"Los partidos del futuro no podr¨¢n dictar las ideas"
Es un hombre casi solo. Ha vivido con pasi¨®n los ciclones de los ¨²ltimos 30 a?os del siglo, siempre obsesionado con la arquitectura del futuro. Se ha dicho de ¨¦l: "Es el modelo del consejero del pr¨ªncipe, pero no ha tenido pr¨ªncipe". Quiz¨¢ no sea as¨ª. Lo cierto, adem¨¢s de sus ocho libros de econom¨ªa y ensayo, es que en los a?os sesenta fue economista de la BBC brit¨¢nica y del Economist; en los setenta ejerci¨® de economista en el Fondo Monetario Internacional y pudo palpar el mundo. De retorno a Espa?a, en el primer Gobierno de Su¨¢rez fue secretario general t¨¦cnico del Ministerio de Industria. Con Josep Tarradellas fue conseller de Finanzas. Y en el ¨²ltimo Gabinete'del mismo Su¨¢rez fue ministro de Relaciones con las Comunidades Europeas. Durante cinco a?os se lig¨® a la banca (Banco Hispano Americano), donde trabaj¨® un lustro como responsable de los servicios de estudio y planificaci¨®n. M¨¢s actualmente, el Punset eurodiputado del CDS ha llevado las relaciones con Poloma en nombre del Parlamento de Estrasburgo, y por parlamentario y economista le ha tocado seguir la evoluci¨®n sobre el terreno en Checoslovaquia, Hungr¨ªa y Polonia. Estos d¨ªas, a salvo de sus escapadas a cualquier punto del planeta como ejerciente de "consejero de pr¨ªncipe sin cartera", cobijado por la paz redonda de su mas¨ªa del bajo Ampurd¨¢n, escribe la primera novela.Pregunta. Los pol¨ªticos en activo rar¨ªsimamente dicen algo que no responda a sus intereses particulares o de clase pol¨ªtica; y la prensa se arruga los m¨ªnimos de la pr¨¢ctica de la libertad. ?Esto qu¨¦ quiere decir en la civilizaci¨®n de la comunicaci¨®n?
Respuesta. Hemos descubierto con cierto pavor que una sociedad m¨¢s informada no es necesariamente m¨¢s libre y m¨¢s sabia. La sociedad de la informaci¨®n no ha conducido a una sociedad fundamentada en el conocimiento. Ha faltado el esfuerzo y el rigor individual y colectivo para transformar la informaci¨®n disponible en conocimiento, y a los conocimientos acumulados en algo de sabidur¨ªa.
P. ?Deben seguir los medios de comunicaci¨®n en manos del Estado?
R. Al Estado hay que dejarle dos o tres emisoras de FM para emitir exclusivamente m¨²sica cl¨¢sica.
P. ?Vamos hacia atr¨¢s entonces?
R. Pod¨ªamos ir hacia sociedades ensimismadas, light, que han perdido la voluntad del esfuerzo.
P. ?Un ejemplo?
R. Ahora, con el Irak, se ha comprobado c¨®mo fall¨® el nivel de concertaci¨®n. Uno de los olvidos m¨¢s traum¨¢ticos de la civilizaci¨®n es no haber tenido ni el rigor t¨¦cnico ni el valor de criticar los Estados nacionales en un mundo internacionalizado. Los Estados nacionales y la ausencia de una concertaci¨®n mundial son los responsables de situaciones tan alucinantes como la del Golfo. Como no hay gobierno mundial, las intervenciones globales las patrocinan los ¨²nicos agentes internacionales: la OTAN y las multinacionales. El proceso de internacionalizaci¨®n, que es el meollo del cambio moderno, sigue en sus manos.
P. El Gobierno espa?ol, sin embargo, lo valor¨® como problema regional.
R. No creo que sea problema regional, ni debiera resolverse bajo una ¨®ptica regional. Es un problema mundial como una casa que demuestra la inviabilidad de la pol¨ªtica cuando cada Estado se aferra a la defensa de sus intereses.
P. Hablando de usted y de su trayectoria, ?dir¨ªase que se ha estrellado en el CDS?
R. Hay dos conceptos de la pol¨ªtica. Para la mayor¨ªa consiste en simplificar y evolucionar en corto plazo. Para m¨ª es lo contrario: la pol¨ªtica es la ciencia de la complejidad y del largo plazo. ?Y por qu¨¦ esto ¨²ltimo? Porque el objetivo ¨²ltimo de la pol¨ªtica es neutralizar o aliviar las tremendas tensiones que produce la diferencia en los ritmos de los cambios t¨¦cnicos, de los cambios de las estructuras sociales e instituciones y de los cambios en la programaci¨®n mental de las gentes. Los ritmos son distintos y desfasados. Concretamente es o quiere decir que est imos impulsando los cambios t¨¦cnicos del siglo XX en las estructu-
ras sociales del siglo XIX; y, adem¨¢s, los protagonistas, los ciudadanos, no est¨¢n programados ni para el siglo XX ni para el XIX, sino para otras cosas. Por lo dicho, la demagogia hoy consiste en negar la complejidad y el largo plazo. Pues bien, cuando se tiene este concepto de la pol¨ªtica es dificil considerar que uno ha fracasado.
