Arrabal arremete contra el V Centenario en 'La charge des centaures'
La obra teatral se representa en Par¨ªs
El teatro Accatone de Par¨ªs se ha convertido en tal desde el 5 de septiembre porque Fernando Arrabal tuvo la idea de presentar en una peque?a bodega de piedra de la orilla izquierda del Sena su obra La charge des centaures. En una carta enviada por fax a la prensa parisiense y escrita al actor, director de escena y "compa?ero del alma" Henri Legendre, el escritor explicaba su deseo de verla interpretada "sin decorados fara¨®nicos, sin iluminaciones sofisticadas, sin sutilidades en la sonorizaci¨®n, sin mesa de luz programable" y tambi¨¦n "sin demasiados espectadores".Diecinueve en total, ni uno m¨¢s ni uno menos, ha querido Arrabal para su obra. "La gente se asusta con eso de que la entrada es s¨®lo para unos pocos, y no siempre lo intenta, as¨ª que suele encontrarse sitio sin problemas", explica Arrabal.
Para Legendre y para Philippe Boticlet, su compa?ero de juegos, de masacres, de creencias y de sediciones en el Accatone, esa proximidad con toda persona ajena a la obra exige una mayor concentraci¨®n. Para Arrabal debe ser sin duda el placer del deseo hecho realidad, porque, seg¨²n afirma: "Yo lo que quiero es que no haya m¨¢s artificio que el talento de los actores. A Cervantes le gustaba el teatro como yo quiero esta vez, con tan s¨®lo tres mantas y una cuerda". ,
En el Accatone est¨¢ la cuerda, en forma de alambre el¨¦ctrico, que sujeta dos bombillas, y la tela, que cubre el ¨²nico muro donde no hay espectadores adosados a la piedra.
Y luego mucha tierra, un barre?o, un barco de juguete, un conejo despellejado al que luego dejan tambi¨¦n tuerto, y unas cuantas plumas para cuando, en el teatro dentro del teatro de Arrabal, Philippe Bouclet hace de Moctezuma, el emperador azteca maltratado junto con su Pueblo por Hern¨¢n Cort¨¦s.
"Es una obra que est¨¢ en contrapunto con el V Centenario, que en Am¨¦rica se convirti¨® el peor cataclismo de la historia", dice Fernando Arrabal.
"Los campos nazis eran infinitamente m¨¢s crueles. No ha habido nada comparable en intensidad a los hornos crematorios y a las c¨¢maras de gas, pero las consecuencias del desastre aqu¨ª fueron peores porque eran 100 millones de indios y al cabo de unos a?os quedaron menos de 10 millones. Son noticias que, por lo menos a nuestra generaci¨®n, nos las ocultaron en Espa?a".
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