Ganar, ?para qu¨¦?
Lo que se viene llamando la guerra de los preavivos no ha hecho m¨¢s que empezar, y ya sabemos que la agresi¨®n de CC OO ha hecho un da?o irreparable al movimiento sindical, a la unidad de acci¨®n y a los trabajadores, en un momento de vital importancia para la consecuci¨®n del giro social que ven¨ªamos demandando en tomo a la Propuesta Sindical Prioritaria.Una pol¨¦mica que dif¨ªcilmente entienden los trabajadores y la opini¨®n p¨²blica, y que contin¨²a por el empecinamiento en el error de CC OO y el silencio c¨®mplice del Gobierno, que no hay que descartar se vea tentado de pasar a la UGT la factura del 14-D y la de su decidida apuesta por su autonom¨ªa y la unidad de acci¨®n, as¨ª como de su exigencia de Nevar a cabo una pol¨ªtica econ¨®mica de mayor contenido social.
Una pol¨¦mica que, sin duda, se debe a la obsesi¨®n de los dirigentes de CC OO de ganar las pr¨®ximas elecciones sindicales a costa de la UGT pese a las diferencias que se dieron en el 86 (10.000 delegados a favor de UGT), olvid¨¢ndose de las miles de empresas que nunca han celebrado elecciones, y sin importarles el da?o que va a causar a la unidad de acci¨®n de tan buenos resultados para trabajadores y sindicatos.
Ganar a costa de UGT es un reto francamente dificil desde el respeto a la normativa electoral, que ya se puso de manifiesto por ambos sindicatos en los pasados comicios. A prop¨®sito, bueno es recordar que, en el 86, ninguno de los dos sindicatos hizo algo semejante a lo que ha hecho CC OO, preavisando -a todas las empresas con fecha de inicio del proceso electoral, de tal manera que aquellas en las que CC OO tiene una presencia significada est¨¢n situadas al inicio del proceso, y las que tienen una fuerte presencia de la UGT -?qu¨¦ casualidad- se encuentran en la parte final del proceso o incluso fuera del n-¨²smo. De ah¨ª que no sea de recibo la falacia de que estamos ante una iniciativa absolutamente neutra o inofensiva.
Desde luego, la UGT nunca ha efectuado un preaviso generalizado, escalonado y cerrado, y quiero, con esta aseveraci¨®n, desmentir lo publicado en un editorial de este mismo peri¨®dico. En nuestra opini¨®n, lo hecho por CC OO es algo antidemocr¨¢tico que recuerda a?ejas pr¨¢cticas del sindicato vertical y supone un desconocimiento de lo que ocurre en una empresa, donde muchos trabajadores no van a aceptar nunca que un sindicato iniponga un calendario y fechas concretas.
En todo caso, supone un tremendo olvido de que en Espa?a existe libertad sindical y que hemos optado por un sistema de pluralidad sindical, con lo que eso comporta de igualdad de oportunidades, que en absoluto se respeta con el preaviso de CC OO y laimposici¨®n de su calendario, por la ventaja y trampa que eso significa para el resto de los sindicatos y de los trabajadores, que no pueden aspirar a preavisar el inicio del proceso electoral en una empresa.En efecto, el preaviso referido pretende impedir, y de hecho impide, que las dem¨¢s organizaciones sindicales puedan ejercer el derecho, constitucionalmente protegido, de promover la celebraci¨®n de elecciones sindicales de forma que el calendario de las elecciones as¨ª promovidas no responde a las necesidades o situaci¨®n espec¨ªfica de las empresas, o a criterios neutrales, sino a la espec¨ªfica estrategia de un sindicato en concreto.
Una peque?a reflexi¨®n del porqu¨¦ de este atropello nos dar¨ªa los siguientes rasgos a destacar.
En primer lugar, hay que manifestar que CC 00 (al margen de declaraciones) no se encuentra sw ficientemente c¨®moda dentro de la unidad de acci ¨®n. Es evidente su menor protagonismo y liderazgo. Incluso el pretendido abrazo del oso de CC 00 a la UGT, que predicaban algunos analistas, no se ha producido. Responsables de ese sindicato reconocen el avance de la UGT en las grandes empresas bajo el paraguas de la unidad de acci¨®n. Incluso por parte de sus dirigentes, se achaca a la UGT dosis, que no entendemos, de hegemonismo, lo que no deja de encubrir una actitud claramente defensiva.Referencias pol¨ªticas En segundo lugar, hay que se?alar que es un sindicato sin una clara referencia pol¨ªtica. Se debate entre su tradicional referencia, hoy en crisis, que sigue reivindicando una parte de sus cuadros, y la referencia y el espacio socialdem¨®crata que hoy ocupa la UGT, y que est¨¢ m¨¢s en consonancia con la pr¨¢ctica sindical que desarrolla conjuntarnente con la UGT, y con el modelo vigente en Europa.
