Aprendiendo a vivir de nuevo
A Ferm¨ªn le diagnosticaron una esquizofrenia paranoide, y estuvo nueve a?os entrando y saliendo de los psiqui¨¢tricos. Es un tiarr¨®n enorme de aspecto desaseado. Lleva el pelo grasiento, la ropa desordenada, no se afeita y no usa el pa?uelo para sonarse. Le gusta mucho ir de bares y charlar con la gente, y cuando no sabe c¨®mo decir algo, se inventa las, palabras. Dicen que ten¨ªa problemas con el alcohol y ¨¦l lo niega, pero cuenta que una vez pag¨® una deuda en la taberna trabajando para el due?o.Ferm¨ªn se pone a veces "muy muy nervioso y siente que le hierve la sangre", pero no sabe por qu¨¦, y eso no le gusta. Pelea mucho con su padre, que es alcoh¨®lico y le insulta. Su madre no, su madre "lo ¨²nico que quiere es no tenerle estorbando a su alrededor". Hace tiempo hac¨ªa alguna chapuza pero dej¨® de trabajar "porque le entraba la angustia". Adem¨¢s, su amigo Primitivo le dijo que si trabajaba pod¨ªan quitarle la pensi¨®n que cobra de la Seguridad Social, y "¨¦l debe de saber esas cosas porque es muy listo".
A Primitivo le conoc¨ªa ya del psiqui¨¢trico; aquella vez hab¨ªa llegado all¨ª porque, seg¨²n ¨¦l mismo dec¨ªa, "se hab¨ªa chinao", y se lo encontraron comiendo basura. Antes de eso, no; antes de eso tocaba la flauta por la Calle y sacaba para ir tirando. Pero empez¨® a hacer cosas raras y a insultar a la gente, y la polic¨ªa se lo llevaba. Al final siempre terminaba en el psiqui¨¢trico. La ¨²ltima vez, los del psiqui¨¢trico mandaron a Primitivo a una peque?a residencia. All¨ª sigue y no est¨¢ tan mal, "porque es todo muy diferente".
Ahora Primitivo y Ferm¨ªn han vuelto a encontrarse porque durante el d¨ªa van al mismo centro de rehabilitaci¨®n psicosocial, y Primitivo, que es perro viejo y domina la jerga psiqui¨¢trica, se parte de la risa cuando oye a Ferm¨ªn pronunciar "riblitaci¨®n-cochocial". En el centro tambi¨¦n est¨¢ Germ¨¢n, un chico joven que siempre est¨¢ sentado mirando al suelo y apenas habla. Estuvo internado porque ten¨ªa "reacciones paranoides". No sabe que est¨¢ enfermo, pero lo pasa muy mal porque tiene mucho miedo. Tiene miedo sobre todo a pasar por su pueblo, concretamente por la plaza de Correos, porque all¨ª, cuando trabajaba de cartero, fue donde "empezaron a perseguirle para matarle" y desde entonces le siguen y le vigilan continuamente. Primitivo, que le ha tomado bajo su protecci¨®n, le dice siempre: "No te preocupes, chaval, que si es necesario mi amigo Ferm¨ªn, que es muy grande y muy broncas, y yo, que no soy grande pero tengo un par de c.... le partimos la cara a quien haga falta, y asunto concluido".
En el hall del centro hay una cafetera el¨¦ctrica de la que todos se sirven. El az¨²car hay que ped¨ªrselo a Azucena, la secretaria. Es una buena forma de controlar los caf¨¦s que lleva bebidos cada uno, porque a veces abusan y se ponen nerviosos. Es el sitio m¨¢s concurrido del centro, donde todos hablan de sus cosas (los que hablan, porque hay algunos que est¨¢n siempre callados).
Azucena siempre cuenta entusiasmada las conversaciones y reacciones que d¨ªa a d¨ªa se producen ante sus ojos. "Como aquella vez que Ester, una chica con diagn¨®stico de esquizofrenia residual, estaba tan angustiada que quer¨ªa encerrarse en un psiqui¨¢trico, y otro chico, Andr¨¦s, le explicaba con paciencia que con ir al psiqui¨¢trico no iba a solucionar nada, que se iba a pasar todo el d¨ªa en la cama o paseando y aguantando locos'; ¨¦l, que cuando lleg¨® hace nueve meses al centro estaba totalmente vencido y aislado tras haber padecido un "brote psic¨®tico", ahora est¨¢ a punto de conseguir el alta y tiene un contrato de seis meses para trabajar de jardinero. O como cuando Ferm¨ªn apareci¨®, por primera vez, sin que nadie se lo dijera, m¨¢s compuesto que un san Luis porque ten¨ªa una entrevista de trabajo. O el cambio paulatino de los comentarios de Primitivo sobre su Residencia, vive en una minirresidencia que pertenece al mismo programa que el centro, y al principio, acostumbrado a su vida de vagabundeo, recelaba de cualquier norma de convivencia, ahora sugiere a Ester, que en vez de irse al psiqui¨¢trico, "s¨ª no puede aguantar sola, es mucho mejor un sitio como en el que vive ¨¦l".
4.000 enfermos cr¨®nicos
A pesar de no contarse con cifras precisas, se estima que en la Comunidad de Madrid existen, al menos, 4.000 enfermos mentales cr¨®nicos necesitados de alg¨²n tipo de servicio de rehabilitaci¨®n y soporte social.
A ra¨ªz de la pol¨ªtica de desinstitucionalizaci¨®n y del necesario cambio en la asistencia psiqui¨¢trica que pas¨®, de ser eminentemente manicomial, a fundamentalmente comunitaria, se hizo necesar¨ªo crear una red de atenci¨®n espec¨ªfica para los enfermos mentales cr¨®nicos, que les asegurara los servicios de soporte social, rehabilitaci¨®n y reinserci¨®n que necesitan para vivir dignamente en la sociedad. Por lo que la Comunidad de Madrid puso en marcha el "Prograrna de Servicios Sociales Alternativos a la Institucionalizaci¨®n Psiqui¨¢trica".
Todas estas necesidades han sido contempladas en el Programa que cuenta con:
- Distintas alternativas residenciales, como minirresidencias de 15 o 20 plazas, con un funcionamiento lo m¨¢s parecido a un hogar, para diferentes tipos de estancias, cortas por emergencia familiar, transitorias de preparaci¨®n para la vida independiente, e indefinidas; o pisos tutelados, con distintos grados de supervisi¨®n y apoyo.
- Centros de rehabilitaci¨®n laboral, con actividades de orientaci¨®n vocacional, formaci¨®n profesional y de h¨¢bitos de trabajo y b¨²squeda de empleo, y coordinaci¨®n con el INEM y el mercado laboral.
- Programas espec¨ªficos, como el destinado a la Atenci¨®n de Enfermos Mentales Cr¨®nicos Indigentes, seleccionado, como acci¨®n innovadora, por el "Programa Europeo de Lucha contra la Pobreza".
-Centros de rehabilitaci¨®n psicosocial para desenvolverse en la vida, desde c¨®mo organizarse el tiempo, a c¨®mo utilizar los transportes o los servicios de un banco. Cosas que parecen irrelevantes pero pueden suponer un muro infranqueable para aquellas personas etiquetadas como "locos" que est¨¢n aprendiendo a vivir de nuevo.
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