"La direcci¨®n del PSOE debe ampliarse"
Refugiado con su familia en una mas¨ªa del Pened¨¨s, en la localidad de Saifores, Raimon Obiols dedica el verano de su 50? aniversario a desintoxicarse del tabaco, que hasta ahora consum¨ªa en cantidades similares a las quemadas por Santiago Carrillo y Adolfo Su¨¢rez, y a liberarse un poco, seg¨²n dice, de la presi¨®n diaria de la pol¨ªtica. Pero abstenerse del tabaco le est¨¢ resultando sumamente dif¨ªcil, confiesa, pese a su decidida voluntad. Y de la pol¨ªtica no le dejan.Pregunta. ?Qu¨¦ debe hacer el PSOE en su pr¨®ximo congreso para encalmar la marejada que agita, por lo menos, a buena parte de sus cuadros dirigentes?
Respuesta. El PSOE no tiene que hacer en la actualidad ninguna rectificaci¨®n importante. Lleva una excelente velocidad de crucero. No se enfrenta a ning¨²n dilema pol¨ªtico o ideol¨®gico grave, como fueron en el pasado la cuesti¨®n del marxismo o la OTAN. Por eso saltan a primer plano aspectos como la composici¨®n de la direcci¨®n. Yo creo que lo que debe hacer el PSOE es, simplemente, la puesta a punto, esa revisi¨®n que hay que hacerle a un autom¨®vil cuando lleva rodados muchos kil¨®metros.
P. ?No cree que, puesto que representa casi el 80% de la izquierda espa?ola, es l¨®gico que en este partido se sepa qui¨¦n es la derecha y qui¨¦n la izquierda o el centro, como ocurre en otros del entorno europeo inmediato que est¨¢n en situaciones similares?
R. Mi opini¨®n es que el partido socialista deber¨ªa parecerse m¨¢s al espacio pol¨ªtico y electoral que representa, que es muy amplio y, ciertamente, re¨²ne sensibilidades pol¨ªticas distintas.
P. ?C¨®mo puede conseguirse esta adecuaci¨®n?
R. Soy partidario de ampliar la direcci¨®n. Hablo de apertura m¨¢s en sentido generacional y cultural que en el de tendencias o corrientes. Y he de advertir que, al mismo tiempo, soy partidario de los equipos de direcci¨®n homog¨¦neos, efectivos. El PSOE debe tener mecanismos mediante los cuales todos puedan sentirse part¨ªcipes del debate pol¨ªtico de la direcci¨®n, puedan discutir. En mi opini¨®n, el problema no es si Carlos Solchaga ha dicho esto o lo otro. No s¨¦ ver diferencias pol¨ªticas relevantes entre Alfonso Guerra y Solchaga, por ejemplo. O incluso en lo que postula Jorge Sempr¨²n. Pero s¨ª creo, en cambio, que existe un problema ambiental en el ecosistema del partido que revela la falta de mecanismos de participaci¨®n, de debate pol¨ªtico.
P. ?Cu¨¢l es la causa de este problema?
R. Que ha crecido mucho en poco tiempo y ha asumido mucha responsabilidades, pero sus mecanismos de direcci¨®n siguen siendo los mismos ahora que cuando era peque?o y no gobernaba. El riesgo a evitar es la creaci¨®n de centros de reflexi¨®n exc¨¦ntricos; la generaci¨®n de una cultura de gobierno y otra de partido que no est¨¦n en sinton¨ªa. Por eso planteo que se d¨¦ continuidad al actual equipo dirigente, pero que se ampl¨ªe la composici¨®n de su direcci¨®n.
P. Lo l¨®gico es que el debate pol¨ªtico cristalice en posiciones, fije polos de referencia. Eso es, en la pr¨¢ctica, la configuraci¨®n de tendencias, ll¨¢mense as¨ª o no.
R. Cuando un partido tiene un liderazgo tan claro como ¨¦ste no creo que sea positiva la formaci¨®n de tendencias. Acaban convirti¨¦ndose en una f¨®rmula para repartir cuotas de poder entre los dirigentes. Hay que garantizar mecanismos de discusi¨®n y participaci¨®n, pero evitando la aparici¨®n de liderismos internos. Articular la vida interna de un partido sobre el fulanismo, sobre el "yo soy de tal o de cual", es negativo. Ah¨ª tenemos, sin ir m¨¢s lejos, la experiencia del partido socialista franc¨¦s, paralizado por estas divisiones.
P. Entonces, ?qu¨¦ f¨®rmula adoptar¨ªa?
R. Ya lo he dicho antes: una direcci¨®n amplia, con mecanismos de debate claros, no descalificadores. Un plenario de la direcci¨®n con sus actuales componentes m¨¢s otras 10 o 15 personas, y un secretariado m¨¢s permanente, m¨¢s ejecutivo.
P. ?Prosperar¨¢ esta f¨®rmula en el pr¨®ximo congreso del PSOE?
R. No lo s¨¦. Nosotros hemos dicho cu¨¢l es nuestro criterio sobre esta cuesti¨®n. Hay quien lo juzga v¨¢lido y quien no. Otros no se han pronunciado.
