'Fujimonzacion' en Argentina
M?S DE dos tercios de los votantes de la provincia de Buenos Aires rechazaron en el plebiscito celebrado el pasado d¨ªa 5 la reforma de la Constituci¨®n provincial, que apoyaban los dos grandes partidos tradicionales de Argentina, peronistas y radicales. La provincia de Buenos Aires -con sus 12, millones de habitantes, un tercio de la poblaci¨®n del pa¨ªs, que incluye los arrabales donde la cosmopolita capital pierde su nombre para convertirse de verdad en Am¨¦rica Latina- es un term¨®metro muy sensible de la temperatura pol¨ªtica del pa¨ªs. Por ello, el que una ampl¨ªsima mayor¨ªa haya deso¨ªdo las consignas de los dos partidos que en las presidenciales y legislativas de mayo recogieron el 85% de los votos constituye un s¨ªntoma clamoroso del desconcierto en que vive la sociedad argentina.La coalici¨®n del no estaba formada por una extra?a amalgama de la variopinta fauna pol¨ªtica argentina: desde militares golpistas, como el ex teniente coronel Aldo Rico, hasta Luis Zamora, el ¨²nico diputado trotskista del Parlamento argentino, pasando por el ingeniero y asesor presidencial ?lvaro Alsogaray y el periodista-predicador Bernardo Neustadt. Con toda clase de argumentos, desde acusar a la reforma constitucional de socialdem¨®crata hasta rechazar la politiquer¨ªa, denunciar la corrupci¨®n de los pol¨ªticos o plantear el plebiscito como un refer¨¦ndum sobre la gesti¨®n del gobernador peronista Antonio Cafiero, el frente del no aplic¨® una especie de todo vale en el tiroteo contra partidos y dirigentes tradicionales. El resultado del plebiscito permite ahora la paradoja de que izquierdistas y golpistas puedan capitalizar el revolc¨®n sufrido por los partidos y dirigentes tradicionales y contabilicen el ¨¦xito como propio.
La consecuencia m¨¢s inmediata ha sido la dimisi¨®n del gobernador Cafiero de la presidencia del Partido Justicialista. El presidente Carlos Menem hered¨® esa presidencia y la deleg¨® en su hermano Eduardo, presidente tambi¨¦n del Senado. El otro dirigente afectado por el maremoto ha sido el ex presidente Ra¨²l Alfons¨ªn, que hab¨ªa apoyado de forma decidida el s¨ª y ahora ver¨¢ crecer la oposici¨®n interna dentro de la Uni¨®n C¨ªvica Radical. De momento, su contrincante m¨¢s fuerte, el gobernador de C¨®rdoba, Eduardo Angeloz, ya ha publicado un documento para lanzar una nueva l¨ªnea interna en el radicalismo.
Adem¨¢s de estas escaramuzas internas, el fen¨®meno electoral de la provincia de Buenos Aires indica que est¨¢ en marcha una fujimorizaci¨®n de la pol¨ªtica argentina. Este proceso se caracteriza por la desconfianza y desobediencia ante los partidos y las directrices que proceden de los pol¨ªticos tradicionales. El desencanto y la sorda indignaci¨®n provocados por la crisis interminable provocan en el electorado el deseo de castigar a los pol¨ªticos. La ¨²nica v¨ªa para articular esos sentimientos populares es el cuarto oscuro, a la hora de votar. En un incre¨ªble acto de funambulismo pol¨ªtico, el presidente Menem ha sido capaz de repicar y estar en la procesi¨®n. Tras haber pedido, bien que a rega?adientes, el s¨ª, se las ha arreglado para subirse al carro de los vencedores, aumentar su control sobre el justicialismo y presentarse, una vez m¨¢s, como el fiel int¨¦rprete de los sentimientos del pueblo.
Menem ha sabido, hasta ahora, gobernar sin pagar el necesario tributo de impopularidad por su pol¨ªtica de ajuste. El ejercicio asombroso de equilibrio pol¨ªtico que realiza Menem desde hace ya m¨¢s de un a?o le ha dado resultado por ahora, pero el presidente argentino puede darse de bruces en cualquier momento y, con su ca¨ªda, dejar abierto el camino para la definitiva fujimorizaci¨®n de Argentina. De momento, su intento de capitalizar mediante la reimplantaci¨®n de la pena de muerte la indignaci¨®n ciudadana por la ola de criminalidad se ha zanjado con la retirada de la propuesta, seguramente por la inesperadamente firme oposici¨®n de los obispos.
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