La Bienal de Ly¨®n se dedica a la danza moderna en EE UU
La IV Bienal de la Danza de Ly¨®n (Francia) comienza hoy, y durante 25 d¨ªas desarrollar¨¢ en la capital del R¨®dano un extraordinario programa de homenaje a las diferentes formas y corrientes de la danza moderna norteamericana, bajo el lema Una historia americana: un siglo de danza en Estados Unidos. Diecisiete compa?¨ªas norteamericanas -entre ellas, las de Paul Taylor, Merce Cunningham, Alvin Ailey, Trisha Brown, Aiwin Nikolais, Laura Dean, Stephen Petronio y Martha Graham- , a las que se unir¨¢n grupos y bailarines europeos influidos o seducidos por los distintos estilos americanos, participar¨¢n en esta vasta muestra que para algunos se interpreta ya como una despedida.En efecto, despu¨¦s de haber jugado un papel descomunal en el renacer de la danza contempor¨¢nea en Europa -y sobre todo en Francia-, durante los a?os setenta y ochenta la danza moderna y posmoderna americana empieza a verse desde Europa como una reliquia del pasado que tiene ya poco que decir.
El poderoso director de la Casa de la Danza y de la Bienal de Ly¨®n, Guy Darmet, asegura que no pretende hacer la historia de la danza americana, sino presentar su propia visi¨®n de un fen¨®meno de trasculturiz aci¨®n, que comenz¨® en 1900, cuando la Loie Fuller deslumbr¨® al p¨²blico de la Exposici¨®n Universal de Par¨ªs en el Pabell¨®n de la Electricidad e Isadora Duncan se conv¨ªrti¨® en la abanderada parisiense del esp¨ªritu de libertad del nuevo siglo. La ola alcanz¨® su culminaci¨®n con el Desembarco de Alwin Nikolais, Merce Cunningham y su larga serie de disc¨ªpulos y seguidores sobre las escenas y centros de producci¨®n franceses hace 20 a?os.
Con un presupuesto de 300 millones de pesetas, la Bienal de Ly¨®n ha alcanzado enorme proyeccion gracias a la orientaci¨®n monogr¨¢fica que adqui?¨® desde que, en su segunda edici¨®n de 1986, Darmet lo dedic¨® al expresionismo alem¨¢n, situando -con su irresistible vocaci¨®n pedag¨®gica- el fen¨®meno Pina Baucsh en su justo contexto hist¨®rico y cultural. En 1988 -ya maduro el movimiento de la nouvelle danse- Parmet dio rienda suelta al festival del nacionalismo, Cuatro siglos de danza en Francia, de Luis XIV a Mathilde Monnier, que fue una fiesta de recuperaci¨®n, en la que Francia aparec¨ªa no s¨®lo como cuna sino como eje central de los momentos claves -danza barroca, ballet rom¨¢ntico, teatro-danza- de la afirmaci¨®n de la danza como forma art¨ªstica aut¨®noma.
Tras la despedida a los americanos, la quinta edici¨®n de la Bienal se dedicar¨¢ en 1992 (c¨®mo no) a la danza en el mundo hisp¨¢nico, con Espa?a como punto de referencia.
Al margen de los espect¨¢culos en vivo, el Festival de Ly¨®n proporc¨ªonar¨¢ una ocasi¨®n ¨²nica en Europa de contemplar parte del tesoro de la filmoteca del Lincoln Center de Nueva York, con pel¨ªculas que desde principios de este siglo recogen la labor de los pioneros de la modern dance.
La muestra deja pr¨¢cticamente de lado el ballet, forma importada de Europa que desde mediados de los a?os treinta arraig¨® con fuerza en Estados Unidos. El joven Ballet de Miami, dirigido por el ex bailar¨ªn del. New York City Ballet, Edward Villella, presentar¨¢ un Homenaje a Balanchine. Pero todo el fen¨®meno de entrecruzamiento de enfoques y t¨¦cnicas entre el cl¨¢sico y el moderno que representan nombres como Jerome Robbins, Twyla Tharp, Mark Morris o William Forsythe, -que en estos momentos aparece como el caldo de cultivo m¨¢s f¨¦rtil de todo el panorama de la danza mundial- ya no forma parte de esta historia.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.