P. ?Alguien le entiende en su entorno pol¨ªtico?
R. Lo importante es no perder nunca la convicci¨®n de que, de una manera u otra, tus ideas van a prevalecer; y esta concepci¨®n del tiempo pol¨ªtico es lo que hace dif¨ªcil que nadie te pueda disuadir definitivamente. Pero, esto dicho, a nivel personal s¨ª he de decir que tengo la impresi¨®n de que he estado mucho tiempo sin fijarme objetivos realmente Imposibles, menos convencionales, quiero decir. Y me pregunto si no es el momento, como a los 20 a?os, de volver a fijarme objetivos imposibles y desinteresados.
Ahora, por ejemplo, al hacer esta entrevista me digo: hay que recuperar el desinter¨¦s de la juventud, aprovechando la experiencia que te han dado los a?os, y luego pensar en la gente. Para resumir todo esto tocante a lo personal: a¨²n no he empezado.
P. ?Ve en Aznar y lo que ¨¦l pueda representar la alternativa al felipismo?
R. En un momento de crisis generalizada de los partidos pol¨ªticos, el que ocupa el poder tiene una ventaja irreversible. Los aparatos y el presidencialismo de los partidos han secuestrado el impulso democr¨¢tico, llegando a estas sociedades no participativas. Y creo, adem¨¢s, que es muy dificil que se reformen ellos mismos. Aparecer¨¢n nuevas plataformas pol¨ªticas, un poco como en el Este. Al fin y al cabo, lo que all¨ª est¨¢ ocurriendo no es m¨¢s que el punto de ruptura de un modelo que hab¨ªa tomado formas esperp¨¦nticas equivalentes a las deformaciones que nosotros sufrimos aqu¨ª de forma larvada en los partidos. Por todo esto, la ¨²nica alternativa que veo es la consecuente con lo que digo, la otra no le interesa a nadie.
- P. ?Qu¨¦ bosquejo de nuevo partido o plataforma prev¨¦?
R. Pueden tener m¨¢s caracter¨ªsticas, pero las que voy a enumerar me parecen evidentes: reflejar¨¢n la estructura descentralizada de nuestros pa¨ªses, y los ¨®rganos nacionales ser¨¢n meros coordinadores. Se fomentar¨¢n las corrientes de opini¨®n dentro del partido. Se admitir¨¢ que la ficci¨®n ideol¨®gica no es un criterio operativo sino que ser¨¢n los programas el aglutinante de las diversas tendencias. No existir¨¢ diferencia n¨ªtida entre militantes y votantes. Un partido no podr¨¢ expulsar a un militante de no ser por delitos tipificados civil o penalmente. Los partidos dejar¨¢n de ser instrumentos de doctrina para decir lo que hay que pensar.Su¨¢rez y el cielo
P. ?Su¨¢rez sabe algo de esto?
R. Como dijo el cardenal Baronius, "el Esp¨ªritu Santo ense?a c¨®mo se va al cielo, no c¨®mo va el cielo". Su¨¢rez sabe c¨®mo pienso. Pero ni se me hace caso, ni se me ha apartado. Y creo que Su¨¢rez sabe que ¨¦stas son las ideas del futuro.
P. ?Guerra hubiese debido dimitir- el primer d¨ªa del asunto de su hermano? -
R. El fen¨®meno de Guerra es una de las manifestaciones del tipo de degeneraci¨®n que se produce cuando la pol¨ªtica ha sido secuestrada por los partidos.
P. Har¨¢ un a?o, m¨¢s o menos, afirm¨® usted: "La vida es amor y tecnolog¨ªa". ?Sigue vigente el aserto tras lo que vemos en el Este y en el golfo P¨¦rsico?
R. Desde luego, o si quiere ponga amor y conocimiento, porque la tecnolog¨ªa son conocimientos acumulados. Si algo han puesto de manifiesto las revoluciones del Este para las gentes es la importancia de lo que los economistas llamamos "los activos intangibles"; en un momento en que en nuestras sociedades muchas personas siguen creyendo que los pisos, los terrenos... constituyen la riqueza de las gentes, en esos mismos momentos cientos de miles de personas se han rebelado para poder pensar, viajar y amar libremente e impedir as¨ª el uso del poder.
P. ?Escoger¨ªa el sexo de su hijo?
R. ?Por favor! Es trist¨ªsimo constatar c¨®mo cada vez que se abre un nuevo campo para el ejercicio de la libertad aparece alguien para coartarla. Y lo desolador en encontrar en este ej¨¦rcito de oscurantistas personas queridas y respetables.
P. ?Cu¨¢l ser¨ªa el objetivo de los espa?oles en los a?os noventa?
R. Aumentar su capacidad de Innovar y, por tanto, su nivel de cultura t¨¦cnica.66FEStamos impulsando
los cambios t¨¦em*cos
del siglo XX en
las estructuras
sociales del siglo XIX99
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