?Qu¨¦ hay de nuevo por aqu¨ª?

Los que volvieron al foro desde la Costa Brava por la carretera de Barcelona, o de las playas vascas por la de Burgos, encontraron una nueva forma de llegar a la capital. La entelequia de la M-40 se ha materializado en un tramo llamado V¨ªa Borde de Hortaleza. La M-30 apareci¨® adornada por los visillos de los nuevos inquilinos del ruedo dise?ado por Sainz de Oiza. Los noct¨¢mbulos de post¨ªn no pudieron consolarse tomando una copa en Archy, cerrado desde que, a mediados de julio, Ana Tutor decidiera acabar con las licenciosas pr¨¢cticas nasales que albergaba. Entre inauguraciones y cerrojazos, el verano ha pasado y la ciudad ha recibido a los veraneantes con m¨¢s de 40 calles levantadas por las obras y los cambios justos para seguir siendo la misma.

Madrid est¨¢ en construcci¨®n. La ciudad se ha convertido este verano en una inmensa obra en la que lo que menos se ve es aquello en lo que se trabaja. Lo que m¨¢s se nota, y molesta, son las consecuencias de esta fiebre constructora, asfaltadora y rehabilitadora. La calzada de al menos medio centenar de calles de la capital se hallan en estado m¨¢s o menos intransitable por otras tantas obras de servicios o equipamientos.Las grandes operaciones de la plaza de Castilla -donde se construye un paso subterr¨¢neo previo al comienzo de las obras de las famosas torres gemelas de KIO-, o de los aparcamientos para residentes de las calles de Ortega y Gasset y de Goya, son s¨®lo algunas de las obras que han dejado a Madrid hecha unos zorros antes de acoger a los miles de automovilistas que emigraron de la ciudad en agosto. Canaliz¨¢ciones en todo el barrio de Salamanca, la calle del Pintor Rosales, o la carrera de San Jer¨®nimo, y obras de las llamadas "menores" por la Direcci¨®n de Infraestructura del Ayuntamiento, son s¨®lo una muestra de las 675 licencias de obras en la v¨ªa p¨²blica que ha concedido este departamento en los tres meses estivales, seg¨²n confirma su titular, Luis Armada.

El n¨²mero de licencias para trabajar en la calle se va a restringir "en todo lo humanamente posible durante este reci¨¦n comenzado mes de septiembre y todo. el invierno", dice Armada. "Lo que ocurre", a?ade el director de Infraestructura, "es que muchas solicitudes son inaplazables porque proceden de empresas de servicios, como agua, gas y tel¨¦fono, y a nadie se le puede decir que no se le puede conectar un nuevo tel¨¦fono por las molestias queoriginan en el tr¨¢fic¨® las obras pertinentes".

As¨ª, s¨®lo durante este mes, 17 calles de la ciudad van a estar cortadas durante algunos d¨ªas para posibilitar estas obras de poca monta (para m¨¢s informaci¨®n, cons¨²ltese el gr¨¢fico adjunto).

Obras terminadas

Otras obras viarias, que han dificultado el tr¨¢fico a los que se quedaron a pasar el verano en la urbe, est¨¢n ya m¨¢s o menos a punto para su uso. A principios de verano se abri¨® al tr¨¢fico el t¨²nel de la avenida de Am¨¦rica a su paso por la calle de Cartagena, poniendo fin a las 1.000 horas que, seg¨²n afirm¨® entonces el alcalde, Agust¨ªn Rodr¨ªguez Saha g¨²n, perd¨ªan diariamente los au tomovilistas por culpa de las re tenciones que provocaba el se m¨¢foro de esta ¨²ltima v¨ªa.

Acceder a Madrid desde la periferia o para enlazar algunas carreteras nacionales sin pasar por el centro ni por la M-30 cuenta con dos nuevas opciones, aunque algunos ya han protestado por su deficiente se?alizaci¨®n.

El tramo de M-40 bautizado como V¨ªa Borde de Hortaleza une las carreteras de Barcelona (N-II) y de Burgos (N-1), cubriendo el trayecto desde el nudo de Eisenhower hasta la calle de Arturo Soria. Tambi¨¦n est¨¢ en servicio el llamado nudo de Puerta de Hierro, que enlaza la carretera de La Coru?a (N-VI) con la de El Pardo, cerrando un tramo de la M-30 por la Dehesa de la Villa.

Pero los cambios ocurridos en el verano de la villa no acaban en el tr¨¢fico y las obras. El Madrid pijo est¨¢ de luto. Archy ya no es lo que era, con su elitista discoteca cerrada a cal y canto por el exceso de polvo blanco que se consum¨ªa v¨ªa nasal en sus luminosos cuartos de aseo.

En el otro extremo de la movida nocturna, los asiduos a la m¨²sica en directo no podr¨¢n desquitarse de la frustraci¨®n del regreso a la rutina laboral en la hasta hace poco popular sala de conciertos Yasta, clausurada para estos fines mel¨®manos pororden municipal el pasado mes de julio.

Y mientras todo esto suced¨ªa en elforo, y muchos de los madrile?os pagaban 150.000 pesetas por el alquiler de un apartamento de 40 metros cuadrados en d¨¦cima l¨ªnea de la playa de Benidorm, 24 vecinos de la colonia Cerro Belmonte se marcaron unos 10 d¨ªas de viaje por el Caribe cubano invitados por un Fidel Castro agradecido a su simb¨®lica petici¨®n de asilo pol¨ªtico.