Chantaje en Sevilla

La tarde del 24 de agosto aparqu¨¦ cerca de la oficina de turismo de Sevilla, no lejos del alc¨¢zar, que, deseaba visitar. Hab¨ªa un parqu¨ªmetro y entonces compr¨¦ un tique. Despu¨¦s fui a buscar un hotel y volv¨ª a mi coche para coger un traje. En ese momento un hombre me pidi¨® dinero, afirmando que era el responsable del parking despu¨¦s de las cuatro. Como no llevaba uniforme, me negu¨¦.Cuando volv¨ª, dos horas y media m¨¢s tarde, la polic¨ªa estaba al lado de mi coche, cuya ventanilla trasera izquierda estaba rota. Invitados a seguir el coche de la polic¨ªa hasta la comisar¨ªa, mi fam¨ªlia y yo reconocimos, en la siguiente calle, al hombre que ¨ªlegalmente nos hab¨ªa pedido dinero. Fue llevado a la comisar¨ªa, donde prestamos declaraci¨®n. Como yo no hab¨ªa visto qui¨¦n hab¨ªa roto el cristal, la polic¨ªa me dijo que no pod¨ªa actuar bajo simples presunciones. Esto parece completamente normal. Lo que parece al menos extra?o es que la polic¨ªa no intervenga para impedir que un grupo de personas chantajeen a los turistas que aparcan sus veh¨ªculos en la zona m¨¢s frecuentada de Sevilla.

As¨ª, el hombre que hab¨ªa intentado ilegalmente sacarme el dinero, vuelve directamente al sitio donde la polic¨ªa le hab¨ªa arrestado y sigue pidiendo dinero a otros turistas. En la ma?ana del d¨ªa siguiente estaba en el mismo lugar. Est¨¢ claro que la polic¨ªa no quiere echar a los miembros de lo que hay que llamar una mafia. M¨¢s tarde comprend¨ª que la presencia de estos peque?os delincuentes es tolerada por todo el mundo, incluida la polic¨ªa. As¨ª, los due?os de los restaurantes aconsejan a los turistas dar algunas monedas a los guardias.

Mientras arreglaban el cristal, me di cuenta de que este tipo de contratiempos ocurr¨ªa con frecuencia. ?Al taller de reparaciones no le faltaba el trabajo! El 25 de agosto conoc¨ª a una pareja joven de alemanes a quienes les hab¨ªa pasado casi la misma cosa. Esta pareja, as¨ª como mi familia, decidimos abandonar Sevilla y Espa?a lo m¨¢s pronto posible, aunque la belleza de esta ciudad nos hab¨ªa seducido.

Parece raro que la polic¨ªa de la Espa?a democr¨¢tica deje actuar con tanta libertad a estos peque?os delincuentes, que son tan negativos para su imagen y para los ingresos de la industria del turismo.-

La Varenne,