor incumple la programaci¨®n y falta a clase.

Respecto a la programaci¨®n, la inspecci¨®n de filosof¨ªa comprueba su cumplimiento y ajuste a la programaci¨®n aprobada por el consejo escolar. La directora, en cambio, hace caso omiso de ¨¦sta, no advierte a los alumnos que se est¨¢ cumpliendo, ni da cuenta del problema a las tutor¨ªas respectivas ni al seminario de filosofia. Y, seg¨²n una denuncia de 11 profesores (Registro del Ministerio de 13 de febrero de 1989), declara en claustro que en posibles situaciones an¨¢logas, relacionadas con el control del cumplimiento de la programaci¨®n que tiene encomendado como directora, su actuaci¨®n depender¨¢ de las relaciones que mantenga con las personas involucradas.

Respecto a las faltas a clase, se controlan por medio de los partes de guardia, que han de cumplimentarse cada hora y jornada lectiva, dependiendo por entero de esto su autenticidad y fiabilidad. Pero tales partes de guardia fueron manipulados, durante el desarrollo del expediente y con meses de posterioridad. De todos modos, cotejando los documentos del instituto, se ve que hay una sola falta sin justificar, y ya prescrita en el momento del expediente. En cuanto a las justificadas, son considerablemente inferiores a las de numerosos profesores.

Sobre el porcentaje de insuficientes en junio, considero ocioso cualquier comentario, pero el se?or Cruz podr¨ªa consultar las actas de secretar¨ªa y comprobar si es el 75% o el 45%.

En cualquier caso, para que pudiera tener alg¨²n sentido la vinculaci¨®n causal entre falta de rendimiento y faltas de asistencia, se requiere previamente establecer la realidad de ambos cargos. Sin eso, lo que hay es una circularidad argumentativa, tan pintoresca como malintencionada, montando acusaci¨®n sobre acusaci¨®n. Y no s¨®lo ninguno de los cargos es demostrado, sino que todas las pruebas los desmienten. Pero el se?or Cruz, impert¨¦rrito, formula su ecuaci¨®n entre suspensos de los alumnos y rendimiento del profesor.

Y, desde luego, si lo que se quiere y preocupa es mantener el sentido y el concepto mismo de ense?anza, hay que tener, por lo pronto, ideas al menos m¨ªnimamente claras y suficientes sobre lo que se intenta comunicar y sobre la situaci¨®n real en que se ¨ªntenta. Y, por mi parte, puedo decir que nunca he renunciado ni estoy dispuesto a renunciar, en el planteamiento y la pr¨¢ctica de la relaci¨®n de ense?anza, a las exigencias elementales de rigor y seriedad. Como tambi¨¦n puedo decir que lo que me ha movido a agotar todos los recursos que la ley me permite es, desde la defensa de mis propios derechos como persona y profesor, la convergente defensa de la racionalidad y la objetividad en el ¨¢mbito institucional de la ense?anza.- Catedr¨¢tico de Filosofia del Instituto de Bachillerato de San Crist¨®bal de los ?ngeles.