P. Y en este debate pol¨ªtico que abona, ?qu¨¦ posici¨®n defiende usted?
R. Soy partidario de un socialismo m¨¢s abierto, m¨¢s plural, m¨¢s libertario, menos estatalista. M¨¢s de cultura pol¨ªtica que de catecismo.
P. En el espectro interno del socialismo espa?ol, usted, ?d¨®nde se situar¨ªa?
R. En el centro-izquierda de lo que se conoce como felipismo, entendiendo como tal la opini¨®n mayoritaria en el partido.
P. ?Est¨¢ de acuerdo con la definici¨®n de oportunismo de izquierdas aplicada por Sempr¨²n al guerrismo?
R. Me parece que el razonamiento de Sempr¨²n no se ajusta exactamente a lo que se suele entender por guerrismo. Que, por otra parte, no se sabe muy bien qu¨¦ es. Pero esta pol¨¦mica no me interesa nada.
P. Lo cierto es que cuando Sempr¨²n ha expuesto sus criterios propios, se le ha replicado de forma descalificadora, encasill¨¢ndole como producto de la cultura pol¨ªtica comunista. ?Le parece la mejor forma de afianzar al PSOE como casa com¨²n de la izquierda?
R. Con lo que a Sempr¨²n le encanta la pol¨¦mica no creo que se sienta damnificado por lo que una persona haya dicho. Al rev¨¦s, m¨¢s bien debe de estar satisfecho por las reacciones que ha suscitado.
P. ?El caso Juan Guerra puede afectar a la composici¨®n de la direcci¨®n que surja de este congreso?
R. No. Afecta a una persona no afiliada al partido y es objeto de investigaci¨®n judicial. Eso no afecta al PSOE.
P. ?Cree que un vicepresidente del Gobierno y vicesecretario del PSOE puede soportar indefinidamente la presi¨®n de este asunto?
R. S¨ª puede, porque parto de la base de que ¨¦l no est¨¢ implicado. Se ha intentado de manera absolutamente pertinaz, pesada, que lo est¨¦. Pero yo creo que tenemos Alfonso Guerra para rato. Y no me parece mal.
El conflicto con Irak
P. ?Qu¨¦ impresi¨®n le produce ver a Espa?a alineada con las grandes potencias y preparando sus buques de guerra para enviarlos a Oriente Medio?
R. Espa?a se ha alineado con lo que ha sido una reacci¨®n un¨¢nime a nivel mundial contra un acto de agresi¨®n militar. La pretensi¨®n de borrar un pa¨ªs del mapa ha sido condenada tanto por Estados Unidos como por la Uni¨®n Sovi¨¦tica y China, por ejemplo. Lo nuevo para Espa?a en este caso es que por vez primera act¨²a en el marco de sus alianzas internacionales, la Comunidad Europea, la OTAN y la Uni¨®n Europea Occidental (UEO). Y, me parece positiva la reacci¨®n del presidente del Gobierno, Felipe Gonz¨¢lez, al propugnar una soluci¨®n regional para el conflicto.
P. Pero m¨¢s bien parece que lo que se prepara es una intervenci¨®n militar. Y Espa?a est¨¢ dispuesta a enviar buques de guerra al escenario del conflicto.
R. Eso ya se ver¨¢.
P. ?A qu¨¦ atribuye la unanimidad, sobre todo durante la primera semana, en la valoraci¨®n del conflicto hecha por la derecha y la izquierda europea?
R. Insisto: Estamos ante una ocupaci¨®n militar de un pa¨ªs por otro, que ha provocado un rechazo un¨¢nime de la comunidad internacional. Ser¨ªa equivocado analizar este conflicto como una expresi¨®n de la din¨¢mica Norte-Sur en el planeta o un enfrentamiento de los pa¨ªses industrializados con los no industrializados.
P. Jordi Pujol sostiene que la quiebra de los reg¨ªmenes del ex bloque sovi¨¦tico es la definitiva derrota de las ideas que han alimentado a toda la izquierda europea, incluyendo por supuesto a los socialistas.
R. Si en Catalu?a hay un partido leninista es, como se ha repetido muchas veces, el del se?or Pujol. Todos conocemos la voluntad abusivamente intervencionista y controladora de la sociedad catalana que le anima. Aspira a controlarlo todo: los clubes de f¨²tbol, las cajas de ahorros, las c¨¢maras de comercio, los colegios profesionales y las asociaciones de vecinos. Esa es su pr¨¢ctica real. Por lo dem¨¢s, eso de que la historia ha dado la raz¨®n a los nacionalistas es risible. ?Por haber provocado las dos ¨²ltimas guerras europeas? La historia no da la raz¨®n a nadie. No se la ha dado a los comunistas, que son quienes m¨¢s han hablado de tenerla a su favor, ni por supuesto a la derecha.
P. ?Piensa disputar de nuevo en 1992 la presidencia de la Generalitat a Pujol?
R. Es una decisi¨®n del partido. No lo hemos hablado, y no lo haremos hasta despu¨¦s de las elecciones municipales.
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