Barras y estrellas en Torrej¨®n

La base de Torrej¨®n de Ardoz se encuentra en estado de alerta, pero aparenta una tranquilidad completa. Ning¨²n detalle hace suponer el movimiento que hay alrededor de la pista de aterrizaje. Los ni?os juegan en los parques, los conductores circulan tranquilamente por su interior con los cinturones de seguridad puestos...La normalidad s¨®lo se quiebra por el ruido ensordecedor de las turbinas de los Galaxy y C141 Starlifter que despegan y aterrizan sin interrupci¨®n desde la noche del martes. Las tripas de estos almacenes volantes est¨¢n cargadas de tanques,jeeps, ca?ones y complejos equipos como el NBQ, que previene los efectos de las armas nucleares, biol¨®gicas y qu¨ªmicas, las armas que m¨¢s teme Estados Unidos que utilice Irak en caso de conflicto.

Ni en el pueblo ni en la base se mira ya al cielo. S¨®lo los periodistas tratan de controlar desde el exterior hasta qu¨¦ punto se est¨¢ utilizando esta instalaci¨®n para apoyar la operaci¨®n militar que tiene lugar en el Golfo.

La pista de aterrizaje est¨¢ acordonada. Una especie de aduana la hace infranqueable a todo el personal sin autorizaci¨®n previa. Ah¨ª los norteamericanos se apelotonan con sus uniformes de camufiaje. Lo ¨²nico que saben es que van al desierto.

Mucha minor¨ªa

En la cafeter¨ªa, cuerpos fornidos que representan al ej¨¦rcito de EE UU devoran el peri¨®dico de las Fuerzas Armadas The Stars and Stripes (Barras y Estrellas), que informa sobre el conflicto en el que van a meterse hasta el cuello. Ah¨ª est¨¢n pilotos de Galaxy, de AWACS (el avi¨®n radar para alerta y control), y tropa, mucha tropa, en su mayor¨ªa compuesta por minor¨ªas ¨¦tnicas de Estados Unidos, negros y latinos.

Hay mujeres militares que hacen cola para abastecerse de comida al igual que sus compa?eros de armas. La tensi¨®n a lo desconocido se palpa. Las conversaciones mantienen un tono medio y giran en torno a sus lugares de origen evitando cualquier alusi¨®n que comprometa el secreto de sus instrucciones. Muchos de estos seres musculosos comen hamburguesas y temen no volver a probarlas en un buen pu?ado de d¨ªas.

La cafeter¨ªa de la base tambi¨¦n est¨¢ provista de productos de ¨²ltima hora. Aspirinas, pasta de dientes y espuma de afeitar son algunos de los art¨ªculos m¨¢s solicitados para quienes, por las prisas, no pudieron llenar sus petates.

Unos 6.0 00 soldados norteamericanos en total har¨¢n escala en Espa?a durante estos d¨ªas, rumbo al desierto de Arabia Saud¨ª, sin haber visto otra cosa en su viaje que instalaciones militares cl¨®nicas donde se paga en d¨®lares, lo que les har¨¢n sentirse como en las que han abandonado en su pa¨ªs.

Pronto contemplar¨¢n durante horas el inmenso desierto de arena en el que su presidente, Georges Bush, ha trazado una l¨ªnea para defender los intereses de sus abastecedores de petr¨®leo del ogro iraqu¨ª.