Para el condumio

Tres ¨¢reas de descanso y un puesto de la Cruz Roja son el dispositivo con se encuentran los viajeros que toman, a la salida de Burgos, la N-620.

La primera parada oficial se ha fijado en Torquemada, en el kil¨®metro 65. Las familias se colocan en las sombras a comer y Delfin Fern¨¢ndes Duro, que viene de Par¨ªs y lleva al volante 1. 100 kil¨®metros sin detenerse, se despeja la frente con un poco de agua.

Delfin es un veterano de la ruta porque se ha hecho los 1.448 kil¨®metros que separan su pueblo portugu¨¦s de Vilafrades de la capital francesa unas setenta veces. No tarda m¨¢s de dieciodho horas, descansando solamente un par de ellas. Delfin se lamenta de que "Espa?a tiene buenas carreteras pero parqui?os hay menos que en Francia".

Los parquinos son las escasas zonas de servicios. Una italiana que lava fruta a?ade a esta protesta que "toda Espa?a est¨¢ en obras". Casi en Valladolid, en el margen de la autov¨ªa, hay otra ¨¢rea de descanso, moderna pero sin caseta de informaci¨®n. Unos ni?os se entretienen en los columpios. Despu¨¦s de 120 kil¨®metros de marcha por la carretera de la muerte todav¨ªa no se encuentra el viajero ning¨²n puesto de la Cruz Roja. Pasado Tordesillas, en un arbolado, otra ¨¢rea de reposo.

Ante esta carencia de atenci¨®n, los viajeros aprovechan cualquier hueco, sobre todo los que dejan abiertos las gasolineras pero tambi¨¦n las sombras de los puentes de la autov¨ªa en construcci¨®n, para aposentarse y resolver el tr¨¢mite del condumio de la mejor manera posible.