Despu¨¦s del trueno viene la pala
Los trabajadores de los edificios donde estallaron las bombas recuperan la normalidad
Una quincena de obreros trabajaron durante toda la noche del jueves para que la Bolsa de Madrid pudiera seguir cotizando a la baja, que "es menos malo" que tener que no abrir los corros por culpa de la explosi¨®n de una bomba casera colocada el d¨ªa antes por los GRAPO. Sin embargo, quedan todav¨ªa muchas horas de trabajo para que se acaben de reparar los destrozos, evaluados en 80 millones de pesetas, que, al igual que el resto de los da?os ocasionados por el terrorismo, pagar¨¢ el Fondo de Compensaci¨®n de Seguros.
Cuando los hombres de corbata abandonaron el edificio, empleados con mono y un batall¨®n de guardas jurados bastante nerviosos quedaron en el edificio para seguir poniendo en orden los cables y el trasiego de electricistas y alba?iles."Anoche cambiamos las l¨ªneas para llevar el ordenador central a otra ala del edificio y as¨ª poder trabajar. Vamos muy r¨¢pido", explicaba un trabajador de mantenimiento de la Bolsa que trabaja con gente que han contratado de fuera para ayudar.
Las empleadas repasaban en corrillos el motivo por el cual no se encontraban en los ascensores ni en la escalera que quedaron reventados por el artefacto. "Mira que fue milagroso. Me encontr¨¦ con Milagros, que acababa de llegar de vacaciones, en el pasillo de los pasos perdidos, y me entretuve pregunt¨¢ndole c¨®mo lo hab¨ªa pasado, porque iba directa a los ascensores para bajar a tomar un caf¨¦, y ahora no lo estar¨ªa contando", explicaba una mujer.
Ascensores y escaleras
Los empleados coincid¨ªan en que era aut¨¦nticamente milagroso que nadie estuviera en la escalera ni en los ascensores, "que se pasan el d¨ªa subiendo y bajando llenos de gente". Las cajas de los montacargas estaban torcidas en los huecos, rodeadas de escombros; las l¨¢mparas, en el suelo, y la barandilla de hierro de la escalera se tambaleaba a trozos, cerca de huecos de ca¨ªda libre.Los de seguridad de Prosesa estaban nerviosos, y se amontonaban en las entradas y salidas con sus uniformes verdes con el emblema de la compa?¨ªa coronado por un ojo que todo lo ve. "De momento, no nos han re?ido, pero ayer hubo una reuni¨®n con la junta rectora", comentaban.
Seg¨²n manifest¨® ayer el responsable de la seguridad del edificio, los sistemas preventivos se han reforzado. "Antes no mir¨¢bamos los bolsos de se?orita. Desde lo de ayer, lo hacemos".
La persona que penetr¨® en el edificio de la Bolsa de Madrid pudo ser una de las se?oritas a quienes no se revisaron los bolsos "porque nunca pensamos que una bomba cupiera en un sitio tan peque?o" o un hombre con un bolso de mano o un paquete de dimensiones reducidas. Al llegar al vest¨ªbulo eligi¨® seguir la flecha que indica la entrada de p¨²blico en general, y dej¨® la bolsa entre los dos ascensores del primer piso, en lo que ser¨ªa el punto de partida de la cadena de explosiones que causaron nueve heridos leves en media hora.
En el Ministerio de Econom¨ªa y Hacienda se hab¨ªa reforzado la seguridad de la entrada cuando se cumpl¨ªan 24 horas de la explosi¨®n que se produjo en la planta 11?. All¨ª, los obreros hac¨ªan caer el techo desmoronado de la estancia m¨¢s afectada para reconstruirlo de nuevo.
El Tribunal Constitucional, lugar de la explosi¨®n de la tercera bomba, estaba ayer cerrado. Sus trabajadores podr¨¢n disfrutar de un fin de semana m¨¢s largo para recuperse del susto.
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