Como sardinas en lata
Los 496 tripulantes de la flotilla espa?ola viajan al completo hacia el golfo P¨¦rsico
JAVIER AYUSO ENVIADO ESPECIAL, "Estamos como sardinas en lata. No hay sitio casi ni para moverse por el barco. Los tres buques van al completo, y a medida que pasa el tiempo empezamos a estar realmente inc¨®modos". Son palabras de un cabo primero a bordo de la fragata Santa Mar¨ªa. Mucho m¨¢s diplom¨¢tico, pero sin dejar de confirmar las estrecheces que pasan las tripulaciones de la flota espa?ola que viaja hacia el golfo P¨¦rsico, su comandante, Francisco Rapallo, tras o¨ªr la petici¨®n del periodista de embarcarse con ellos en Creta rumbo al canal de Suez, responde que "es imposible hasta f¨ªsicamente".
El comandante Rapallo asegura: "Los tres buques est¨¢n al completo. No cabe nadie m¨¢s, salvo en un saco de dormir". Cuando se cumplen los ocho primeros d¨ªas de traves¨ªa, las tripulaciones de la fragata Santa Mar¨ªa y de las corbetas Cazadora y Descubierta empiezan a echar en falta m¨¢s espacio para su escaso tiempo libre. Son muchas horas a bordo, con una sola escala (t¨¦cnica y fisiol¨®gica) en la isla de Creta, y la mayor¨ªa empieza ya a sentir una cierta claustrofobia a bordo. Sobre todo los marineros de reemplazo, que se han incorporado por primera vez a la vida en el mar.Pero tambi¨¦n los oficiales confiesan que hay demasiada gente a bordo. "La verdad es que estos barcos de guerra est¨¢n preparados para navegar y para que cada uno de sus aparatos funcione a la perfecci¨®n", comentaba uno de ellos en el puerto de Hania (Creta). "Luego llenan los huecos que quedan con el n¨²mero de camas necesario para acoplar a la tripulaci¨®n". Y es que, adem¨¢s de la tripulaci¨®n habitual, la flota lleva a bordo de la Santa Mar¨ªa al jefe de la agrupaci¨®n y sus ayudantes y, hasta Creta, a los tres suboficiales especialistas que se han ocupado del adiestramiento de la mariner¨ªa.
Es precisamente en la fragata en donde pasan m¨¢s estrecheces. Hay 250 personas a bordo. "Somos tantos", dice un cabo andaluz de la Santa Mar¨ªa, "que hemos tenido que hacer una especie de racionamiento de agua. Aunque para el poco tiempo libre que tenemos tampoco necesitamos mucho m¨¢s espacio".
La flota, aunque vaya despacio, no para ni un minuto. "Estamos navegando d¨ªa y noche", comenta, un oficial de la fragata, "y eso supone que el servicio completo tiene que estar cubierto 24 horas al d¨ªa. Nosotros hacemos turnos de seis horas, luego tenemos otras seis de descanso y despu¨¦s volvemos a entrar de guardia. En ese tiempo libre llegas tan cansado de mirar el radar o dirigir las operaciones a bordo que caes rendido en la cama".
Algunos oficiales piensan que as¨ª es mejor. No para ellos, sino para la mariner¨ªa. Aunque la verdad es que desde que abandonamos Espa?a se han ido integrando bastante bien en la vida a bordo". No todos los marineros est¨¢n de acuerdo. "Preferir¨ªamos tener m¨¢s tiempo libre para pensar, leer, escribir cartas, hablar por tel¨¦fono con la familia o lo que sea", dice un soldado de la Cazadora con pocas semanas de mili. "Como sigamos as¨ª vamos a llegar agotados a la zona de guerra", a?ade.
A pesar de las quejas, las estrecheces y el agotamiento, el ¨¢nimo general de las tripulaciones de la Santa Mar¨ªa, la Cazadora y la Descubierta parece bueno. Nadie confiesa tener miedo y casi todos dicen que el adiestramiento va muy bien y que muy pronto los buques funcionar¨¢n "como una seda". "Ya estamos pr¨¢cticamente preparados para funcionar a tope", dice un oficial que ha participado en el adiestramiento de la tropa. "Los marineros han tenido que trabajar muy duro, pero a partir de Port Said nos esperan d¨ªas de tranquilidad. Primero hasta que pasemos el estrecho y luego camino de nuestras posiciones, sin necesidad de repetir una y otra vez las maniobras de zafarrancho o seguridad interior. De la pr¨¢ctica vamos a pasar al trabajo".
Preocupaci¨®n
[Las tres naves espa?olas arribaron anoche a las 22.30, hora espa?ola, a Port Said (Egipto), embocadura del Canal de Suez. La flotilla har¨¢ all¨ª una parada t¨¦cnica hasta el jueves, en que reemprender¨¢ la marcha acompa?ada de un convoy belga y otro holand¨¦s, informa Efe. En estos tres d¨ªas la tripulaci¨®n podr¨¢ bajar a tierra.]
Ese trabajo que les espera cuando lleguen al mar Rojo o al estrecho de Ormuz tiene preocupado a m¨¢s de uno. Todos saben que su misi¨®n es asegurar que se cumpla el bloqueo econ¨®mico a Irak decretado por el Consejo de Seguridad de la ONU, pero casi nadie conoce las instrucciones al respecto. "Por lo que yo he o¨ªdo", dice un cabo, "la vigilancia la haremos desde el barco hasta que avistemos al buque que hay que controlar. Una vez contactado, la inspecci¨®n se har¨¢ desde las balleneras que llevamos a bordo, y en las que ir¨¢n 10 personas armadas con Cetmes y zetas. Tendremos que subir a los barcos que entren o salgan del estrecho y comprobar que no llevan carga hacia o desde Irak".
Los oficiales, por su parte, no quieren hacer ning¨²n comentario.
Un d¨ªa tras otro, los 496 pasajeros no han parado de ponerse y quitarse el casco o la careta antig¨¢s, correr de un lado a otro del barco o escuchar el fuerte ruido de las h¨¦lices de los dos helic¨®pteros Sikorsky que despegan cada d¨ªa de la Santa Mar¨ªa y comprueban que sus avanzados sistemas de radar y sensores funcionan a la perfecci¨®n.
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