Esperando una gr¨²a

A todos aquellos que sean socios del RACE o hayan o¨ªdo hablar de este Real Autom¨®vil Club de Espa?a me gustar¨ªa contarles una historia que me ocurri¨® el lunes 13 de agosto.Vivo a 130 kil¨®metros de Pamplona y tuve que ir all¨ª a hacer unas gestiones. A la una de la tarde, cuando me dispon¨ªa a irme, se me rompi¨® el embrague del coche. Como soy socia del RACE fui a una cabina a llamarles. Me tomaron la matr¨ªcula del coche as¨ª como la situaci¨®n en un aparcamiento al aire libre. Me dijeron que mandar¨ªan a la gr¨²a, y, como yo no tengo a nadie en Pamplona ni ning¨²n tel¨¦fono al que me pudieran llamar quedamos en que esperar¨ªa a la gr¨²a en la puerta del aparcamiento. All¨ª estuve desde la una y media hasta las tres y media; al ver que no ven¨ªa nadie, fui a la cabina a llamar de nuevo al RACE. Me tranquilizaron diciendo que la gr¨²a ya iba para all¨¢, as¨ª que volv¨ª al parking a esperar. A las cinco y cuarto, viendo que segu¨ªan sin venir, otra vez llam¨¦ al RACE y me contestaron lo mismo, as¨ª que volv¨ª a esperar. En el aparcamiento estuve hasta las seis y media sin que nadie viniera. Como los del RACE me hab¨ªan pedido un tel¨¦fono donde localizarme, en un bar me dejaron utilizar el suyo y as¨ª pude ponerme en contacto con el RACE para darles el tel¨¦fono del bar. Les llam¨¦ y les cont¨¦ esto; fue entonces cuando me contestaron que dar¨ªan el n¨²mero para que yo llamara a la gr¨²a. Yo les dije que les pagaba para que me lo solucionasen y no para que me dieran un tel¨¦fono y me dijeran que me buscara la vida. Desde las siete de la tarde a las nueve estuve intentando dar con la gr¨²a, sin conseguirlo. Los camareros del bar, vi¨¦ndome tan desesperada, me dijeron que llamara a ADA (Ayuda del Automovilista). Y fueron ellos los que finalmente, con eficacia y prontitud, me ayudaron. Llegu¨¦ a mi casa a las doce y media de la noche.-