El presidente provoca un esc¨¢ndalo

El m¨¢ximo responsable del tremendo bochinche que se organiz¨® durante la parodia de lidia del cuarto toro fue el presidente, F¨¦lix Cortaza, por haberlo mantenido de forma antirreglamentaria en el ruedo. Lo de mantenido es un decir, pues el pobre animalejo se acamaba, de continuo, mientras rug¨ªa la marabunta en los tendidos ante semejante injusticia, presenciada por el ministro de Justicia, Enrique M¨²gica, desde una barrera.Aquello era una pantomima rid¨ªcula, la ant¨ªtesis de lo que debe ser la fiesta. Para todos, excepto para uno, precisamente el que debe velar porque eso no suceda. Tiene guasa. Por suerte, ninguno de los cientos de botes de cerveza, bocadillos, botas de vino y m¨²ltiples objetos que lanzaron con iracundia parte de los espectadores alcanzaron a los toreros. Curro ped¨ªa tranquilidad mientras toreaba de sal¨®n, lo que provocaba m¨¢s iras del cotarro con nuevos lanzamientos.

Ese bicorne fue el m¨¢s inv¨¢lido y el que m¨¢s protestas despert¨® de toda la reata que salt¨® a la arena, como casi siempre que act¨²an las figuras en general, y Espartaco en particular. El primer enemiguillo del de Espartinas provoc¨®, por la misma causa, un esc¨¢ndalo de menores dimensiones y ¨¦ste tuvo que abreviar, tras lo que le silbaban los espectadores de sol y le ovacionaban con fuerza los de sombra. El quinto s¨®lo se ca¨ªa cada seis u ocho mantazos y Espartaco tir¨® de repertorio populista y bufo.

Entre este destoreo y la lastimosa imagen del bichillo parec¨ªa que hab¨ªa resucitado, taurinamente, El Cordob¨¦s, lo que no impidi¨® al us¨ªa demostrar su flojera de pa?uelo blanco para otorgar orejas, ya que el verde se le hab¨ªa olvidado. De esta flojera se vali¨® tambi¨¦n Lozano, premiado con s¨®lo un trofeo -lo que es un dem¨¦rito en este coso- por su labor encimista y de frusler¨ªas t¨¢uricas al ¨²ltimo. En el tercero ni de eso fue capaz.

Como era l¨®gico, lo m¨¢s art¨ªstico correspondi¨® a Curro V¨¢kquez en el que abri¨® plaza. Le aplic¨® deleitosas ver¨®nicas y con el se?uelo escarlata, tras darle distancia y terrenos adecuados, crepit¨® su arte en series de armoniosos redondos y naturales, que cerr¨® con vistosas trincherillas y adornos por la cara.