Llorente: "Cuando se ha ido Jordan, los que qued¨¢bamos parec¨ªamos unos mendrugos"
Michael Jordan lleg¨® a Barcelona con la agenda repleta de compromisos y la fue recortando seg¨²n pasaron las horas. Pero Jordan jug¨® un partido, lo ¨²nico importante. Un Palacio de los Deportes repleto de ni?os estaba dispuesto a rendirle admiraci¨®n; pero no s¨®lo los ni?os,. tambi¨¦n sus colegas espa?oles, que gozaron de su presencia y a quienes una mirada inocente los delataba. Jordan era una estrella. Para unos estaba ah¨ª abajo; para otros, una decena de espa?oles con valiosos contratos, estaba ah¨ª al lado.
Daba lo mismo. Fue una noche para admirarle y todos le admiraron. La Liga de baloncesto espa?ola se present¨® as¨ª, en plan fiesta espect¨¢culo. Como lo importante era Jordan, el resto qued¨® en segundo plano; el resto era el caos.El acto organizado ayer en el Palacio de los Deportes de Barcelona roz¨® el desastre si no llega a. ser porque la sola presencia de Jordan puso a todo el mundo en su sitio: la megafon¨ªa no pintaba ya nada con Jordan pisando el parqu¨¦, y los ni?os se quedaron boquiabiertos en sus localidades, inm¨®viles, abandonando definitivamente toda amenaza de invasi¨®n que deb¨ªa defender no m¨¢s de un cuarteto de guardas jurados. No hubo mejor medida de seguridad que sacar a la estrella al centro de la cancha. No hubo mejor megafon¨ªa que el silencio para observar la calidad de un jugador semejante.
An¨¦cdotas aparte, lo mejor fue el partido y, dentro del partido, algunos peque?os detalles. Fue curioso observar, y no es la primera vez que los t¨¦cnicos se dan cuenta de ello, c¨®mo los jugadores espa?oles tienen un sentido muy r¨ªgido del espect¨¢culo. No suelen funcionar cuando se trata de divertir a la gente en sentido estricto.
El partido delat¨® esa circunstancia enseguida, porque los espa?oles se apostaron sobre la cancha dispuestos a defender a su contrario sin darle un metro de respiro, a practicar los movimientos rutinarios o a resolver la jugada con el secular tiro de media distancia.
Fue Audie Norris quien abri¨® brecha en un par de acciones y le imitaron Winslow o Smith. Jordan, por supuesto, porque prodig¨® algunos mates, unos cuantos triples y unas asistencias marca NBA. Jug¨® un poco de alero y un poco de base para que todos pudieran comprobar sus dotes, sobre todo los jugadores nacionales, que entendieron perfectamente, con conocimiento de causa, las verdaderas razones de su estrellato.
Lo de menos, por supuesto, es el resultado, porque aqu¨ª no hay Este y Oeste o Norte y Sur. Los azules ganaron a los naranjas por 100-87, una inconsecuencia a la que habr¨¢ que buscarle arreglo. Jordan anot¨® 37 tantos, 21 con los azules y 16 con los naranja.
Tanto los jugadores nacionales como los cuatro entrenadores estaban encantados con la oportunidad que hab¨ªan tenido de poder enfrentarse y tener como compa?ero a un personaje como Michael Jordan.
Imparable
Jes¨²s Codina, que dirigi¨® al equipo naranja a la ACB le encantan los colores para denominar cualquier cosa estaba impresionado. "Hay veces que es mejor dejarle un metro y que ire, pues si entra a canasta es imparable".
"Era como cuando vas a jugar a un pueblo con un equipo grande y la gente te mira un poco alucinada, pero al rev¨¦s". As¨ª de claro se expresaba Jos¨¦ Llorente, el ¨²nico jugador que particip¨® en la final ol¨ªmpica de 1984, antes del partido que disput¨® como compa?ero y rival del actual rey de la NBA. Al finalizar el encuentro su sensaci¨®n no hab¨ªa variado: "Cuando ha entrado en calor ha sido incre¨ªble. En los ¨²ltimos tres minutos ha hecho cosas que nosotros intentamos en los entrenamientos, pero nos sale un poco peor. Cuando se ha ido al vestuario, los que qued¨¢bamos parec¨ªamos mendrugos".
Tanto Montero como Villacampa hicieron un esfuerzo para jugar, ya que ambos estaban ligeramente tocados. El alero verdinegro estaba encantado de haber podido hacer lo que se le neg¨® en los JJ OO de Los ?ngeles. "Ten¨ªa unas ampollas en los pies, pero tambi¨¦n much¨ªsimas ganas de jugar, por eso le ped¨ª al entrenador que me sacase y encargarme durante unos minutos de la defensa de Jordan. ?Ha sido incre¨ªble!"
Era inevitable la comparaci¨®n de' la estrella con sus compatriotas. "La diferencia entre Jordan y jugadores de parecidas cualidades f¨ªsicas como Winslow y Mike Smith est¨¢ en su tiro exterior". Montero coincid¨ªa con su antiguo compa?ero en se?alar que la ocasi¨®n merec¨ªa el jugar con molestias.
Durante los primeros minutos se not¨® que los jugadores estaban m¨¢s pendientes de la estrella que del juego. Antonio Mart¨ªn reconoc¨ªa que no hab¨ªa sido f¨¢cil concentrarse. "Hoy era un d¨ªa en el que resultaba muy dif¨ªcil dejar de ser espectador para convertirte enjugador. Al principio nos qued¨¢bamos parados viendo lo que hac¨ªa. Es impresionante. Tiene de todo, r¨¢pidez, manos, de todo. As¨ª es f¨¢cil jugar".
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