Con las armas en la mano
En Espa?a hay tres millones de licencias para escopetas y pistolas
La matanza ocurrida la pasada semana en la aldea extreme?a de Puerto Hurraco demuestra que cualquier arma de fuego puede convertirse en el instrumento de una carnicer¨ªa si cae en manos equivocadas. La afici¨®n por la caza y, en segundo plano, las modalidades deportivas de tiro elevan a casi tres millones el n¨²mero de armas que circulan por Espa?a con las correspondientes licencias controladas por la Guardia Civil. A este impresionante arsenal hay que a?adir los permisos que se conceden a particulares para portar pistolas o rev¨®lveres como medida de autoprotecci¨®n, as¨ª como las m¨¢s de 70.000 armas en poder de los miembros de las compa?¨ªas privadas de seguridad.
Si bien el culto a las armas de fuego no alcanza en Espa?a dimensiones comparables a las existentes en pa¨ªses como Estados Unidos o el Reino Unido, estas cifras revelan la importancia de su control. Las restricciones en la concesi¨®n de permisos impiden que se pueda conseguir un arma con el ¨²nico argumento de la protecci¨®n personal. "La raz¨®n de defensa de personas o bienes, por s¨ª sola, no justifica normalmente la concesi¨®n de licencias", dice la normativa oficial.Las solicitudes que llegan a la Guardia Civil sufren una fuerte criba, seg¨²n un portavoz del instituto armado, que destaca que se rechazan muchas de las peticiones. Las concedidas provienen en su mayor¨ªa de personas que se desplazan con grandes cantidades de dinero en met¨¢lico o con muestrarios de joyer¨ªa valorados en millones, o que regentan un comercio que ha sufrido multitud de atracos. ?stas y otras razones son el origen de que a finales del a?o pasado estuvieran registradas en Espa?a 12.111 pistolas o rev¨®lveres.
Farmac¨¦uticos
Los dependientes de las farmacias pertenecen a una de la profesiones que est¨¢n en mejores condiciones para que la solicitud de un permiso de armas sea bien acogida por la Guardia Civil. A causa de los frecuentes robos a que son sometidas, fundamentalmente por toxic¨®manos, y de la imposibilidad de asignarles una protecci¨®n policial permanente, algunos farmace¨²ticos optan por tener al alcance una pistola, sobre todo para horas nocturnas.Esta posibilidad no agrada en lo m¨¢s m¨ªnimo al presidente del Colegio de Farmace¨²ticos de Barcelona, Jos¨¦ Mar¨ªa Gras, que cree que la inexperiencia en el manejo de armas las convierte en objetos sumamente peligrosos: "Ser¨ªa el disparate m¨¢s grande que podr¨ªamos cometer. Si lo que se puede hacer produce tanto da?o como el que te pueden hacer, entonces es que no sirve para nada".
Los farmace¨²ticos temen de forma especial las situaciones en las que deben enfrentarse a personas casi desesperadas, como es el caso de los drogadictos que entran en una farmacia con la intenci¨®n de hacerse con cualquier sustancia que sirva para sobrellevar el s¨ªndrome de abstinencia.
Si en otros pa¨ªses la falta de confianza en la polic¨ªa ha llevado a muchos ciudadanos a hacerse con armas, en Espa?a la consecuencia ha sido el aumento espectacular de las compa?¨ªas de seguridad privadas. Las cifras oficiales m¨¢s recientes indican que existen 1.608 empresas en el sector de la seguridad, de las que 697 se dedican a labores de transporte de fondos, vigilancia y protecci¨®n. Si exceptuamos las cinco grandes compa?¨ªas con recursos suficientes para desarrollar cursos de formaci¨®n para su personal y contar con galer¨ªas de tiro, la inmensa mayor¨ªa se mueve entre la falta de medios y una cierta sospecha acerca de su control.
Los responsables de las grandes empresas no creen que las casi 60.000 armas cortas que utilizan en Espa?a los vigilantes jurados supongan un n¨²mero excesivo, aunque s¨ª se muestran favorables a una reforma de la normativa que permita que muchos de los servicios que realizan se hagan sin Armas, por no ser necesarias m¨¢s que en casos muy concretos.
El ej¨¦rcito de la seguridad privada ya tiene un n¨²mero de permisos casi id¨¦ntico al de armas cortas en manos de la Guardia Civil y se va acercando cada a?o a las m¨¢s de 100.000 pistolas y rev¨®lveres con que cuenta el Cuerpo Nacional de Polic¨ªa.
Las normas de Interior impiden conceder autorizaci¨®n para llevar armas a "enfermos mentales, toxic¨®manos o peligrosos sociales". A la vista de la matanza de Puerto Hurraco, cabe pensar que, en materia de armas, incluso la norma m¨¢s estricta es insuficiente.
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