La Iglesia cubana intenta recomponer sus relaciones con Fidel Castro
La Iglesia de Cuba, bregada por 25 a?os de confinamiento en los s¨®tanos de la revoluci¨®n, sobrelleva con cautela su ¨²ltima crisis con Fidel Castro, que ha renunciado al cuerpo a cuerpo ante un adversario que todav¨ªa le aventaja en envergadura y pegada. La Conferencia Episcopal, que acept¨® el resquicio pol¨ªtico abierto por el Gobierno a los cristianos en 1985, ha encajado sin estridencias las acusaciones de complicidad con Estados Unidos lanzadas por Castro en abril y trabaja para recomponer unas relaciones que se han enfriado considerablemente.El progresivo aislamiento exterior de la revoluci¨®n cubana y. su asedio desde nuevos frentes pol¨ªticos y econ¨®micos modificaron sustancialmente el marco nacional en que se produjo la distensi¨®n Iglesia-Estado -en v¨ªsperas de las reformas emprendidas por Mija¨ªl Gorbachov- y fren¨® el avance hacia un entendimiento entre cat¨®licos y ateos, necesario en un continente donde la fuerza del hecho religioso es una realidad que a ning¨²n Gobierno conviene eludir.
El pulso mantenido sobre la fecha y conveniencia del viaje del Papa a Cuba, en un contexto desfavorable para el r¨¦gimen provisorio para los obispos, contribuy¨® tambi¨¦n al enfriamiento de un di¨¢logo trabajosamente conseguido y a la beligerancia de destacados dirigentes pr¨®ximos al poder del palacio de la Revoluci¨®n, que se movilizaron para influir ante Castro y retrasar la llegada del Pont¨ªfice hasta conseguir lazos m¨¢s propicios.
'Dependencia'
"La Iglesia cat¨®lica cubana es muy dependiente de otras jerarqu¨ªas cat¨®licas occidentales, de la ayuda de la Iglesia cat¨®lica de Estados Unidos y de las ayudas de otras en Europa. Tiene la influencia de esas iglesias; es alta la influencia que tiene la jerarqu¨ªa de la Iglesia cat¨®lica norteamericana sobre la jerarqu¨ªa de la Iglesia cubana, y no es poca la influencia de la pol¨ªtica de Estados Unidos sobre la jerarqu¨ªa de esta Iglesia". Con estas declaraciones, efectuadas hace cuatro meses por el presidente cubano, durante un viaje oficial a Brasil, cambiaba el sesgo de las relaciones, se romp¨ªan las hostilidades y quedaban abortadas las posibilidades de una gira papal en diciembre.En su viaje brasile?o, Fidel Castro asegur¨® que la Iglesia cat¨®lica cubana -desmantelada y empujada a las catacumbas cuando, en 1960, denunci¨® el giro marxista de la revoluci¨®n- nunca lleg¨® a identificarse con su Gobierno y estuvo "m¨¢s bien agazapada, esperando que la revoluci¨®n tuviera dificultades para actuar contra ella". Los cat¨®licos, tras prolongado extra?amiento, no hab¨ªan expresado un inter¨¦s especial por ingresar en el Partido Comunista de Cuba. Su preocupaci¨®n esencial fue m¨¢s bien luchar contra la discriminaci¨®n, por el respeto al culto, la educaci¨®n religiosa en las familias y por un mayor protagonismo en el ¨¢mbito social que le toca vivir.
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