En tercer lugar, sigue trabajando en los momentos presentes por conseguir su plena autonom¨ªa sindical. No hay que desconocer que ello viene generando problemas intemos no totalmente resueltos, por la convivencia de varias formaciones pol¨ªticas en su seno, y tambi¨¦n relacionados con la b¨²squeda de una referencia pol¨ªtica m¨¢s homologable.
En cuarto lugar, sin dejar de ser un sindicato reivindicativo, con reminiscencias de movimiento sociopol¨ªtico, se ve en la ?cesidad de ir consolidando su oferta de servicios, que ya viene ofreciendo con ventaja la UGT. Debemos destacar en este sentido los relacionados con la vivienda social, fondos complementarios de pensiones, seguros y la formaci¨®n profesional.
Finalmente, se encuentra el reto de su integraci¨®n en el Movimiento Sindical Europeo, un gran desafio para CC 00 y que va a representar posiblemente una parte importante del quehacer de CC 00 en los pr¨®ximos a?os, precisamente cuando la UGT es un sindicato con prestigio en el marco de la CE y con un gran protagonismo en la Confederaci¨®n Europea de Sindicatos.
Resolver estos problemas, abrir los debates expuestos y en todo caso una equiparaci¨®n plena con la UGT y su homologaci¨®n en Europa, ser¨¢ mucho m¨¢s dif¨ªcil si CC 00 no obtiene unos buenos resultados en estas elecciones sindicales. Ello puede, a grandes rasgos, explicar esa obsesi¨®n y la necesidad imperiosa de ganar a toda costa que CC 00 est¨¢ demostrando en estos momentos. El problema es el alto precio de esa pol¨ªtica que no tiene otra salida que comenzar el proceso electoral con ventaja.
Por otra parte, CC 00 no ha calibrado en sus justos t¨¦rminos la respuesta de la UGT, que l¨®gicamente se niega a aceptar el comenzar las elecciones sindicales en clara desventaja sobre CC 00, por, el abuso que ha hecho de la normativa electoral, degradando con ello la confianza de la UGT. Los ep¨ªtetos de sorpresa, guerra sucia, trampa, ventajismo, son ejemplos harto elocuentes de lo que acabo de manifestar y que han sido empleados por los responsables de la UGT.
Quiz¨¢ sea en este punto interesante preguntarse cu¨¢l hubiera sido la reacci¨®n de CC 00 si UGT hubiera hecho lo mismo, si ya en el 86 se habl¨® de pucherazo (que rechazamos firmemente), ?qu¨¦ palabras se hubieran empleado en esta ocasi¨®n? Quiz¨¢ se hubiera hablado de cacicada, de los grandes rompedores de la unidad de acci¨®n, de traici¨®n... ?C¨®mo se hubiera calificado la actitud del Gobierno que se inhibe ante una normativa que posibilita el abuso y el fraude?
Desde la UGT se ha reaccionado con firmeza, pero, a la vez, convencidos de que hay que buscar una soluci¨®n a . un problema que no es de menor importancia. Un problema que ha hecho imposible el que la Comisi¨®n Nacional de Elecciones, en su primera reuni¨®n, aprobara el periodo de c¨®mputo de las elecciones, lo que demuestra el desatino y la precipitaci¨®n de CC 00. Un problema que se manifiesta fehacientemente cuando el Ministerio de Trabajo nos remite una carta, de contestaci¨®n a la remitida por la UGT, donde nos anuncia que recibiremos una parte de la documentaci¨®n electoral el 15 de agosto, que debe de servirnos para preavisar, cuando ya CC 00 preavis¨® en el mes de julio y lo pod¨ªa haber hecho incluso para ??las elecciones del 94, con esa lectura abusiva de la normativa; sin duda, es todo un desprop¨®sito y una falta absoluta de garant¨ªas e igualdad de oportunidades.
Por todo ello, la UGT viene reiterando la necesidad de modificar la normativa electoral con el resto de los sindicatos. CC 00 no quiere ninguna modificaci¨®n, porque es la ¨²nica manera de no retirar sus preavisos y, por tanto, continuar con la ventaja electoral, cuando ven¨ªa defendiendo la modificaci¨®n, hasta hace dos meses, de la misma.
