Homenaje a los 60 a?os de Halffter y De Pablo

Un concierto de la Orquesta Nacional de Espa?a (ONE) -dirigida por Jos¨¦ Luis Temes- dedicado a Crist¨®bal Halffier y Luis de Pablo en su 60? aniversario inaugur¨® el pasado viernes el VI Festival Internacional de M¨²sica Contempor¨¢nea en Alicante. En el inteligente programa alternaron partituras compuestas en los a?os sesenta por los dos cabezas de fila de nuestra creaci¨®n actual con otras escritas y estrenadas recientemente.

En todas las obras que se interpretaron en el recinto del castillo de Santa B¨¢rbara de Alicante pudimos comprobar dos cosas: la ruptura que signific¨® la creaci¨®n de Halffier y De Pablo en una ¨¦poca cuyo p¨²blico las acog¨ªa con esc¨¢ndalo y la ra¨ªz de unos pensamientos musicales que, despu¨¦s de 30 a?os de evoluci¨®n, mantienen ciertos signos esenciales de identidad.Las Cinco microformas, de Halffter, son de 1960 y provocaron en el Palacio de la M¨²sica y en el Monumental Cinema un formidable esc¨¢ndalo cuando las present¨® Od¨®n Alonso al frente de la ONE en 1961, lo que hoy se explica mal si no tenemos presente las coordenadas de extremado conservadurismo en que se mov¨ªa nuestra vida musical, tanto a nivel oficial como privado. Halffter asoma con firmeza su perfil en esta obra, precisa y concentrada de expresiones y formas, en la que nos anticipa rasgos que tipificar¨ªan buena parte de su estilo.

Sucede otro tanto con Tombeau, de Luis de Pablo, fechada en 1963, menos agresiva que las Microformas, aunque, para el momento, m¨¢s renovadora y arriesgada. No es que entusiasmara a aquellos auditores, pero molestaba menos, por decirlo as¨ª, pues era poco o nada impertinente.

Larrea y Juan Gris

Mucha agua pas¨® bajo los puentes de nuestra historia general y musical desde aquellas fechas. Sin embargo, Une couleur, para saxofonista que utiliza cinco instrumentos, incluido el infrecuent¨ªsimo saxo contrabajo, mantiene la prosodia po¨¦tica y la imaginaci¨®n t¨ªmbrica (no en vano el t¨ªtulo procede de un poema de Larrea para Juan Gris), propias de Luis de Pablo, a lo largo de un discurso transparente, movedizo, a veces nonchalante, cuyas voces principales son los cinco tipos de saxo, manejados en esta ocasi¨®n con maestr¨ªa por el destinatario de la partitura, Daniel Kientzy, y envueltas por una orquesta diversificada y seccionada, poco amiga de los tutti como suele ser habitual en el compositor. Hay entre Tombeau y Une couleur dos diferencias acusadas: la ausencia de prejuicio y el nivel de la realizaci¨®n t¨¦cnica. A los 60 a?os, los vanguardistas de antafio son maestros en plenitud.Condici¨®n bien patente en el Preludio a N¨¦mesis, de Halffter, ya comentada aqu¨ª tras el estreno madrile?o el pasado mes de junio, feliz invenci¨®n sobre un imaginario caos humano que en los pentagramas obedece a planteamientos nada ca¨®ticos, excelentemente contrastados en sus varios aspectos e insertos en una l¨®gica discursiva que alterna realismo y met¨¢fora, uso bien grato al compositor madrile?o.

Jos¨¦ Luis Temes logr¨® de la ONE versiones fluidas, vivas e incisivas, aun luchando con la deficiente ac¨²stica al aire libre del recinto de Santa B¨¢rbara. Buena asistencia de p¨²blico