Bienes del patrimonio cultural de Baleares, vendidos a precio de saldo por falta de inter¨¦s institucional

"Muri¨® Mir¨® y en Mallorca no queda casi obra suya. Robert Graves residi¨® medio siglo en Dei¨¤ y sus fondos est¨¢n en una universidad inglesa. Cela ha pasado 30 a?os en la isla y su biblioteca ir¨¢, seguramente, a su flundaci¨®n en Galicia". Un familiar directo de uno de los tres creadores citados describ¨ªa de esta forma la dram¨¢tica situaci¨®n en que se encuentra el patrimonio cultural en Baleares. La falta de tacto institucional desde hace a?os ha motivado que bienes culturales de capital importancia o simplemente archivos interesantes se hayan perdido, dispersado, vendido o exportado al extranjero. El ¨²ltimo cap¨ªtulo, por el momento, de esta triste historia es la venta a precio de saldo del archivo y la biblioteca de Asistencia Palmesana.

Asistencia Palmesana, sociedad cultural vinculada a entidades populares y recreativas y que a lo largo de 140 a?os ha desarrolla do una amplia actividad en Mallorca, ha perdido sus fondos bibliogr¨¢ficos y el material que re sum¨ªa su existencia. En una libre r¨ªa de lance de la capital balear se encuentran a la venta ejemplares de libros y folletos procedentes de su biblioteca.El presidente de Asistencia Palmesana, Francisco Albert¨ª, l¨ªder de la Patronal de empresarios de Baleares e impresor de profesi¨®n, dijo tener conocimiento de la noticia al recibir la comunicaci¨®n de este peri¨®dico. Albert¨ª confirm¨® ayer que la biblioteca, que conten¨ªa cientos de libros, folletos y material importante y significativo en la historia de instituciones relevantes de Palma desde 1858, fecha de la fundaci¨®n de la Asistencia, hab¨ªa desaparecido y no se conoc¨ªa su paradero.

El director general de Cultura del Gobierno balear, Jaume Martorell, manifest¨® desconocer cualquier detalle del caso. El responsable de Cultura del Ayuntamiento de Palma y alcalde en funciones, el socialista Nicolau Llantras, indic¨® que en ning¨²n momento los responsables de Asistencia Palmesana se hab¨ªan dirigido a las instituciones para ofrecer la cesi¨®n, venta, dep¨®sito o donaci¨®n de los fondos.

El s¨¢bado por la ma?ana un folleto de 1913 con cinco p¨¢ginas impresas y tres fotograbados, referente a Los fen¨®menos de corrimiento, obra de un ge¨®logo insular, se cotizaba a 3.000 pesetas en una librer¨ªa de Palma. En la primera p¨¢gina de esta publicaci¨®n del Museo Nacional de Ciencias Naturales figuraba una inscripci¨®n a l¨¢piz (F. 107) identificada por el vendedor como una anotaci¨®n de la entidad cultural.

El comprador de los fondos manifest¨® a este peri¨®dico que los asociados hab¨ªan decidido liquidar sus bienes y que hab¨ªan publicado un anuncio en los peri¨®dicos informando a los integrantes de la entidad, creada como sociedad de socorro mutuo a mitad del siglo XIX. Cientos de libros y folletos fueron transportados en un autom¨®vil desde el local a la librer¨ªa.

Albert¨ª, presidente de Asistencia Palmesana desde 1973, explic¨® que es una sociedad "en hibernaci¨®n, con muy pocos medios, que se salva por su patrimonio inmobiliario; con s¨®lo 100 socios, m¨¢s bien parece un club de la tercera edad. Las entradas son muy exiguas". Entidades tan diversas como la Casa de Menorca, la Federaci¨®n de Ajedrez, el Club de F¨²tbol Atl¨¦tico Baleares o la entidad ben¨¦fica del Patronato de San Jos¨¦, junto a ateneos, grupos de teatro y organizaciones taurinas, se han acogido en las dependencias de esta instituci¨®n.

Uno de los lamentables precedentes de lo sucedido con la biblioteca Palmesana es el de los papeles de Lloreng Moi¨¤ Gilabert. Cuando hace seis a?os muri¨® este escritor insular, heredero de una familia con ra¨ªces en el medioevo, sus familiares directos los vendieron todos: obras in¨¦ditas, manuscritos en castellano, traducciones, dibujos de Pau Forn¨¦s, libros..., todo su archivo. Se compr¨®, como en el caso de los fondos de Asistencia Palmesana, a un precio por kilo, a ojo, como papel viejo. Se Vendi¨® y se vende a precio de lata de caviar o de incunable. Las instituciones p¨²blicas, entonces y ahora, quedaron fuera de juego, y se enteraron por la llamada de un periodista.

El librero de lance explica que los herederos, al repartirse la herencia de un fallecido, procuran desprenderse de libros y papeles. Familias que han contado con un sacerdote, un militar o un emigrante en Am¨¦rica y han tenido vinculaciones con alguno de los estamentos del poder en la isla, poseen inevitablemente material atractivo para coleccionistas. Desde un pergamino del siglo XIV hasta una entrada de toros ,con la bandera republicana.

De Mallorca ha salido la Biblioteca Ayamans, que fue integrada en los fondos del Monasterio de Montserrat. La colecci¨®n Montenegro fue desintegrada. La biblioteca del marqu¨¦s de La Romana, personaje que batall¨® en Europa en el siglo XIX, pas¨® a la Biblioteca Nacional de Madrid, igual que la biblioteca de Joan Estelrich o la de Ferran Capdebou, despu¨¦s de ser fragmentada. La lista ser¨ªa interminable. La biblioteca del historiador Llabr¨¦s tuvo otro tr¨¢gico final: el intelectual condicion¨® el destino de su colecci¨®n, deb¨ªan destruirse los papeles sin encuadernar; con ello se perdieron miles de documentos gr¨¢ficos e hist¨®ricos.