La actitud de CC 00 sigue inamovible y se centra en negociar con la UGT un calendario electoral, que en t¨¦rminos reales es imposible para 200.000 empresas, en sectores, comarcas y provincias.
Pero es que, adem¨¢s, ?se puede la UGT sentar ante el chantaje que suponen los preavisos de CC 00, que se niega a retirar? ?Es que un acuerdo entre UGT y CC 00 no supondr¨ªa una imposici¨®n a terceros, como representa el preaviso de CC 00? ?Es que un acuerdo entre UGT y CC 00 hace buena la imposici¨®n de un calendario a otros sindicatos y otros trabajadores tal y como estamos criticando?
Ante la situaci¨®n presente, la UGT ha concretado su alternativa tendente a modificar la normativa electoral, desde el inter¨¦s por evitar la carrera del preaviso, garantizar la igualdad de oportunidades y hacer posibles unas elecciones sindicales limpias y democr¨¢ticas.Compromiso p¨²blicoEn primer lugar, la UGT reitera su compromiso p¨²blico de no efectuar un preaviso generalizado, que es lo que parece preocupar a CC 00, y adem¨¢s no pide la retirada de sus preavisos, simplemente plantea que ¨¦stos sean compatibles con los preavisos de otros sindicatos y de los trabajadores.
En sus ¨²ltimas resoluciones, UGT plantea el preavisar empresa por empresa, el respetar, como no puede ser de otra manera, el sentir mayoritario de los trabajadores en una empresa a la hora de fijar lafecha de las elecciones sindicales. Acepta, l¨®gicamente, hacerlo con la documentaci¨®n electoral oficial que ser¨¢ p¨²blica y conocida por las con-¨²siones provinciales, por la empresa y los trabajadores; y, finalmente, la caducidad del preaviso en el supuesto de no celebrarse ,las eletelones sindicales, 10 d¨ªas despu¨¦s de haberse iniciado el proceso electoral en una peque?a empresa, y, por tanto, la necesidad de efectuar un nuevo preaviso.
Ante esta alternativa, que honradamente eg un intento seno de arreglar el problema, sin abandonar la revisi¨®n de la normativa m¨¢s ampliamente, hemos recibido una respuesta negativa de forma inmediata y sin tiempo para anal¨ªzar la misma.
No acabamos de comprender los temores y recelos de CC 00. ?Qu¨¦ es lo que teme? La concurrencia de preavisos, la igualdad ante el proceso electoral o, simplemente, el perder su ventaja ante la mayor presencia e implantaci¨®n en las peque?as y medianas empresas (pymes), y, por tanto, mayores posibilidades de ganar las elecciones sindicales de la UGT.
Para descalificar nuestra alternativa, en el terreno de la dial¨¦ctica, no duda CC 00 en utilizar la suposici¨®n de lo que previsiblemente hubiera hecho antes o despu¨¦s la UGT; sus argumentos ca-, recen de rigor, incluso no se duda en emplear la demagogia, la falsedad y el cinismo, utilizando conceptos deliberadamente peyorativos como la operaci¨®n rastrillo y el hombre del malet¨ªn, a trav¨¦s de una absurda simplificaci¨®n que nadie sabe su significado y que, en todo caso, pretende prostituir un trabajo serio y persistente de organizaci¨®n en la peque?a empresa durante los ¨²ltimos a?os.
Es p¨²blico y notorio que CCOO, durante el presente a?o, est¨¢ visitando las empresas peque?as. Hay que preguntarse en este sentido, c¨®mo se les llama en CC 00 a los que desarrollan ese trabajo. ?Sindicalistas, camaradas, compa?eros o quiz¨¢ responsables?
Desde luego, lo que no estamos dispuestos a aceptar es un distinto trato para unos y otros cuando realizan un mismo cometido, por otra parte digno y de vital importancia, como es el trabajo dedicado a introducir y extender el sindicato en las pyrnes.
En todo caso, el mal est¨¢ hecho, pero sobre todo es preocupante por lo negativo que va a resultar en las pyrnes. A pesar de eso, la UGT asumir¨¢ el reto de mejorar su presencia e implantaci¨®n en las mismas; no en balde se trata de la gran mayor¨ªa de los trabajadores, y, desde luego, de los m¨¢s desfavorecidos y, por tanto, m¨¢s necesitados de los sindicatos.
En estas circunstancias, y ago~ tadas ya todas las posibles actuaciones de tipo pol¨ªtico y sindical, es cuando la UGT ha decidido presentar demanda laboral, en tutela del derecho de libertad sindical, en la Sala Social de la Audiencia Nacional.Ant¨®n Sarac¨ªbar es secretario de organizaci¨®n de UGT.
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