Agatha Christie cumple 100 a?os
La Unesco reconoci¨® en 1961 que la recordada novelista brit¨¢nica es la autora m¨¢s le¨ªda de este siglo
Traducida a 44 idiomas, con m¨¢s de 2.000 millones de ejemplares vendidos de sus libros y una obra de teatro (La ratonera) que ha estado permanentemente en cartel durante 38 a?os, no hay duda de que Agatha Christie, como reconoci¨® oficialmente la Unesco en 1961, es la autora m¨¢s le¨ªda de este siglo.Las 81 novelas policiacas de Agatha Christie (a las que hay que a?adir los libros de cuentos, las obras de teatro, las novelas no policiacas y los libros de memorias) han generado, a lo largo de los a?os, una gran masa de lectores y, al mismo tiempo, un ej¨¦rcito de detractores que denostan la artificialidad de sus enigmas, el mecanicismo de sus historias y el conservadurismo ideol¨®gico que ti?e sus ambientaciones y sus personajes.
Nacida el 15 de septiembre de 1890, en Torquay (Devon), al sur de Inglaterra, en el seno de una familia t¨ªpicamente victoriana Mary Clarissa Miller fue una ni?a feliz e imaginativa, educada por su madre, una viuda acomodada.
Curs¨® estudios en Par¨ªs, en una escuela para se?oritas, y all¨ª manifest¨® su inclinaci¨®n por la m¨²sica. So?aba con ser concertista de piano o soprano, pero su voz no ten¨ªa la suficiente fuerza para enfrentarse a una ¨¦poca y su timidez le imped¨ªa aparecer ante el p¨²blico.
De regreso a Inglaterra escribe un libro de poemas que llega a publicar y un par de novelas que seg¨²n sus propias palabras, eran "largas y confusas" y que los editores rechazaron.
En aquella ¨¦poca conoce al joven militar, Archibald Christie, con quien mantiene una relaci¨®n apasionada e irregular. Estalla la I Guerra Mundial y Mary Clarissa se casa con el joven oficial, sin permiso de su familia, en una rom¨¢ntica y novelesca escapada.
La joven se?ora Christie se alista de enfermera y trabaja en un hospital, donde aprende algo sobre venenos y durante 18 meses escribe, a ratos perdidos, una novela detectivesca, seg¨²n las pautas de Arthur Conan Doyle, el creador de Sherlock Holmes: las pistas y el detective inteligente y extravagante, acompa?ado por el amigo idiota. El resultado es El misterioso caso de Styles, en la que aparece un detective belga y jubilado, H¨¦rcules Poirot, y su particular doctor Watson, el necio capit¨¢n Hastings.
25 libras
Despu¨¦s del rechazo de varios editores, John Lane, director de The Bodley Head, public¨® la novela, de la que se vendieron 2.000 ejemplares y que proporcion¨® a la autora la cantidad de 25 libras. El contrato de edici¨®n obligaba a Agatha Christie a escribir cinco novelas m¨¢s "del mismo estilo". Pero la autora no se consider¨® una profesional hasta que, algunos a?os m¨¢s tarde, despu¨¦s del nacimiento de su hija Rosalind y de un viaje que arruina a la familia, se dedic¨® a escribir fren¨¦ticamente para salvar la situaci¨®n econ¨®mica.
En 1926 Agatha Christie publica El asesinato de Roger Ackroyd. La novela tiene una buena acogida de cr¨ªtica y p¨²blico, y siete meses despu¨¦s, cuando el libro ya est¨¢ en segunda edici¨®n, Archibald Christie abandona a su mujer, y la escritora, v¨ªctima de una fuerte depresi¨®n, desaparece. Despu¨¦s de una b¨²squeda por todo el pa¨ªs, Christie fue encontrada en un famoso balneario, v¨ªctima de una amnesia. Parece indudable que estos hechos tuvieron alguna relaci¨®n con las ventas del libro y su imparable ascenso a la cumbre, hasta convertirse en "la primera dama de la novela policiaca brit¨¢nica".
En un viaje a tierras del Oriente Pr¨®ximo, Agatha Christie conoce al arque¨®logo E. L. Mallowan, que se convierte en su segundo marido. Con la nueva situaci¨®n familiar, Agatha Christie produce sus mejores libros, entre los que se cuentan Asesinato en el Oriente Express, Muerte en el Nilo, Cinco cerditos, Diez negritos, Un gato en el palomar o Sangre en la piscina. Y es precisamente al inicio de la d¨¦cada de los treinta cuando en Asesinato en la vicar¨ªa aparece por primera vez, como investigadora, Miss Jane Marple, una viejecita encantadora que, entre labores de calceta y t¨¦s de media tarde, resuelve los cr¨ªmenes m¨¢s enrevesados. Lo que en Poirot es petulancia (sus constantes referencias a sus dotes de observaci¨®n y a sus maravillosas c¨¦lulas grises) y absurdo (el ingl¨¦s salpicado de expresiones francesas que habla, despu¨¦s de tantos a?os de vivir en el imperio brit¨¢nico), en Miss Marple es cotidianidad (una magn¨ªfica descripci¨®n de la vida en la campi?a inglesa) y sentido com¨²n (unas agudas observaciones sobre el car¨¢cter de los brit¨¢nicos). Pero, ?ay!, a pesar de los pesares, Poirot gan¨® la partida, puesto que protagoniz¨® 33 novelas, por s¨®lo 12 de la encantadora solterona.
A mediados de la d¨¦cada de los treinta, la f¨®rmula magistral de Agatha Christie (pistas, m¨¢s detective inteligente, m¨¢s amigo idiota) se agota y la autora cambia lentamente al personaje de H¨¦rcules Poirot y suprime al capit¨¢n Hastings de sus aventuras. El cambio es tan radical que, en la adaptaci¨®n teatral de sus novelas (como por ejemplo en Tres ratones ciegos), Poirot desaparece de la historia.
Pero el gran momento de la novela de enigma ha pasado. En Estados Unidos ha irrumpido una nueva manera de escribir novelas policiacas -la novela negra- y W. R. Burnett, Dashiell Hammett y Raymond Chandler cambian las maneras de sus h¨¦roes y el gusto del p¨²blico. La II Guerra Mundial, adem¨¢s, trastorna la moral de la sociedad y con el declive del imperio brit¨¢nico se hunde el mundo de Poirot y de la se?orita Marple.
A la vieja usanza
Agatha Christie continu¨® escribiendo novelas policiacas a la vieja usanza, pero cada vez con m¨¢s cansancio, sin tanta convicci¨®n, a pesar de la fidelidad de su p¨²blico y de los beneficios econ¨®micos que su pluma le reportaba, no s¨®lo a ella, sino tambi¨¦n a sus editores.
Tal vez el cansancio del g¨¦nero o el deseo de nuevas experiencias impulsaron a Agatha Christie a cambiar de nombre y de estilo y bajo el seud¨®nimo -mantenido en secreto durante m¨¢s de una d¨¦cada- de Mary Wesmacott escribi¨® media docena de novelas sentimentales de escaso ¨¦xito y acogida regular que, a partir del descubrimiento de qui¨¦n era su aut¨¦ntica autora, han recibido una cierta atenci¨®n morbosa por parte de la cr¨ªtica y se han convertido en libros de culto por parte de los lectores m¨¢s devotos. Finalmente, no hay que olvidar sus libros de memorias, y en especial su Autobiograf¨ªa (1965) que es un intersante fresco sobre la vida social de la Inglaterra del cambio de siglo.
Las adaptaciones teatrales de sus novelas (La ratonera, Diez negritos ... ), las versiones cinematogr¨¢ficas (la magn¨ªfica serie de Miss Marple, interpretada por Margaret Rutherford), los plagios descarados, los homenajes literarios y, finalmente, las series televisivas han mantenido el inter¨¦s por la obra de Agatha Christie, que muri¨® en Wollingford (Oxfordshire) en 1976. Los personajes de sus novelas, sin embargo, contin¨²an vivos en esos millones de ejemplares que recorren el mundo.
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